Capitulo 34

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Cole y Lili caminaban por el centro comercial tomados de las manos mientras comían de sus helados.

- ¿Mañana piensas hacer algo? - preguntó apretando un poco sus manos.

Esta negó. - No, ¿tu piensas hacer algo?.

- No... - está asintió y comió de su helado. - ¿quieres hacer algo?

- ¿Como que? - lo miro con una sonrisa.

Este se encogió de hombros. - No se, podrías ir a mi casa o yo a la tuya.

- Voy a tu casa. - sonrío y desvió su vista al helado de Cole. - ¿me das? - este negó. - por fissss - hizo un puchero.

- Está bien, pero sólo una probadita. - le acercó el helado a la boca, esta comió un poquito y abrió los ojos.

- ¡Te lo cambio! - chillo. - el tuyo está más rico que el mío.

Este río. - lo siento pero no.

Esta lo miro y sonrío. - Tenme el helado para poder abrocharme los cordones. - este asintió y tomó el helado. Lili se agachó y abrochó sus cordones, se puso de pie y le quitó el helado rápidamente. - ¡Estupido! - gritó mientras corría comiendo del helado.

- ¡Ven aquí rubia! - gritó mientras la seguía. Está siguiendo corriendo hasta el estacionamiento y para cuando llegó al auto de Cole.

Este llegó tras ella. - Esta muy rico tu helado - le saco la legua mientras levantaba el helado.

Este le sacó la legua y rodó sus ojos. Abrió el auto y dejó las bolsas en los asientos traseros para luego subirse en el puesto del chofer.

- No estás enojado ¿cierto? - preguntó está poniéndose el cinturón.

Este negó pero no le hablo. Comenzó a manejar para salir del estacionamiento.

- ¿Seguro no estás enojado? - preguntó. - Toma tu helado. - se lo extendió.

Este la miro y rio. - No estoy enojado. Comételo, yo ya me comí el tuyo.

Esta sonrío y siguió comiendo del helado.

- ¿Te pasó a dejar a tu casa o quieres ir un rato a la mía?.

- Quiero ir a casa, estoy cansadita. - hizo un puchero.

Cole asintió y comenzó a manejar hasta la casa de Lili.

- ¿Te veo mañana? - preguntó parando fuera de la casa de la rubia. Está asintió. - ¿Quieres que te pase a buscar?.

Esta negó. - No, yo voy a tu casa. - abrió la puerta del auto. - adiós, te amo. - beso los labios del chico antes de salir del vehículo.

Abrió la puerta trasera y sacó sus bolsas. - Te amo. - gritó Cole antes de que esta cerrara la puerta y entrara a su casa.

(...)

Cole entró a la casa encontrándose a Barbara, Dylan y Camila jugando un juego de mesa.

- ¿Que hacen? - dejó las bolsas en el sillón.

- Estamos jugando Monopoly. - hablo mientras movía su ficha. - ¿a donde andabas?.

Este alzó una ceja. - ¿Te importa?.

- Soy tu hermana, dime con quien y a donde fuiste. - lo miro seria.

- Salí con Lili al centro comercial. - dijo divertido.

- ¿Quieres jugar? - preguntó Barbara mirándolo.

- Pero están en una partida. - dijo obvio.

Camila miro el tablero. - podemos empezar de nuevo. - sonrío pasando su brazo por el tablero para sacar las casas puestas.

No debí confiar en ti [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora