77. Un hogar Comunitario

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La ducha nos cubre a los dos mientras nos lavamos. El agua caliente relajando mis músculos adoloridos, se siente tan deliciosa pero aún estoy nerviosa. Él había aguardado en silencio todo ese tiempo, podía sentir cuanto le costaba todo esto y quería detenerlo allí y decirle que no era necesario, que lo amaba de todos modos, pero ambos lo necesitábamos, debíamos terminar con el círculo en el que siempre parecíamos ir.

—¿Se siente bien? —había hecho un moño desarreglado para que la lluvia de la ducha no de en mi cabello, mientras enjabonaba mi piel con masajes lentos y dulces sobre mi espalda.

—Se siente realmente bien –besa mi hombro y me giro para poder verlo de frente– ¿Tu estás bien?

Asiente, respira hondo y me rodea entre sus brazos, la lluvia golpeando sobre nosotros era lo único que hacía que no muriéramos de frío.

—Mi psicóloga me pregunto hace un tiempo si contaba con alguien como apoyo —comienza a hablar, no creí que en verdad me hablaría sobre eso, siempre se veía reacio a hablar sobre cosas que lo hicieran más vulnerable—Y lo primero que pensé fue en ti. Y en como te aparte cuando me asuste de todo.

—¿A que le temías?

—Escuche a tu abuela decir que éramos dependientes y fue como hacer un clic en mi cabeza. Comencé a preguntarme qué haría si te perdiera y volví a sentir esa presión en mi pecho, y eso me aterró porque así me sentía con mi hermano y fue como volver allí otra vez, prometiéndole que lo cuidaría sin poder hacerlo. Te lastime, incluso queriéndote cuidar.

—No creo que seamos dependientes. Tu me hacías bien y yo creía que yo también a ti...hasta que me dejaste y dolió porque no entendía porqué lo hacías.

—Ahora lo sé, se que temo a sentirme vulnerable contigo y...temo a lo que pienses de mi cuando sepas todo. Porque ¿Cómo puedes amarme después de saberlo?

—¿De qué hablas James?

—Yo lo mate —me quedo paralizada frente a él, puedo sentir el dolor en su rostro, coge aire como si no pudiera respirar y menos hablar, su voz quebrándose cuando continúa— Él llamo la noche que estuvimos juntos en la fiesta de Maddy...y le grité, porque por una noche quería divertirme y te había visto tantas veces en la escuela, en casa de Barbara y...y Fran llama con sus líos de mierda y por primera vez dije "A la mierda Fran, me merezco una noche libre" y me repetí "Mamá tiene razón, él es un fracaso, a Fran solo le importaba el mismo". Y por primera vez quería algo para mi. Por eso te deje ese día. Me fui cuando no quería hacerlo, él estaba en su sillón casi sin moverse, había bebido y seguramente se había drogado como lo hacía siempre. Balbuceó algo de que su novia lo había dejado, era la misma historia de siempre, terminaban, se gritaban, volvían y yo arreglaba el desastre. Yo siempre arreglaba el desastre de Fran. Él me pidió heroina, se la conseguí pero no podía inyectarse y me pidió que lo haga. Nunca lo había hecho antes y sabía que estaba mal, que había bebido demasiado y que probablemente ya se había drogado demasiado también y aún así lo hice, lo inyecté sabiendo lo que ocurriría, sabía que él no podía hacerlo solo y lo inyecté y....y lo vi dejar de respirar en mis brazos...—respira profundo como si se quedara sin aire, sus lagrimas se derraman en sus mejillas y no puedo evitar tomar su rostro entre mis manos y borrarlas con mis dedos— Me quede allí inmóvil a su lado por varios minutos y él respiro por última vez mientras sostenía su mano y luego llame a mamá. Cuando la ambulancia llegó no había nada que hacer porque yo lo había dejado morir. Fran murió por mi culpa, yo le dije que siempre iba a estar para él pero tu tenías razón, no hay amores incondicionales, así que lo abandoné cuando él más me necesitaba, no soporté y lo abandoné y ahora...ahora no está y todo es mi culpa...

Antes que te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora