James
—¿Crees que estará bien? —Julie cubre a Barb con una manta mientras corre su cabello oscuro de su rostro.
Tal vez no debería dejar que duerma pero estaba cansado y había visto todo lo que consumió en la noche. Iba a estar bien.
—Solo necesita dormir algo.
—Miles arruinó todo esta noche —responde.
—Él arruina todo siempre —no puedo evitar recordar todo lo que ese idiota había echo y aún así lo dejaba acercarse a Barbara. Aunque no importaba lo que hiciera, cuando ella tenía algo en la cabeza era difícil sacárselo.
Se que estaba por preguntar algo y yo no quería responderlo así que me quito los pantalones de un tirón, quedando en bóxer únicamente para distraerla. Y funciona, sus bonitos ojos avellana van directamente allí y luego a mi tatuaje que siempre parecía atraerle por alguna razón.
—¿Te gusta lo que ves? —sonrio y ella pone cara de protesta pero no dice nada, a penas consigue cerrar sus labios—Puedes mirar todo lo que desees.
—Eres un poco creído ¿No lo crees? —protesta.
Me quito mi camiseta y la lanzo al suelo, ella aún sigue escrutinando mi cuerpo casi desnudo y como me apiado de ella y no confío en mi a su lado en lo absoluto, busco un jogging en mi placar.
—¿Segura que la palabra que estabas buscando no era increíblemente sexy? —me burlo y ella lanza un resoplido fastidiosa.
—Yo diría increíblemente tonto —me vuelvo para verla mientras me cambio solo para que sepa que descubrí sus mentiras y la veo quitarse sus zapatos ¿Iba a desnudarse también? No era como si llevara mucha ropa.
—¿Quieres que te preste algo para dormir?
—¿Es algún plan para que te quedes con mi ropa como el psicopata que eres? —no puedo evitar reírme, aún tenía su ropa interior escondida en mi mesa de luz y solo me hacía sentir un perverso.
—No, pero quería darte la posibilidad de quedarte con alguna camiseta mía, ya sabes, para que no me extrañes durante la noche.
—¡Ja! —se cruza de brazos enojada—Cuantas veces tendré que repetirte que no soy una de tus grupies.
—Vamos a dormir —ofrezco solo para terminar esta discusión que no hacía más que ponerme.
Agradezco tanto que ella no diga nada y solo se acomode al lado de Barb en la cama. Yo tomo el lugar que quedaba en el borde, por suerte la cama era bastante grande para los tres.
Quedamos enfrentados y se que estaba nerviosa por la cercanía de nuestros cuerpos. Cierra y abre los ojos solo para notarme observarla como él pervertido que era.
—Deja de mirarme —se queja y vuelve a acomodarse en la cama haciendo que quedáramos más cerca.
Nuestras manos tocándose y entonces deslizo la mía sobre el costado de su cadera subiéndola poco a poco, ella no dice nada, pero su piel se erizada ante mi tacto y sus ojos ahora más oscuros no dejan de verme. Cuando mis dedos llegan a sus senos se le escapa un suspiro y se que deseaba esto tanto como yo.
—¿Puedo besarte? —asiente y dejo mis labios sobre los suyos, redondos y suaves, sumamente deliciosos.
Mi mano presiona su pecho y ella sostiene mi mentón para besarme con más fuerza. Busco su falda y la subo un poco sobre sus caderas para tener acceso, acaricio su entrepierna hasta llegar al punto de su deseo.
—Puede despertarse —susurra y en lo que menos quería pensar ahora era en mi prima.
—Entonces se silenciosa ¿Podrás contenerte?
—Eres tan engreído James Whitehouse —y ella no tenía idea de cómo me ponía duro que pronunciara mi nombre así.
Mi mano se escabulle debajo de la tela delicada de su ropa interior y mis movimientos ahora son un poco más fuertes. Respira entrecortado y disfruto con saber que era yo el que provocaba todo eso en su cuerpo.
Entonces ella hace algo que me sorprende, desliza su mano sobre el bulto en mi entrepierna, lo presiona con intensidad y muerde su labio, había notado lo duro que estaba. Tira de mi jogging y soy consciente de lo mucho que me volvía loco solo con tocarme un poco, pero esto era más de lo que tenía pensado. Julie mira hacia abajo, segura de lo que estaba haciendo y lo quita de mi bóxer para comenzar a acariciar la punta hasta sujetar con su mano desde el tronco dándole un apretón que parecía hacer acumular toda la sangre en la punta, que ahora acariciaba con su pulgar. Comienza a moverse primero despacio y más fuerte, me pierdo y ya no puedo concentrarme en ella.—Me estás distrayendo de mi objetivo —digo y hundo mis dedos dentro de ella, provocando que jadee y me coloco un poco encima para recobrar mi aliento también perdido.
—Yo solo quería darte las gracias —dice en tono dulce como si no supiera sus sucias intenciones. ¡Dios! Me gustaba tanto. Ella me desafía comenzando a mover su mano más rápido, arriba y abajo y no puedo evitar cerrar los ojos y caer de espaldas sobre mi colchón, rindiéndome. Se apoya sobre mi pecho y me besa sin dejar de tocarme, solo posicionándose más cómodamente.
Dejo que un gruñido se escape cuando sus movimientos son más intensos y la escucho reírse. Abro mis ojos y la encuentro observándome con devoción como si le fascinara verme tan vulnerable y a sus pies.
—¿Quieres saber en lo que estoy pensando? —susurra y estampa un beso apresurado en mis labios pero yo no soy capaz de contestar — En lo bien que se sentirá entre mis labios.
No puedo evitar jadear y a la vez atraparla entre mis manos para besarla otra vez pero con más intensidad.
—Que boca tan sucia —mi voz suena ronca, a penas podía mantener el tono de mi voz. Entonces ella acaba con la palpitación entre mis piernas y me dejo ir.
Se queda viendo las gotas sobre mi abdomen y las desparrama con su dedo.
—Es una pena que no aguantaras a que lo pusiera en mi boca —se burla.
—Presumida —le objeto pero ya no tenía aliento para pelear. Ella hace algo que me sorprende, se lleva uno de sus dedos húmedos debido a mi, directo hasta su boca y lo lame con placer. Y de un arrebato me apoyo sobre mis codos en la cama y la beso otra vez.
—Sabes bien —susurra entre mis labios.
—Que bueno que ambos tengamos la misma opinión del otro —digo y veo el tono rojo subir por su rostro ¿Cómo podía darle vergüenza aún? De solo pensarlo quería tenerla de nuevo desnuda y con sus piernas abiertas de par a par como si fuese mi banquete personal. No iba a cansarme nunca de ella.
Ya en el baño me limpio un poco con una toalla húmeda mientras ella lava sus manos en el lavabo. Luego se apoya contra la mesada y mira pensativa algún punto fijo en la pared. Sabía que significaba eso.
—James —pronuncia mi nombre casi sin aliento y podía imaginar que venía a continuación pero ella no dice nada, solo me mira, sus ojos recorren mi cuerpo con deseo pero también con algo más.
—¿Te arrepientes? —me atrevo a preguntar temiendo por su respuesta.
— No —niega con la cabeza y eso es suficiente para que me sienta normal otra vez.
Me acerco a ella sujetando su mentón y le planto un beso ¿Desde cuando actuaba así con una chica? ¿Desde cuando pensaba tanto en ellas? No, no ellas, solo en Julie. Siempre era sobre Julie.
Sabía que aún había duda en sus ojos y no tenía idea de las cosas que rondaban su cabeza pero preguntar quizás solo me conducía a que tomara la salida rápida y que me dejara. No, hoy no podría con ello, hoy solo quería sostener su mano y dormir con ella creyendo que las historias pueden tener un final feliz. Que al final de todo, yo también podría tener un final feliz.
—No paso de ti, creo que nunca podría cansarme de ti —confieso y la vuelvo a besar sin esperar a que diga algo.
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Antes que te vayas
Подростковая литератураDespués de romper con su novio, su amiga intenta que Julie vuelva a creer en el amor y la arrastra a una cita doble con el chico del que una vez estuvo enamorada. La vida es confusa y mucho más en tu último año de secundaria, o cuando tus amigas ti...