32. Julie

660 19 0
                                    

Julio - Un año atrás
James

—¿Quieres? —le ofrezco de mi cerveza a la vez que me siento a su lado en el borde de la piscina.

—No bebo alcohol —dice con un rastro de timidez, casi parecía que no era la misma chica que acababa de mirarme de arriba a bajo hace unos instantes.

—Es una lastima —respondo y le guiño un ojo a lo que ella mira hacia otro lado ocultado su sonrisa. Podía jurar que sus mejillas se ponían rojas, como cada vez que nos veíamos aunque solo hayan sido instantes.

Sin decir nada más se levanta y se va. La veo caminar por el borde de la piscina y cuando creo que había perdido cualquier oportunidad con ella, se voltea a verme y sonríe al descubrirme mirándola todavía como un bobo.

Luego sigue caminando hacia el costado de la casa de Maddy y finalmente desaparece. Miro a mi alrededor por si alguien había captado esta situación también. Pero todos estaban en lo suyo, Nolan estaba pegado a una chica pelirroja de la que no me sabía el nombre. Barbara estaba junto a Maddy hablando y riendo,  así que nadie me extrañaría.

Sigo a mi misteriosa chica hacia el costado de la casa y la veo con la espalda apoyada sobre la pared jugando con los flecos de su pareo blanco. Se sonroja en cuanto me ve parado allí aguardando a que se percatara de mi presencia. Tampoco dice nada cuando camino hasta donde estaba y me quedo viéndola sin descaro frente a ella. Llevaba puesto un bikini amarillo con dos tiras que ataban en su cadera, solo tenía que tirar del pequeño nudo y estaría desnuda. Y como si ella también lo supiera y no tomara recaudos de mirarme del mismo modo en el que yo lo hacía, deseándola de los pies a la cabeza. Entonces la sujeto del cuello y tiro de ella para besarla, tenía unos labios redondos y realmente deliciosos. Abrió al instante su boca para dejarme camino de saborearla mientras sus manos se apoyaban en mi pecho en búsqueda de algo de equilibrio. Me separo de sus labios y mueve su rostro hacia un lado para darme acceso a su cuello, quería probar cada parte de ella, olía realmente bien, siempre lo hacía, no había entrado a la piscina así que el olor de su perfume se impregnaba en mi nariz. Deslizo mi mano desde su cuello hasta sus senos y jugueteó con la yema de mi dedo sobre su pezon hasta que éste se pone duro y ahora si lo presiono con gusto mientras vuelvo a besar sus labios redondos que lanzan un jadeo en cuanto los toco. Era hermosa y me estaba volviendo loco al instante. Dejo mis manos en su cadera un tiempo más presionando su trasero a gusto mientras la apretaba contra mí un poco más y otro gemido se escapa de su boca. Podían llegar a escucharla y no le importaba en lo absoluto, por un instante quería que todos allí la escucharan y supieran que yo había provocado eso en ella con solo tocarla. Nunca había estado así con una chica, tan expuestos frente a todos, por lo general tomaba mis recaudos pero hoy había perdido mi control.

Deslizo mi mano hacían su estomago y bajo lentamente tocando la parte de abajo de su bikini, presionando con mis dedos sobre la tela y ella da un respingón algo alterada por el contacto pero vuelve a besarme tirando de mi cabello. La tela se siente mójada y me muerdo de ansias de quitársela para tener más acceso a ella.

—Tan malditamente húmeda —susurro sobre sus labios provocando que ella se estremeciera.

Le gustaba esto tanto como a mi. Muevo mis dedos un poco más frotando su zona de placer y ella comienza a contornear sus caderas sobre mí y casi sin dar más, me decido por meter mi mano debajo de su ropa para comprobar lo que sospechaba, estaba por completo mojada pero cuando busco acariciarla otra vez ella sujeta el tronco de mi mano y detiene el beso.

—No —dice aún jadeando de deseo. Su voz era apenas audible.

Me rio y meto mi cabeza sobre su cuello besándolo para detenerme luego en su oído— Pero si parece que te gustaba bastante.

Ella sonríe y yo muevo otra vez mi mano sobre su piel desnuda.

—No puedo —consigue decir y luego agrega con una nota más de desesperación—Aquí no.

No era que no lo deseara tanto como yo sino que no quería que alguien más nos descubriera y tenía razón, había perdido la cabeza estando así con ella donde cualquiera podía vernos.

Entonces cuando pienso proponerle irnos a otro sitio mi teléfono suena en mi pantalón. Lo saco para ver el mensaje y veo el nombre de Fran en el: "ven urgente" ponía y la rigidez que palpitaba en mi pantalón se baja en un instante.

—Tengo que irme —le digo y ella parece confundida pero no tengo tiempo para explicarle o darme razones de porque me iba.

Me largo de allí pero antes la escucho decir "Nos vemos" o algo así.

Nunca más volví a ver a Julie después de ese día. O mejor dicho si la vi solo que pretendí no hacerlo, era mejor de ese modo. Ella también lo hizo. Yo no era el mismo después de aquella noche y no podía verla a los ojo sin pensar en todo lo que había ocurrido, en donde yo estaba cuando Fran murió.

Antes que te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora