Capítulo 30: Despedida amarga

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Con el mejunje de aguacate y miles de cosas más me siento en el sofá de Martina mientras esperamos a que la mascarilla haga efecto. Esta noche celebramos la despedida de soltera de Celia y según Martina hay que estar divina para la ocasión. Así que aquí estoy, en su pequeño loft poniéndome todo aquello que sea comestible encima de mi blanquecina piel.

Martina se sienta junto conmigo en el sofá y me entrega dos rodajas de pepino.

- Sabes que las rodajas de pepino no hacen nada- Le sugiero.

- Lo sé, aunque me hace ilusión. Parece más de película- río ante su comentario.- Me volví a besar con el doctor innombrable.

- ¿¡Qué, otra vez!?- Exclamo. Ya eran varias veces que Martina se besaba con su mentor.

- Y no solo eso. Tuvimos sexo en el cuarto de las sabanas un par de veces- Muerde su labio.

-¿Comoooo? ¿Te has acostado con él? Martina ese hombre esta casado.- En menudo lío se ha metido mi amiga.

- Ya lo sé. Y no lo soporto. Es el ser más engreído que he conocido en mi vida, déspota y creído.

- Este tipo te gusta.

- No digas sandeces Emma. Solo fue un desliz sin más.- La conozco y se que miente. 

- Dos.

- Idiota. Mejor pongo la tele. No me apetece hablar del tema.

- Esta bien-  Niego, siempre hace lo mismo cuando no quiere afrontar sus problemas. 

Martina enciende la tele, deja el mando de nuevo en la mesa. El programa de cotilleos vuele tras algunos anuncios. Las imágenes hacen que mis ojos se abran, un gran escalofrío recorre mi cuerpo, las lágrimas empiezan a caer sin control. 

- ¿Cómo habrán conseguido ese video?

- Será mejor que cambie de canal- Propone Martina.

- Deja. Quiero ver que dicen.

- Emma, no es bueno que veas esto. No te hace bien.

Niego en rotundo. Aunque duela, miles de recuerdos y sensaciones que creí superadas vuelven a mi mente, el aire empieza a faltar en mi cuerpo, las imágenes van perdiendo su nitidez hasta volverse todo en blanco. Todo se apaga lentamente.

.........

Abro y cierro los ojos unas cuantas veces antes de acostumbrarme de nuevo a la incómoda luz de la habitación de mi amiga. reconozco la cama de Martina, el espejo en el techo, el cubre camas de ganchillo. Siempre me he burlado de él diciéndole que parece de abuela. Siento una mano, conozco esa manera de tomar la mano, fuerte, contundente, sin ganas de querer soltarme.

- Mi amor. ¿Cómo estás? Me he asustado tanto cuando Martina me ha llamado. He tenido que venir corriendo.- Max empieza a repartir besos por todo mi rostro.

- Max, ya, para para. Ayúdame- Le pido tratando de incorporarme a la cama- ¿Qué hago aquí? ¿Qué haces aquí?

- Emma. ¿Estás bien? Ni sabes el susto que me he dado en cuanto te has desmayado. - Mi amiga corre a abrazarme con efusividad, apretando incluso mis costillas.

Las imágenes vuelven de nuevo a mi. El video a salido a la luz.

- El video. El video.

- Nena, ya me he encargado de eso. Enzo me ha recomendado un buen bufete de abogados. El video en unas horas ya no estará disponible, todo aquel medio que hable de el deberá atenerse a sus consecuencias.

- ¿Por qué a mi? Tenía todo eso olvidado- digo entre sollozos.

- Cuando sepa quién ha sido el ser miserable en mandar ese vídeo, juro que le faltará mundo para que no le corte y fría sus pelotas.- El rostro de mi amiga muestra enojo e indignación.
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Tengo las mejores amigas del mundo. Celia ha querido cambiar sus planea de despedida se soltera en el último momento. No puedo evitar sentirme culpable. Por mi han organizado una pequeña fiesta privada en casa de Martina. Alma insiste en que el plan original se hará otro día. Al parecer conoce a uno de los dueños del local.

Termino de cortar el queso y lo llevo a la mesa junto al resto de comida. Gracias a Celia y sus dotes culinarias, esta noche no vamos a pasar hambre.

- Juro que voy a compensarte por fastidiar tu despedida de soltera- susurro a Celia.

- No has fastidiado nada. Estoy con mis amigas, os quiero y me da igual donde y como sea mi despedida mientras estéis vosotras. Eso es lo único que me importa. Aunque, si que me podrás compensar de alguna manera.

- ¿Cuál?-Veo como Celia pone sus manos en su vientre. No lo puedo creer.- No, no puede ser. Estás...

- Shhhh.- Trata de callarme.- Nadie sabe nada. Apenas hace un par de días el médico me lo confirmó.

-¿ Y Jorge?

- Se lo diré en nuestra boda.

-Ay Celia. Me alegro tanto por ti y Jorge.- Ambas nos fundimos en un abrazo.

-¿Se puede saber que pasa aquí?- Inquiere Alma.

-Nada. Solo que os quiero mucho.

- Fingiré que os creo.- se sirve un poco más de licor en su vaso.

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La música suena, nuestros gritos de euforia suenan por encima del volumen del reproductor. Una música algo sensual, baila el stripper. Si, Alma y Martina han contratado a un stripper disfrazado de policía. Solo a ellas se les podría ocurrir.

-¡Deberíamos hacer esto al menos unas vez al mes!- Exclama Alma

- En la próxima quiero un privado solo para mi. Esta vez vestido de bombero.- Martina bebe un poco más de su copa. Ya lleva unas cuantas encima.

El timbre del loft de mi amiga se difumina entre el volumen de la música, para ser substituido por fuertes golpes en la puerta. Dejo mi copa en el mueble de la entrada y me dispongo a abrir.

Un hombre, de aspecto fuerte, cabello oscuro y mirada oscura algo seria y penetrante se encuentra frente a mi.

- ¿Está Martina?

- ¿Y tu eres?- Cuestiono.

-  ¿Qué esta pasando aquí?

- Hay madre mia que culo tiene este hombre!- Grita Martina desde el salón.

El hombre de cabello oscuro, al escuchar los gritos de euforia de mi amiga, entra a toda prisa al interior del loft, aparta a mi amiga quien estaba sentada en el regazo del stripper vestido en ropa interior color rojo.

- ¡Javi! ¿Se puede saber cómo has entrado aquí?

- ¿Qué es todo esto?- ¿Cómo que es todo esto? Una fiesta no lo ves. 

- Mi despedida de soltera. En un par de semanas me caso.- Explica Celia.

- Enhorabuena.- Le felicita el hombre. 

- Gracias.- Asiente tímidamente

-¿Se puede saber que haces aquí Javier?- Pregunta de nuevo mi mejor amiga.

- Venia a contarte que la niña en coma ha despertado. Pero ya veo que es más importante bailarle a un hombre que va casi en cueros.

- Yo al menos me divierto, soy libre, me lo paso bien. No soy un amargado como tú.

- ¿Se puede saber quien es este tipo?- Susurra Camila.

- Creo que es un es un doctor con el que ha tenido según Martina, un par de deslices.- Murmuro

- Yo no diría que haya sido solo un desliz.- Cami señala de forma disimulada hacia la pareja.

Un grito de sorpresa sale de todas las presentes al ver cómo el hombre de cabellos oscuros está besando a mi amiga. 







Tú Otra Vez ( Saga Amor Destinado #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora