17. De errores de Braguetas

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No era que me sorprendiera que alguno de los chicos terminara usando la cabaña para tener sexo, la casa estaba cerrada y siendo el baño de la cabaña el único en uso, era obvio que entrarían aquí con otras intenciones. Pero lo que me sorprendió o tal vez no debía ni siquiera hacerlo, fue que James fue quien apareció detrás de ella. Y aún más ver que su mano estaba en su bragueta, subiéndola cuando nuestras miradas se cruzan y él la aparta mirando sobre sus pies.

–¡Oh Julie! –dice con falsa alegria Tessa y me sonríe algo incomoda con el hecho de que los haya pillado mientras salían a hurtadillas después de... ¿Un glorioso revolcón?

Ni siquiera sabía que ella conocía mi nombre, no al menos hasta finales del anterior curso cuando Molly empezó a salir con Nolan y él la arrastró a su grupo de amigos y Molly hizo lo mismo conmigo como si viniéramos en paquete. Para ese entonces yo tenía a Seth y pasaba la mayor parte del tiempo con él pero luego de que termináramos y él se fuera a estudiar a la ciudad, en verdad comenzó a molestarme todo esto.

–Olvide felicitarte por tu papel en la obra –sonríe con alegría. No había una sola razón por la que ella tuviera que molestarse en felicitarme, no éramos amigas, podía contar con los dedos de una mano las veces que habíamos hablado– Mi mamá esta realmente sorprendida por lo buena que fuiste en las audiciones.

Miro a James otra vez esperando no se que y ella parece notarlo porque también voltea a verlo.

–Lo siento. Tengo que ir a vomitar –me limito a decir y los dejo atrás encerrándome en el baño de un golpe seco y poniendo el cerrojo para permitirme allí dentro en la soledad dejarme afectar por lo que había visto.

Fui una estupida. Una completa Estupida. Iba a repetir eso unas mil veces más en mi cabeza hasta que me quedara claro.

Necesito irme

Me siento en el suelo y reviso el mensaje que le envié a Barb hace un minuto. Intento controlar mi respiración, inhalo y exhalo. Nada.

Vuelvo a mi teléfono y finalmente marco su número, aún no me lo había olvidado y no necesitaba buscar su contacto pese a que sabía que tenía una llamada perdida desde hace un mes. El tono suena unas tres veces y luego escucho su voz.

–¿Julie? –mi nombre suena dulce en sus labios como siempre lo fue pero hoy añoraba oirlo mucho más que de costumbre. De fondo se escuchaba musica, había sido una mala decisión llamarlo seguro estaba pasándola bien en una fiesta– ¿Estás ahí?

–Hola –respiro hondo intentando que no se de cuenta de lo mal que me sentía.

–¿Julie estás llorando?

–Creo que hice algo estupido –digo consciente de mis lágrimas y de lo que podría estar pensando desde el otro lado del teléfono.

–¿Dónde estas? ¿Qué ocurrió? ¿Molly esta contigo?

–No –consigo formular e intento recomponerme, Seth estaba a kilómetros de Cornwall lo menos que quería era que se preocupara por mi– Yo solo...yo solo te extraño. Extraño hablar contigo.

Siento su respiración del otro lado entrecortada y puedo verlo dar vueltas de un lado al otro dando zancadas con sus grandes pies meditando que responderme. "Tu me cortaste Julie" esa tenía que ser su respuesta y luego solo colgar, pero era Seth, él no haría eso, él me amaba. Habíamos jurado estar el uno para el otro sin importar que sucedía, quizás esa regla había quedado eliminada cuando nos volvimos más que amigos.

–Yo también te extraño –finalmente responde y siento como esas palabras pesan en su garganta.

Seco las lágrimas de mis mejillas y me reincorporo en el suelo, no quería esto, no quería que él se preocupara o que piense que estaba destruida por no tenerlo conmigo.

–¿Y cómo va la universidad? –me esfuerzo por sonreír solo para que mi voz suene más armoniosa y no porque él pudiera verme sonreír.

