Camila tiende encima de su cama el enésimo vestido para probarme. Estoy ya agotada de vestirme y desvestirme, ningún vestido convence a las chicas. Obviamente en mi armario ni hemos mirado. Según Martina, nada en mi armario es apto para una cita, en un lugar tan elegante.
Perdón, que no os lo había dicho. Esta noche Max me va a llevar a cenar a uno de esos restaurantes con estrella Michelin. Me conformaría con algo más sencillo, la verdad.
Salgo del baño con un vestido ajustado por el cuerpo y falda vaporosa por debajo de la rodilla color blanco con flores bordadas. Me paro frente a las chicas y dejo que miren unos segundos antes de su veredicto. Observo sus rostros, sus mandíbulas están desencajadas, no se si para bien o para mal.
-¡¡Jolin queréis decir algo!!!- Protesto.
- Emma. Estas preciosa-Celia rompe el silencio.
- Es perfecto amiga- Martina dibuja una sonrisa en su rostro.
- Lo vas a dejar sin palabras. Te va a querer follar en la misma mesa del restaurante.
-¡Alma!- la riño.
- Bien. Pasemos a peinar y maquillar. ¿Quieres algo en especial?- me pregunta Cami.
- No. Simplemente quiero parecer yo. Os dejo libertad.
¿Os dejo libertad? Os dejo libertad, os dejo libertad. Como se me ocurrió decirles eso. A veces pareces tonta Emma Salinas. En este preciso momento me siento como una marioneta en manos de cuatro locas a las que llamo amigas, haciendo sabe que con mis mechones pelirrojos.
Alma retoca algunos mechones de mi coleta y limpia con el puño de su manga un poco del labial rojo.
- Estás increíble Emma.
- Gracias Celia. Esto no habría podido ser posible sin vosotras. Sois las mejores amigas que podría una pedir.-
Juntas nos fundimos en un abrazo. Trato de controlar mis lagrimas, si se me corre un poco el maquillaje, me matan.
El doble pitido de mi teléfono resuena encima de la mesa del salón. Max me esta esperando abajo.
-Venga date prisa. No hagas esperar a tu galán.- Camila me entrega el pequeño bolso negro de terciopelo.
- Sigo sin poder creer que seas la novia del jefe.
- Lo mismo pensé cuando los pillé.
- ¡TÚ lo sabías cerda!- Reclama Celia a Alma.- ¿Quién más lo sabía?
- A mi me dijo que no dijera nada.- Se defiende Camila.
- Yo soy su mejor amiga.
- O sea, que soy la ultima en enterarme. Esta me la vais a pagar chicas. Os pondré en la peor mesa de la boda.
- A mi con que me pongas con tu hermano, me conformo. - Sugiere picarona Alma.
Abro la puerta del portal y al igual que las mañanas, allí está apoyado en su deportivo de última gama dando unas caladas a su cigarrillo. Lleva un traje azul marino muy oscuro, camisa blanca con los dos primeros botones desabrochados, dejando entrever un tatuaje.
- Estás hermosa gatita- rodea mi cintura.
- Tú tampoco estás nada mal amor. Te va a dar frío con la camisa tan desabrochada.- Abrocho un par de botones, dejando aún algunos sueltos en el escote.
Sus labios aprisionaron los míos quienes no tardan ni una milésima de segundo en corresponder y dejarme perder explorando su boca.
Nuestro beso se ve interrumpido por el grito de las chicas. Giro mi cuerpo, encontrándome a Alma, Martina, Celia y Camila apoyadas en la barandilla del balcón observando nuestra escena.
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Tú Otra Vez ( Saga Amor Destinado #1)
Romance¿Qué pasaría si años después te reencontraras con el chico del que estabas perdidamente enamorada en tu adolescencia y él jugó contigo? Pues eso me pasó a mi. Max Ferreti era el chico de mis sueños y para él solo fui una maldita apuesta junto a sus...