45. No. No. No.

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Noviembre - Actualidad
Julie

—¿Puedes dejar de mirar ese pote de yogur vegano con los ojos llenos de lagrimas? —pongo los ojos en blanco.

—No creo poder Julie —Molly me mira con sus ojos llorosos y su nariz fruncida—¿No es algo maravilloso lo que logramos?

Sus manos sostienen las mías y suspira orgullosa de sus logros, y yo no puedo evitar reír.

—Eres tan rara Molly —ella me da un golpecito.

—Y tú eres tan insensible Julie.

—Debes culpar a mi madre por eso, no a mi  —le reprocho— Las teorías explican la falta de lazos afectivos por falta de amamantamiento.

—¿Por qué las mujeres son culpables de todo no importa la teoría, científica o teologíca? La respuesta siempre es, la mujer.

—Técnicamente no refiere a amamantamiento como dar el pecho sino a la función...—las cejas de Molly se levantan abriendo más sus ojos.

—¿Puedes dejar de psicoanalizarlo todo un segundo? —bromea y enreda su brazo con el mío arrastrándome por el pasillo.

—Promete que me asesinaras cuando empiece a hablar como mi madre.

—Entonces ya debería ir buscando un método no tan doloroso —bromea pero mi sonrisa se evapora cuando veo a James sentado con el resto del equipo de fútbol.

Desde que Molly había empezado a salir con Nolan, él no se había sentado allí ni una sola vez. Clavo mis ojos en él, intentando enviarle alguna señal mental de que quería hablar con él, pero me evita. Lo estaba haciendo. No era una cuestión de estar distraído o pasándola bien con sus amigos. Apenas hablaba con ellos.

Más tarde, cuando pienso abordarlo en los pasillos, él me ve y se apresura a largarse. Hoy tenía entrenamiento de modo que se escabulle rápidamente en los vestuarios.

No iba a rendirme tan rápido, necesitaba hablar con él. Había estado evitando la confrontación directa porque no quería acercarme cuando estuviera rodeado de sus amigos pero no había otro modo.

Me quedo aguardando a que saliera de entrenar, un tanto escondida para que no me vea y corra escapando de mi pero a la vez con una vista perfecta de su camioneta para asegurarme de que no se subiera y se fuera.

Sus ojos verdes me encuentran al instante en que sale, lucia cansado como si no hubiera dormido en días. Mis manos tiemblan y mis dedos ya dolían de tanto morderme las uñas.

—Hola —mi voz suena patéticamente temblorosa. Él se acomoda el bolso en su hombro pero sigue sin decir nada. A su lado, Malcom y Nate lo alcanzan.

—Andrews —la voz de Nate me hace dirigir mi mirada hacia él, su brazo rodeaba el hombro de James en un acto de amistad.

Le doy una tímida sonrisa de asentimiento y vuelvo a James que me miraba con frialdad, una que me hacía recordar a cuando pretendíamos no conocernos o que ese beso no había sucedido entre ambos.

—James —su nombre suena a un susurro— ¿Podemos hablar un segundo? ¿Te parece si me llevas a casa?

Él suspira y su mirada era tan intensa y una furiosa que podía sentir su odio.

—Estoy ocupado —se deshace del brazo de Nate y cruza el camino pasando de largo a mi lado— Estoy seguro de que puedes conseguir a alguien más.

—Yo...— mis palabras no salen, estaba enojado y podía entenderlo pero no tenía derecho a tratarme mal.

Se detiene cerca de su camioneta y me lanza una mirada de desprecio antes de subirse. Me quedo parada allí, perdida en lo que había sucedido, siento el dolor punzante clavarse en mi pecho.

Antes que te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora