Capitulo 65

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Lili despertaba completamente sola en esa enorme cama que alguna vez llegó a compartir con el.
Sus ojos estaban rojos e hinchados, su nariz estaba roja y sus labios más rosados de lo normal. Tenía todo el maquillaje del día anterior corrido, y estaba toda despeinada.

No sabía cuanto había dormido, ni siquiera recordaba en momento se había dormido, solo recordaba haberse acostado en el lado donde dormía el y haberse puesto a llorar abrazada a lo único que le quedaba del chico, la polera.

No tenía ganas de nada, quería llorar hasta no poder más. Aunque intentara recordar lo que había pasado, cómo había pasado, no podía, su cabeza estaba en blanco y eso la estaba matando por dentro.

Quería llamarlo, decirle cuánto lo amaba, quería abrazarlo y besarlo, pero sabía que cuando el decía algo, no había forma de hacerlo cambiar de opinión, pocas veces ella lo había logrado, solo por ser "la luz de sus ojos". Ahora simplemente era "un lindo recuerdo".

Su cuerpo le pesaba, sabía que algo no estaba bien, ella no hubiese echo eso, no en su sano juicio. Pero él la vio ahí, ella se vio ahí, lo había echo, ella lo había echo y no sabía por qué.

Estaba tan metida en sus pensamientos que no noto que su celular había estado sonando por más de cinco minutos. Tomó el celular con la esperanza de ver su nombre en la pantalla, pero no, él no era.

-¿Aló?- contesto intentando disimular
su voz de que había estado llorando.

-Chica, ¿donde estas?-preguntó la pelirroja
desde la otra línea.

-En mi casa.

-¿Por qué no nos abres?, llevamos
cinco minutos tocando la puerta -soltó.

Lili apretó los ojos, no tenia ganas
de levantarse.- lo siento, estaba dormida.

-Ábrenos, Max quiere ir al baño.

-Está bien, voy- hablo para colgar.

Se puso de pie mientras suspiraba y caminó rápidamente hasta el baño para mirarse al espejo, bufo al ver sus ojos hinchados y se mojó la cara para luego pasar sus manos por su cabello intentando peinarlo.

Camino hasta la entrada poniendo su mano en la manilla, tomó aire y giró de esta haciendo su mejor sonrisa. La puerta se abrió dejando ver a ambas chicas y al pequeño Max con una mueca en su rostro.

El pequeño pasó corriendo en dirección al baño con Vanessa a la siga de él.

- ¡Permiso! - gritó Vanessa corriendo tras el niño que ya había entrado al baño.

Lili soltó una risita para luego voltear y mirar a Madelaine quien tenía el ceño fruncido. - ¿Que? - preguntó frunciendo ella también el ceño.

- Mírame - ordenó. - ¿estuviste llorando? - preguntó.

Lili negó. - Nop - hablo caminado hasta el sillón.

La pelirroja cerró la puerta y caminó hasta el sillón para sentarse junto a la rubia.

- A mi no me puedes mentir - hablo cruzándose de piernas. - ¿Que pasó?.

- ¡Tía! - el niño llegó corriendo mientras movía sus brazos.

- Hola cariño - sonrío tomándolo para sentarlo en sus piernas. El niño sonrío y dejó un beso en la mejilla de la rubia haciéndola sonreír.

No debí confiar en ti [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora