57. Luces azules

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Evite a James todo el tiempo que puede durante la primera semana de clases, no verlo ayudaba a no sentir culpa por la decisión que había tomado pero no hacía que dejara de pensar en él. Y en mis momento más oscuros solo esperaba que enviara una mensaje diciendo que estaba fuera de casa esperándome y obligándome a escogerlo a él. Quería que lo hiciera, una parte muy profunda de mí quería que él luchara por mi como lo hacían los chicos en las películas y los libros. Que no aceptará mi rechazo y se batiera a espadas peleando por mi. Bueno, no espadas porque no habría con quien luchar, pero un mensaje habría bastado para hacerme dudar. Conocía a James, él jamás haría eso.

—¿De verdad tengo que usar esta tonta corona? —Molly se deja caer sobre los sofás de la sala vip del bar al que habíamos conseguido entrar.

—¡No te la quites! —Bárbara se lanza sobre ella para volver a acomodársela— El chico que ayudo a que entráramos dijo que eso te daba acceso a bebidas gratis ilimitadas solo por ser cumpleañera. Y yo quiero mis bebidas gratis.

Cómo plan de su cumpleaños Bárbara había conseguido que nos dejaran pasar a un club pretendiendo ser mayores de edad. Y no solo eso, su amigo nos había conseguido lugar en la sala vip. No íbamos ni dos horas y Molly ya iba borracha, algo extraño en ella pero supongo que ese era su plan. Ahogar su dolor en alcohol. Cada vez que pensaba en lo tonto que era dejar de lado a James y sentía esa inevitable necesidad de correr tras él, veía a Molly así de destrozada y sabía que me necesitaba. No había modo de que se tomara a la ligera cualquier cosa que estuviera ocurriendo entre James y yo.

—¡Adivinen quienes están abajo! —Maddy viene corriendo en sus tacones altos haciendo un gran esfuerzo por no caerse y se sienta en la pequeña mesita frente a mis amigas y yo— El idiota de Nolan, James y el otro chico delgado con el que tú salías —me señala.

—¿Qué yo que?

—Si si él rubio que viste como película de los 90' y que siempre está contigo —da una buena descripción de Connor.

—¿Connor está aquí? —pregunta Bárbara ganándome. No espera a que Maddy conteste sino que se asoma a la barandilla para encontrarlos— Maldito desgraciado, ni siquiera fue capaz de decirme que volvió de los Alpes suizos. Ojalá una avalancha lo hubiera aplastado.

Intento contener la risa y me coloco a su lado para encontrarlos. Entonces lo veo, detrás de una multitud de personas estaba él, tan hermoso como siempre y deseaba saber de qué color serían sus ojos esta noche bajo las luces azules que se proyectaban a nuestro alrededor. Sentía que habían pasado años desde que lo había visto, cuando Molly me envió a casa de Nolan por sus cosas. Y su mirada en ese momento no se comparaba con el asombro con el que me observaba ahora desde la planta baja del club. De pronto siento mi vestido más corto de lo que era y la piel más desnuda y erizada como si una ola de frío hubiera atravesado el salón. Todas esas sensaciones intensas que nos habían dominado por algunas horas en su habitación volvían y se veían reflejas en los ojos de James tanto como él debía verlas en los míos. Sus manos adorando mi cuerpo, sus labios devorando cada parte de mi como si supiera que tendríamos poco tiempo, como si yo pudiera escaparme de él en cualquier momento. James me conocía más de lo que yo pensaba.

Era hermoso, James era simplemente hermoso y no podía evitar sentirme así al verlo. Verlo ponía en duda todo aquello que me había planteado.

—Yo te cubro —musita Maddy a mi lado. No me había percatado de que ella estaba allí como tampoco que Bárbara había regresado a los sofás junto a Molly para calmarla mientras ella gritaba que su ex había arruinado su fiesta.

—¿De qué hablas Maddy? —pregunto y sus labios pintados de rojo forman una sonrisa.

—¿Sabes que mi papá es el jefe de la policía, no? —apoya sus manos en la baranda y ahora dirige su mirada hacia un punto en la parte de abajo justo donde estaba James— Y no se si sabes qué puso cámaras alrededor de mi casa hace como tres años. Ahora cada vez que doy una fiesta tengo que asegurarme de que un par de horas desaparezcan como por ejemplo aquella vez que tú y James quisieron hacerlo contra la pared de mi casa en medio del jardín.

Antes que te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora