Tú Otra Vez ( Saga Amor Destinado #1)

Extra II: Especial Navidad.

¡No puedo más! Desde que este niño ha aprendido a andar con soltura no para quieto y así no hay quien le ponga la ropa.

- Anda gatita, déjame a mi. Yo me encargo de Bruno.- Se ofrece mi marido.

- Gracias amor. Te juro que ya no puedo más y aún queda mucho por hacer. No sé en que momento se me ocurrió decir que yo hacia la comida de Navidad.

- Tranquila. Todo va a salir bien.-Trata de calmarme Max.- Ve a ducharte y a ponerte mucho más guapa de lo que eres.- Si es que tengo al marido más dulce del mundo.

- ¿Luna?- Rezo porque no esté en la terraza. Al menos que el vestido rojo le aguante limpio hasta que lleguen los invitados.

- Está en el salón viendo una película de Navidad que dan en televisión. No temas porque ya le he dicho que no salga fuera. Tú ve a ducharte, del resto me encargo yo.- Me da un beso.

- Tengo el mejor marido del mundo.

- Lo sé.- Espeta con gran chulería. Max y su ego, no cambian nunca.

Ataviada con el albornoz y unas zapatillas a juego color lila entro al vestidor. si, tengo un vestidor, bueno en realidad lo comparto con Max. Cuando realizamos las reformas nos dimos cuenta que podíamos hacer un pequeño vestidor, no es tan grande como el que teníamos en el otro piso aunque para mi tengo suficiente. El que se queja de falta de espacio es Max, según el sus trajes están demasiados apretados. Descuelgo el mono de pantalón ancho color magenta, lo combinaré con un cinturón de pedrería de colores, botines negros de tacón alto y unos pequeños pendientes plateados.

Estiro con delicadeza el conjunto que me pondré en unos minutos y guio mis pasos hasta el baño, antes de preparar la ropa he puesto el un calentador para escalfar la habitación y colgar las toallas en el radiador. Detesto pasar frío cuando salgo de la ducha.

Ya vestida y arreglada, entro a la cocina aún quedan algunas cosas que terminar antes de que lleguen los invitados. Miro el pavo que está en el horno, aún le quedan unos veinte, veinticinco minutos, la salsa solo tiene que calentarse un poquito, por suerte fui precavida y llevo un par de días preparando todo. 

Alex deja de cortar el queso para ir abrir la puerta, yo mientras tanto ayudo a Luna con sus trenzas. Esta mañana se ha empeñado en que le hiciera unas trenzas con lazos rojos para conjuntar con su vestido y total con lo revoltosa que es esta niña cada dos horas se las tengo que arreglar. Porque aquí mi amada hija es cursi como nadie y bueno, bueno ha sacado el ego de su padre.

- Ya esta cielo. Tan guapa como siempre.- Beso su mejilla.

- Lo sé mami.- Veis, lo que os he dicho.

Puedo escuchar desde aquí los gritos de Bruno, todo emocionado y podréis pensar que está feliz por el día que es y por ver a su familia. Pues no! Se pone histérico cuando alguien llama a la puerta, es el primero en correr hacia la puerta. Tanto Max como yo tenemos que correr para que no abra a y sea algún desconocido. 

- Feliz Navidad Emma- Mi suegra entra a la cocina con un par de bolsas.

- Feliz Navidad.- Nos damos un beso en la mejilla.

- Te dejo esto en la nevera. Un par de botellas de vino tinto y un pastel.

- ¿Traes velas?

- Si, si. Están dentro de la bolsa.- Hoy casualmente a parte de ser Navidad es el cumpleaños de Alex.

- Feliz Navidad familia. ¿Mamá, has traído un pastel?- Mi cuñado  Enzo entra a la cocina cargado de bolsas. Alex detesta que celebremos su cumpleaños.

- Este año va a ser diferente. Tú hermano es otro, está feliz, es otro hombre, esta enamorado.- Mi suegra tiene toda la razón del mundo.

- ¿Tú también mamá? Camila también está convencido que Alex está enamorado y sale con alguna chica.