¿Cómo mierda Abigail Lorente, la abogada más brillante del Bufete, experta en divorcios, termina casada casi por accidente con uno de sus clientes? Peor aún, ¿Cómo logra un gilipolla, adinerado y tres veces divorciado, que me case con él? La respuesta es larga y difícil, solo sé que la vida era más fácil antes de que Derek Bravo entrara a mi oficina solicitando divorciarse por tercera vez con la esposa con la que tenía apenas unos meses casado, antes de que me invitara a trabajar con él en mi tiempo libre y yo accediera, antes de que hiciera un viaje con él y su equipo de trabajo, antes del video sexual que sacudió mi mundo y mi carrera, antes de embriagarme tanto que pensé que era una buena idea casarme con él en una capilla, frente a un puto doble de Elvis, antes de que todo por lo que trabajé se fuera a la mierda por él, antes de que mi religión, mis padres y nuestra reputación nos hicieran casarnos en serio para tranquilizar el desastre. Se supone que debo soportar seis meses, después podré divorciarme de él y volver a la normalidad, si es que existe una normalidad para mí. Solo sé que mi vida y mi trabajo, como los conocía, están destruidos y el hombre responsable de ello está intentando convencerme de seguir casada con él, aunque eso signifique hacerlo en contra de mi voluntad.