Era una pregunta tonta, estaba en una fiesta y él también, quizás incluso besándose con una chica como yo había estado besándome con Connor hace unos instantes. Y no me molestaba eso en lo absoluto, sabía que era una posibilidad en cuanto terminamos pero aún así me habría dolido más que no respondiera mi llamada. Odiaba pensar que se olvidaría de mi, que me vería por la calle y pretendería que no me conoce.

–Bien –dice dubitativo y luego se aclara la voz, a ambos nos resultaba igualmente difícil esta llamada pero aún así lo intentábamos– Es más difícil de lo que pensé.

No supe si se refería a la universidad o si a nosotros pero no dije nada y ambos nos quedamos en silencio escuchando por un momento nuestras respiraciones.

–Molly ganó como presidenta de la asamblea estudiantil –rompo el silencio solo porque necesitaba oír su voz. Quería que todo fuera como antes al menos por un minuto, que él fuera mi amigo a quien podía contarle todo, hacer bromas y que todo lo malo se evaporara. Sabía que eso no iba a pasar, todo lo que alguna vez tuvimos lo había perdido. Ahora no tenía nada.

–Woah –dice asombrado– No creí que a Molly le interesará la política.

–Charlie Hughes se postuló y eso lo cambió todo –él se ríe del otro lado supongo que recordando todas mis quejas sobre lo insufrible que era Charlie– Incluso yo fui su jefa de campaña y lo que escuchas de fondo es una fiesta que yo misma organice.

–¿Tu organizando una fiesta para todos los estudiantes? –dice en un tono burlón– Parece que las cosas cambiaron mucho.

–Hay cosas que no cambian –le aseguro porque necesitaba que supiera que seguía siendo la misma– Aún estoy encerrada en un baño como en cada fiesta que hacía mamá.

–Y yo aún soy el que sigue ayudándote a esconderte cada vez que ella quería presentarte a alguien nuevo.

Ese era Seth, mi caballero de brillante armadura al que le había roto el corazón y aún así seguía de pie a mi lado. No lo merecía, no merecía su amor.

Mi teléfono vibra y veo el mensaje de Barb en el:

Barb
Pasó algo?
Dónde estás?

En el baño de la cabaña de James, podemos irnos?

–¿Y...qué es de tu vida? –dice Seth al ver que no volvía a hablar.

Sabía que su pregunta era una forma de decir ¿Estas con alguien? O tal vez ¿Aún me extrañas, de ese modo, como una novia arrepentida de terminar? Quizás si su pregunta hubiese sido ¿Quieres que vuelva a casa? Yo habría dicho que si, pero no lo hizo y se lo agradecí porque así puede comenzar a hablar sobre cosas sin sentido.

–Barb robo un auto de juguete la semana pasada –me rio de solo pensar lo ridícula que era– Y para nuevas noticias me quebré los dedos jugando voley.

–¿Y desde cuando juegas voley? –la risa de Seth es contagiosa y mis lágrimas se mezclas entre leves risas.

–Lo sé, no se qué pasó por mi mente –pero lo sabía perfectamente, James era lo pasaba por mi mente.

Si no fuera por lo que James había dicho jamás me habría presentado a la práctica y hoy tendría los dedos sanos y tal vez no estaría llorando por verlo con otra chica y así no hubiera llamado a Seth. Lo cierto era que lo necesitaba, necesitaba poder contar con él, no como mi novio sino como mi amigo. Pero me di cuenta de que llamarlo fue en vano, no tenía sentido cuando no podía contarle el verdadero motivo por el que estaba llorando y por el que lo había llamado.

–Me tengo que ir –digo finalmente.

–Está bien –dice calmado– Me gusto hablar contigo Julie.

–A mi también Seth.

Corto la llamaba y alguien toca la puerta del baño, una parte de mí aún tenía la esperanza de que James estuviera allí aunque no tenía idea de porqué o que le diría pero solo desee que fuera él.

–¿Julie, estás ahí? – era Barb la que habla del otro lado de la puerta recordándome que James no estaría allí para mi sin importar cuanto lo deseara.

Antes que te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora