Capítulo 21: Idiota

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Narra Max:

Me siento en la cama y termino de desabrochar los dos últimos botones de mi camisa y paso mis manos por mi cabello castaño oscuro.

Ha sido un día agotador en Turandot y no tener su presencia desde hace días se me está haciendo difícil. Pese al enojo que siento por su traición, su sola presencia provocaba una sensación de paz en mi interior.

Enciendo un cigarrillo y lo disfruto como si del último se tratara, me sirvo una copa de brandy y me siento en el balcón a disfrutar de mi momento de relax diario, junto al sexo lo mejor de la vida.

El sonido del interfono me saco de mi trance, coloque mis pies apoyados en la barandilla del balcón en el suelo y con el cigarrillo en la boca fui abrir la puerta.

Sople el humo frente a la cara de mi hermano, este hizo un gesto de desagrado, odia el tabaco y yo simplemente amo molestarlo. 

- Deja ese vicio de mierda Max.

- Ahora me pienso fumar otro. ¿Una cerveza?

- Si, por favor.

Enzo se sienta en el sofá y yo sirvo un par de vasos con cerveza de malta de importación para seguidamente sentarme junto a él.

. ¿Hoy no viene Miranda?

- Tenía visita con su cirujano. Anoche se vio un poco de grasa en el muslo o algo así. ¿Sabes como está papá?

- Algo mosqueado. El acontecimiento de ayer han hecho bajar las acciones de la empresa, la pérdida será notable en un breve futuro.

- Esa dientes de conejo me va a escuchar.

- Emma es inocente.- Suelta de golpe mi hermano. ¿Pero qué sandeces estaba diciendo? Si la propia competencia lo había confirmado. 

Enzo sacó del bolsillo de su pantalón una pequeña memoria USB y me la entregó.

- Esto es lo que Emma quería mostrar anoche. Míralo.

- Te lo puedes quedar. No quiero ver como roba una traidora.

- Te puedes arrepentir si no lo ves.

Me meto en la cama con el estómago aún lleno de la cena y abro mi Macbook para consultar unos correos de trabajo. Normalmente solía dejar el trabajo en la oficina y no llevar nada a casa, me gusta desconectar. Pero esta vez debía revisar unos correos, a primera hora tengo una importante reunión y me gusta ir preparado.

Termino de revisar el correo y antes de cerrar mi ordenador personal las palabras de mi hermano volvieron a  mi mente, y la memoria USB. Me levanto dejando el Macbook a un lado de la cama y voy a  buscar el objeto que Enzo me ha entregado. Me vuelvo a adentrar en la cama, me acomodo apoyado en el respaldo con un par de cojines en la zona lumbar  y meto el cacharrito en su ranura correspondiente. 

El ordenador procesa la información, solo hay un archivo, un video. cojo aire y le doy al botón para reproducir.

Soy un jodido idiota, soy un monstruo. Acosé a Emma de la venta de los diseños y pese a su negativa, a sus lágrimas yo no la creí.

Y la verdad, no me duele que hay sido Miranda. Me duele saber lo estúpidamente idiota que he sido, lo mal que he hecho sentir a Emma. Me pasé años esperando a pedirle perdón y cuando podía haberlo logrado la vuelvo a cagar.

Narra Emma:

El estruendoso sonido de golpes en la puerta de sacan de mi profundo sueño y sea quien sea lo voy a matar. Estaba pintando a Jamie Dornan  como hacía Leonardo DiCaprio con Kate Winslet en Titanic. Os imagináis el panorama, no? y alguien ha tenido la genial idea de venir a despertarme de ese maravilloso sueño. Me apuesto lo que sea a que es Martina.

Somnoliento voy a abrir la puerta.

- Más te vale que sea importante, me has sacado de mi momento erótico con Jaimie.- Espeto mientras me restriego los ojos.- MAX!- Todo el suelo que tengo en estos momento se va al verlo frente a mi.

- Perdón, perdóname. Soy un idiota.- Se arrodilla frente a mi con lagrimas en los ojos mientras se aferra a mis piernas.

- Max suéltame por favor. Me vas a bajar el pantalón del pijama- y hoy llevo braguitas de flores- Vamos entra. 

Le sirvo una tila bien calentita y yo sujeto en mis manos una taza de manzanilla, empieza hacer bastante frío y algo caliente al cuerpo sienta  a las mil maravillas en el cuerpo. Y que menos después de haberme interrumpido mi fabuloso sueño con el señor Grey.

El silencio empieza a ser incomodo. ¿piensa hablar o qué? Tengo frío y sueño. Si lo he dejado pasar es porque pese a sus acusaciones, sus malas palabras, las humillaciones, no soporto verlo llorar. Una extraña presión se apodera de mi pecho, dejándome sin respiración.

- Se que no fuiste tu quien robó las joyas- suelta de sopetón rompiendo el silencio. Bebe un poco más de su vaso.- Enzo me dio el video donde se muestra que Miranda fue quien vendió los diseños. Lo siento. Debí haberte creído desde el primer momento Emma. Perdóname por favor.

- Solo quería demostrarte la verdad. Ahora ya la sabes y sabes que no fui yo. Si me permites quiero dormir. Buenas noches.

Sin ni siquiera acompañarlo a la puerta fui directa a mi dormitorio. 

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Peino mi cabellera pelirroja aún mojada de la rápida y calentita ducha. Mamá me ha despertado a primera hora de la mañana toda desesperada. Se ha enterado de mi escenita en la fiesta benéfica de Turandot y está que trina. Según ella he avergonzado a la familia.

Rosario abre la puerta y con su alegre carácter de siempre me saluda. Me ofrece un poco de la lasaña que acaba se preparar y yo gustosa acepto. Mejor agarrar fuerzas antes de enfrentarse con Elisa.

Beso la mejilla de Rosario y me dirijo al salón. Maná ya frunce su ceño sin una sola arruga.

- Te has hecho otro retoque?- cuestionó para destensar la tensión que se palapa en aquel ambiente. - Estas hermosa mami

- No vas a conseguir nada con tus halagos Emma Alejandra- odio que me llame así. Es tan de telenovela pastelona.

- Mamá.

Elisa me tiende la revista que tiene en sus manos. Se muestran un par de imágenes en donde se me ve justo en el momento en el que mi vestido se rasga y otra en la que se me va justo al caer al suelo.

- Mamá te lo puedo explicar- mamá cruza los brazos esperando mi explicación. La cual se la doy tratando de contener las lagrimas que me provoca la situación

- Las chicas del club no me han invitado a la fiesta de invierno que organizan cada año por tu numerito.- No lo puedo creer, le importa más su situación social a como esté su hija. 

- Mamá no lo puedo creer. Me despiden y mi jefe me trata como la mierda y a ti solo te importa una estúpida fiesta de gente rica. Yo flipo mamá. Yo flipo. Te importa más tú posición social que tu hija.

- ¿Se puede saber que son estos gritos?- Enrique interrumpe  la discusión entrando al salón a medio vestir.

- Tu mujer Enrique. Le importa más el qué dirán a su hija.

- Esta vez tu madre tiene razón.

- Yo alucino.

Sin decir ni una palabra más, tomo mi abrigo el guardarropa y salgo de aquella casa. No suelo perder los nervios con facilidad y esta vez los estaba perdiendo. Te odio cerebro de botox. Te odio Max.


Tú Otra Vez ( Saga Amor Destinado #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora