Capítulo 31: Nadie me va a callar

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Menudo coñazo de reunión. Solo tengo ganas de que termine e ir a casa y tumbarme en el sofá con Max a ver películas mientras él juega con los mechones ondulados de mi cabello rojizo.

Guardo en uno de los cajones de mi pequeña oficina algunos de los diseños en los que estoy trabajando actualmente y cierro el cajón para luego guardar la llave en mi bolso. Desde el robo guardo todo bajo llave. 

 Aliso un poco la blusa roja que visto, cuando tres golpes me interrumpen.

- Amor,¿ lista para irnos?

- Dame un minuto- Digo mientras coloco mi abrigo y la bufanda.

Desde que salió a la luz el video en televisión me siento observada por todo el mundo, como si fuera un despojo de basura en el suelo que la gente patea con fervor al pasar. Desde ese día he tenido que cerrar todas mis redes sociales, cambiar mi numero de teléfono e ir casi a escondidas por la calle. Todo ellos debido a las continuas amenazas e insultos que recibía a diario. En un primer momento creí que lo podría llevar bien pero con el pasar de los días todo fue empeorando, las amenazas eran más constantes y ya no solo a mi persona, llegaban a mis seres queridos. 

Le doy a Max el bol de ensalada y este lo lleva a la mesa, mientras yo termino de cocinar la tortilla de patatas.

Observo como Max habla con alguien por teléfono.

- Era Alex. A partir de mañana los periodistas tendrán prohibido el paso a 200 metros de Turandot.

Suspiro al escuchar sus palabras. Un lugar menos en el que sentirme observada.

- Eso es bueno.

- ¿Quieres que veamos una peli?

- Los puentes de Madison.

- Para dormirte como la última vez.- Inquiere con tono algo burlón.

Siento como un río de besos va bajando desde la coronilla hasta casi llegar a mis pechos. Empiezo a sentir algo de frío y me revuelvo. Abro mis ojos y miro por la ventana, esta empezando a salir el sol.

- ¿Que hora es?

- Las siete. Te quedaste dormida a mitad de película y te tuve que traer aquí. Pesas un poquito.

-Idiota-Le lanzo una almohada que consigo alcanzar.

- Hay café y tostadas. Tomate tu tiempo. Yo tengo que irme.

- No. Quédate conmigo a desayunar-Hago puchero.

- Nena me encantaría. Pero tengo que ir con Erik a visitar a un importante proveedor de oro.

- Todo sea por el futuro de Turandot.

- Te prometo que te compensaré

Max se despide de mi con un beso en los labios con sabor a mermelada de fresa.

Y pensar que hasta que no le obligué a tomar aquel helado de fresa, nunca había catado ese sabor. Con lo rico que está. A mi mente llegan las imágenes de nuestra escapada a la playa. A penas era una adolescente y me sentía en la cima de la vida. Era la novia del chico de mis sueños y del que todas soñaban ser.  Recuerdo que les mentí a mamá y a Enrique y les hice creer que iba a pasar el fin de semana en casa de una compañera haciendo un trabajo de ciencias para el instituto. Creo que gracias a Max, me convertí en una buena mentirosa-

Guardo el móvil en el bolso, me miro al espejo y colocó la diadema roja que adorna mi cabello pelirrojo y me miro al espejo. Me siento bien, fuerte, me veo bien. Después de varios días por fin he decidido maquillarme algo y verme bien. Me gusta como me veo con esta blusa blanca de topos rojos y el pantalón palazzo rojo, me hace sentir sexy y con ganas de conquistar el mundo.  

Cierro la puerta del portal, dispuesta comerme el mundo, a ignorar a todos aquellos insultos, nadie va a callarme, no voy a dejar derrumbar por esa gente que quiere sacar su frustración en mi. 

Y parece que me primera prueba no se hace esperar. Con su porte de mujer divina, subida en unos tacones de 15 cm de aguja y como si el suelo húmedo de la lluvia de esta noche pasada, no le dificultara el paso. Dirige sus pasos de forma altiva hacia mi.

- Veo que te dignas a salir a la calle.- No echaba nada de menos esa voz. Como chirria.

- ¿Qué haces aquí Miranda?

- Ver como la zorra, roba novios tiene la desfachatez de salir a la calle. Tras ser el hazmerreir y la protagonista del video sexual del momento. Sabía que eras una zorra aunque no imaginaba que hubieras empezado tan joven. 

- ¿Has terminado?

- No.

- Pues ve dándote prisa. Tu voz me daña los tímpanos y debo ir a trabajar. Algunas nos ganamos el pan de forma honrada. No como otras que viven de papi y de la cartera de otro hombre siendo su juguete.

- Te advierto cabeza de zanahoria. Max va a ser mío de nuevo y ni tu ni nadie me lo van a impedir.

- Eso lo veremos. Y yo a diferencia de ti. No pienso jugar sucio. Yo tengo algo que jamás podrás tener. Max me ama a mi.

Antes de que pueda decir nada, avanzo mi camino dejando a Miranda en medio de la calle. Puedo escuchar su grito de rabia cual cría de biberón.

Llego a Turandot sintiéndome fuerte, mi andar es firme y seguro. Encararme con Miranda me ha dado más fuerzas. 

Mi mañana ha sido muy productiva  en la oficina y he podido salir con  las chicas a comer. Donde aproveché para contarles mi encuentro con Miranda.

- Como me habría gustado verte mientras ponías a la cerebro de botox en su sitio- Expresa Alma y bebe un poco de su copa de vino.- Tenéis que probar este vino. Esta delicioso.

Alma toma un poco de vino y nos sirve a todas, levanta su copa y propone un brindis.

- Vamos a brindar. Por nuestra amistad. Por este día tan bonito que me ha permitido estrenar una fantástica gabardina color esmeralda, por la fantástica noche de sexo que he tenido- Todas reímos- y por ultimo. Quiero brindar por nuestra querida Emma y sus ovarios por plantarle cara a Miranda ante sus amenazas.

-Como es eso que Miranda te ha amenazado?- Dice Max quien ha aparecido sin que ninguna se percatara.

- Se puede saber con quien has pasado la noche Alma?- Cuestiona Erik con un rintintin algo ¿celoso?

- A ti no te debo explicaciones de nada.

- Eso lo veremos.- Erik toma a Alma y se la lleva como saco se patatas a fuera del restaurante. Llevándose por el camino la mirada curiosa de todos los presentes.

- Déjame en paz imbécil. Suéltame-Patalea y grita mi amiga.

¿ Qué está pasando entre estos dos?

- Alguien sabe que esta pasando con esos dos?- Pregunta Camila.

-Ni idea. Si se llevan como el perro y el gato.- responde Celia.

- Amor mío. ¿Podemos hablar?-me pregunta mi novio.

Recojo mis pertenencias y salgo junto a Max. Juntos nos dirigimos hacia un parque a un par de manzanas del restaurante.

- Supongo que quieres hablar de Miranda.-Asiente.

- Quiero saber que es eso que te ha amenazado.

- Quiere separarnos y esta dispuesta a lo que sea con tal de conseguirlo.







Tú Otra Vez ( Saga Amor Destinado #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora