64. Como familia

554 20 0
                                    

Una canción melosa y romántica sonaba en la radio del auto, James ya se había habituado a mis gustos musicales, todas notas suaves y muy sentimentales. Solo cambiaba mi estilo a un pop movido cuando estaba eufórica, pero para conducir me gustaba poner música tranquila.

—Podíamos haber usado mi camioneta —dice por tercera vez al mismo tiempo que trata de estirar sus piernas en el diminuto espacio de acompañante.

—Yo te invite así que yo conduzco, eso no es negociable —otra de las cosas era que no lo dejaba conducir y eso lo molestaba más que la música cursi— Y además odio los autos con caja automática. Eso ni siquiera es saber manejar.

—Tu debes ser el único ser humano que los odia —se ríe pero yo lo ignoro y me concentro en la ruta.

Era la primera vez que manejaba a casa de mi abuela y también era la primera vez que iba a llevar a James. Mi estómago dolia de pensarán en cómo sería esa presentación ¿Le diría que es mi novio? No, nosotros no éramos eso pero tampoco no éramos nada. Y lo de decirle que solo teníamos sexo no me agradaba y a ella tampoco, seguro se reiría de mi y me diría lo mismo que mamá, que era muy mala fingiendo no estar enamorada de él.

Después de dos horas y media de conducir paramos en un autoservicio. Lo dejé cargarle gasolina mientras me escabullía a los baños porque siempre había fila en los de mujeres y quería llegar temprano a casa de mi abuela, había demasiada nieve y se pondría peor una vez que subiéramos más alto hasta donde ella vivía en prácticamente el medio del bosque.

Compramos algunas cosas para comer, la mayoría era algo que no aprobaría un nutricionista pero no teníamos ganas de parar para comer en algún restaurante. Disfrutaba realmente de este viaje juntos, se sentía bien y como una relación normal. En casa teníamos que ocultarnos por si alguien nos reconocía juntos, solo habíamos salido a cenar una vez y habíamos tenido que conducir hasta otra ciudad donde no nos reconocieran. No me quejo, había sido divertido, él supo de los juegos que solíamos hacer con el grupo de teatro, le conté sobre cómo había pretendido ser una pareja con Connor y pese a burlarse de lo ridículos que éramos y algún comentario ofensivo a Connor, porque aunque pretendiera que no, aún sentía una pizca de celos. Connor lejos de fijarse en mi, estaba completamente enamorado de Barbara y ella pasaba de él.

La mano de James se aferra a la mía mientras caminábamos hasta mi auto con las bolsas de la comida chatarra.

—Me gusta esto —una pequeña sonrisa se escapa de mis labios y él la logra captar antes de que sea capaz de esconderla.

Eleva sus cejas mirándome con intriga y yo levanto nuestras manos unidas haciéndolo reír.

—No es algo que podamos hacer cuando estamos en casa y me gusta —me animo a decir. Había tenido su rostro probando mis partes más íntimas, confesarle mis sentimientos tenía que darme menos pena y aún así, mis mejillas estaban rojas. El sexo era fácil, los sentimientos no tanto.

Suelta mi mano para pasar su brazo sobre mi hombro y atraerme hacia él en un abrazo de lado. No me quejo, dejo caer mi cabeza en su pecho mientras él besa mi frente con dulzura.

—¿Sabes lo que a mí me gusta? —me separo un poco de él para verlo a los ojos, verdes con apenas destellos marrones. Frunzo el ceño pretendiendo adivinar antes de responderle.

—¿La idea de follarme en la parte de atrás del auto? —me burlo.

Él me suelta alejándose de mi molesto pero se que se reía. Abre la puerta del auto del lado del conductor y voltea a verme con un sonrisa pícara.

—No vas a conducir —le advierto cruzándome de brazos.

—Lo lamento pero...—saca las llaves del auto del bolsillo de su abrigo y las agita en el aire— Tarde. Te las quite mientras tu pensabas como chupármela en la parte de atrás el auto.

Antes que te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora