60. Amame. Dime que me amas

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San Valentin. Día comerciar que se celebra cada catorce de febrero donde miles de parejitas se unen a conmemorar su amor. Asco.

Nunca disfruté realmente el día de los enamorados. Cuando no tenía novio me la pasaba comiendo las paletas con forma de corazón que se repartían en la escuela. La idea era que comprabas una, escribías una nota anónima y confesabas tu amor a tu crush. Cuando me obligaban a repartirlas, me quedaba con las que eran demasiado tontas. Nunca recibí una. Seth no iba a mi escuela así que no podía comprarlas para mi. Tampoco nadie me dedico una canción tonta y romántica por parte de los chicos del coro. Aunque la idea me revolvía el estómago. Seth y yo solo teníamos una cena romántica y su primer regalo había sido un collar con una S que misteriosamente se me rompió y no pude volver a usar. Odiaba la idea de llevar una correa de perros pero odiaba más romperle el corazón.

Este año era diferente, no tenía porque preocuparme por hacer un increíble regalo para mi novio porque no lo tenía. Tampoco tenía porque entristecerme comiendo los dulces con forma de corazón que las parejas se regalaban porque tenía a James. Él no había dicho nada sobre festejar día de San Valentin y sabía que no era porque tuviera algo preparado para sorprenderme. Él no hacía ese tipo de cosas pero este año era yo la que por primera vez tenía ganas de hacer algo diferente.

Planee toda la semana cual sería su regalo y no podía esperar a ver su cara de asombro, me reía de solo pensarlo. Casi acaba por descubrirme solo porque le dije un par de veces en la semana que no podía verlo.

Recosté la espalda sobre el casillero de Barbara, ella y Molly estaban hablando sobre el viaje, luego me desconecté de la conversación. James acababa de llegar y caminaba por el pasillo directo a su casillero. Nolan lo saluda con un choque te puños cuando llega a su lado.

Me muerdo las uñas en cuanto James mira disimuladamente hacia dónde estábamos nosotras. Era un pequeño código que teníamos, él me guiñaba el ojo y yo sonreía disimuladamente. Era nuestros saludo matutino. Trago saliva nerviosa y le doy una ligera sonrisita que solo debería captar él. Luego, abre su casillero con sus ojos aún en mí y una avalancha de papeles rojos y rosas caen sobre él.

—¡Mierda! —gruñe y dirige toda su atención a lo que había ocurrido.

Nolan y Malcom se ríen a carcajadas a su lado mientras él sigue sin entender nada y toma algunos de los papeles que habían quedado en su casillero entre sus cosas.

Hoy había madrugado con un único objetivo, llegar temprano a clases cuando nadie estuviera y llenar su casillero de pequeños penes de cartulina...bueno Bárbara también había ayudado a recortarlos.

—¿Qué es esto? —Nolan recoge una tarjeta del suelo y suelta una carcajada tan fuerte que todos en el pasillo se voltean a verlo.

—¿Eso es una puta tarjeta con forma de vagina? —Malcom intenta tomarla pero Nolan no lo deja y la levanta en el aire haciendo que todo el mundo la vea.

Corrección, no vagina sino vulva. Y me llevo mucho trabajo hacerla.

—Te quiero —lee Nolan la portada de la tarjeta y hace un mohín diciendo "aw" como si se tratara de una tarjeta cursi y luego la abre— Dentro de mi.

James se la arrebata de inmediato y la esconde en su casillero cerrando la puerta con fuerza para luego dirigir su mirada furiosa y avergonzada a mi.

—Vaya James, tienes una admiradora secreta muy cachonda —Nolan le da un golpe en la espalda en aprobación.

—Cállate Nolan —dice con la cara roja.

—¿Y no vas a decirnos quién es? —insiste Malcom pero James lo ignora.

Antes que te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora