Capitulo 27: Mi novia

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Me siento en el sofá terminando de poner un jersey, el frío cada vez ameniza más pronto y en este piso la calefacción brilla por su ausencia. Tiendo un par de mantas a las chicas para que cubran sus piernas y ver la saga entera de Grey. Elección de Alma, según dice se lo debo por no contarle mi relación con Max. El muy cobarde a huido corriendo cuando Alma se ha puesto a pedir explicaciones.

Cierro la puerta tras despedirme de las chicas, eufóricas por ver a Christian Grey en pantalla. Algo me dice que Alma y Martina van hacer grandes migas. Ambas están cortadas por la misma tijera.

Recojo el el resto de la cena improvisada que hemos hecho y lo lavo mientras visiono algunos tutoriales de arte a través de mi teléfono.

El video es interrumpido por una llamada de Martina por Skype. Deslizo el dedo por icono de la pantalla táctil para atender a su llamada. Llora, desconsolada.

- Martina. Cariño.

- Tomás. Ttttttomasssss.- Su voz tiembla y apenas puede hablar

-  Martina. Calmate. Respira hondo. Relájate.

- Tomás me ha dejado.

- ¿QUEEEE? ¿Por qué?

- Le he dicho que besé a otro hombre.

- ¿Qué has hecho qué Martina?- El vaso que estoy limpiando, resbala de ,os manos cayendo al fregadero.

- No fue nada. Fue algo insignificante. El otro día estaba en el hospital haciendo ronda con ese Doctor tan insoportable del que te he hablado alguna vez.

- ¿Él que atendió a Sofia?

- Si. En fin, que el muy idiota no paraba de mandarme ordenes y meterme prisa. No me dejaba respirar, me estaba sacando de mis casillas y no se porqué lo besé. En seguida me arrepentí y no significó nada. No sé ni por qué lo hice.- Vuelve a estallar en lagrimas.

Hablo durante un buen rato con Martina, tratando de entender su situación y darle mis consejos.

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Abro la puerta del portal para salir a la calle, coloco bien mi bufanda y cierro el abrigo acolchado negro hasta donde la tela de la bufanda de imitación de lana a cuadros grises, blancos y negros me permite.

Levantó mi vista y allí está con su posado de chulo, apoyado a su cocho, vestido de traje negro y abrigo de lana color camel. Da las últimas caladas a su cigarrillo, saca de su bolsillo un paquetito envuelto en papel blanco, lo desenvuelve y lo mete en su boca. Me sonríe y no puedo evitar contestar de la misma manera.

Dirijo mis pasos hacía el para saltar mis brazos a su cuello, Max me toma de la cintura para juntar nuestros labios en nuestro primer beso del día.

- Devuélveme el chicle, ladrona- Protesta Max

- Te aguantas- Saca mi lengua en forma burlona.

- Vengo a llevarte al trabajo.

- ¿Y qué nos vean juntos?

- Si.-roza su nariz con la mía.

- No sé Max. Sabes que no quiero que piensen que soy una aprovechada que se ha ligado a uno de los dueños de la empresa.

- Mi amor, te tiene que dar igual lo que piense la gente. A mi me vale una mierda lo que me pueda decir o pensar otra persona. Me importa lo que tu sientes por mi.

- Si no subimos ya, vamos a llegar tarde.- digo con una gran sonrisa correspondida por Max.

- Nena soy el jefe. Puedo llegar tarde.- Ya está sacando su ego, de verdad que me pone nerviosa cuando hace esto. 

Tú Otra Vez ( Saga Amor Destinado #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora