Tú Otra Vez ( Saga Amor Destinado #1)

Capítulo 18: Culpable

En la hora del almuerzo les cuento a las chicas mi fin de semana en la costa y mi encuentro con Max y la cerebro de botox, mi reencuentro con ex novio Julio Eso si he obviado la parte del beso

- Sabía que era una arpía pero no sabía que fuese tan zorra-expresa Celia con recelo al saber mis sospechas sobre Miranda.

-Son sólo sospechas. Chicas. Tendría que demostrar que Miranda es quién vendió los diseños.

- Tú dejame a mi. Yo me emcargo de ello- Dice Camila.

Toma su Iphone y busca en la agenda un número.

- Cortés. Soy Camila, necesito un favor. Si. De las últimas dos semanas. Esta bien. Allí estaremos. Gracias Cortes. Te debo una.- cuelga su móvil y lo vuelve a guardar en su bolso color vino. Todas miramos a la rubia en espera de una respuesta.

- ¿Quieres decir con quien mierdas estabas hablando?- Pregunta impaciente Alma

- Con Cortés-Todas miramos a la rubia frunciendo el ceño- Es uno de los chicos de seguridad de la empresa. Esta noche nos dejará ver las cintas.

Camila Hernández, recuérdame que te haga un monumento, una calle y una plaza a tu nombre.

Si mis sospechas son ciertas y las pruebas lo confirman podré demostrarle a Max quien vendió los diseños. Te vas a enterar Massimiliano.

Aprovecho tras salir de la oficina en mi jornada laboral para ir hacer una visita a mi hermana. Desde el incidente que solo he hablado con ella por teléfono.

Gloria, la chica de servicio de la familia me abre la puerta.

-¡ Mi niña. cuanto tiempo! ¿Cómo estas?- Me abraza de forma efusiva. Adoro a esta mujer es tan alegre y enérgica. Siempre esta de buen humor y tiene una sonrisa para todo el mundo

- Bien. ¿Cómo esta tu espalda?

- Bien. Estoy tan agradecida a Don Enrique, gracias a su ayuda he podido operarme.

- Era lo mínimo que podía hacer Gloria. Llevas muchos años en esta familia siendo leal, eres una más.- Interviene Enrique.

- Gracias señor. Me hará usted llorar.

- ¿Está Sofia?- Pregunto.

- Esta encerrada en su habitación- Me responde Enrique.

- Voy a ir a verla.

- Mi pobre pequeña. Esta tan triste. Me duele verla así. Voy a darte un poco de tarta de chocolate. Hoy no ha comido en todo el día.

Bandeja en mano con dos platos pequeños como soporte para dos más que apetecibles llamo a la puerta de la habitación de Sofia. Con en escueto si de adentro. Esta tumbada en la cama vestida con un pijama de pantalón corto, sudadera y calcetines altos. Ni siquiera levanta su vista de su móvil.

- ¿No tienes frío?- Pregunto para romper el hielo.

- No mucho la verdad.

Tomo una manta gris del sillón situado en una de las esquinas de su habitación y me acerco a la cama.

- Ven. Siéntate. Vamos a taparnos. Tengo algo que contarte.

Sofía deja el móvil en la mesilla de noche y accede a mi petición.

- ¿Quieres?- Al principio se niega.- Vamos esta muy rico.- Le ofrezco un trozo directo a su boca. Finalmente a regañadientes acepta.- ¿Esta rico verdad?- Simplemente asiente.- Pues ya me los como yo los dos. Mejor para mi.

- Si hombre. Yo quiero el mío.- Protesta Sofia

Le doy a Sofia el plato con su trozo de pastel de chocolate y lo devora en pocos minutos.