- No me puedes dejar... tienes que confiar en mi, yo no sé cómo pasó esto. - ¿Enserio me estás pidiendo que confíe en ti después de verte con el... en la que era nuestra cama? - preguntó dolido. - ¡Hace años prometimos confiar en el otro! - gritó llorando. - ¡Lo prometimos!. - También prometimos no hacer promesas que sabíamos que no íbamos a poder cumplir - se soltó bruscamente para salir del departamento con el corazón destrozado.