Extra I: El otro extremo del hilo rojo

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Tumbada en la cama de nuestra habitación observo el anillo de oro blanco con el diamante que decora mi dedo, junto a la ultima nota que dejó mi ahora prometido el día que me pidió matrimonio de nuevo. No pude negarme a decirle que no, recreo la primera vez que me pidió una cita, el inicio de nuestra historia de amor.  Al final después de varios intentos, le he dicho que si.

Flashback:

Termino de apuntar los deberes que el profesor de matemáticas nos ha mandado, como siempre soy la ultima en salir y el profesor espera pacientemente por mi.

Muero de ganas por ir al aula de arte a desfogarme. Hoy ha sido un día horrible. Al levantarme, he caído de la cama y me he dado contra la mesita de noche. Tengo un chichón en la cabeza que parece casi un cuerno. Al bajar a desayunar, los locos de mis hermanos pequeños se estaban peleando por los cereales. Y sabéis qué? Al final han tirado la leche y los cereales encima mío. En fin que esto ha hecho que tuviera que cambiarme de ropa y atrasarme para llegar al colegio. Y no suficiente con empezar mal el día en casa, en el cole no podía ser peor para variar. Rita y su sequito me han vuelto a encerrar en el baño, han colocado un cojín de pedos en mi asiento y me he paseado durante una hora por los pasillos con un cartel en la espalda que decia "Llámame dientes de conejo". Mi día no puede ser peor.

Con la esperanza de no encontrarme a Rita o nadie de su sequito, camino por los viejos pasillos del colegio hasta llegar a la clase de arte, mi refugio en este mundo de locos.

Que raro, la luz esta apagada. Bueno, iré abrir. Conozco tan bien esta sala que estando totalmente a oscuras sería capaz de encontrar cualquier cosa. Prendo la luz y no doy crédito a lo que ven mis ojos. ¿Qué es todo esto? Del techo cuelgan varios hilos con un pequeño papel atado al final. Será algún proyecto de arte? Ay, quizás haya destrozado algo o no podía entrar. Me acerco a la primera nota, lleva escrita mi nombre "Emma Salinas, lee atentamente"  voy en busca de la siguiente nota." Me gustas" ay por favor, esto debe ser algún chiste. En el cartel numero tres está escrito "Mi mañana solo empieza cuando llegas tú" ay que tierno, eso mismo le dice papá a Brenda. " Eres la chica más bella de este universo" Si soy una simple chica, no tengo nada especial y bien contenta que estoy. No se quien me quiere adular tanto aunque estoy convencida que todo esto se trata de alguno de los juegos de Rita. Sigo despegando notas que cuelgan del techo, a cada cuál es más bonita, quién haya escrito esto me debe conocer o se fija mucho en mi. Lo que me hace pensar que Rita está detrás de eso, de verdad esa chica está obsesionada conmigo y no entiendo porqué.

Ya solo queda una tarjeta, ahora es cuando pone que todo esto es una cámara oculta y voy a ser el hazmerreír de todo el colegio. Tomo entre mis manos el ultimo trozo de papel, tiró un poco del hilo al igual que el resto queda con una pequeña grieta. Cierro los ojos, tomo aire para dejarlo ir después muy lentamente, vamos Emma sabes muy bien que esto se va a tratar de otra burla. Hazlo y mañana será otro día, siempre es así. Lentamente abro mis ojos color miel y leo "Este simple chico quiere una cita contigo"

- ¿Aceptas?- ¿Esta voz? No doy crédito a que él haya preparado todo esto

Giro sobre mis talones, aquí esta con unos vaqueros rotos por la rodilla, unas vans ultimo modelo, camiseta blanca y su inseparable cazadora de cuero negra. 

- ¿Max? ¿Esto es real?- Asiente ante mi pregunta. Pellizcadme porque creo que estoy en un sueño y en cualquier momento voy a despertar.

- ¿Qué me dices Emma. ¿Aceptas tener una cita conmigo?

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Mi pequeña Luna a medio despertar, con el chupete aún puesto, su cabello rojizo despeinado y como siempre su conejito señor Bigotes o Totes como lo llama ella, entra a la habitación recién levantada de la siesta.

- Mami!- Sube a la cama. Desde que tiene meses aprendió a subirse a todas partes, temo algún día encontrármelo subida a lo alto de la librería del salón. 

- Buenas tardes conejita.- Beso su mejillas, le tiendo la mano para que me de el chupete.-  Dame el chupete.

- Buno sepe leva pete.( Bruno siempre lleva chupete)

- Tesoro, Bruno es un bebe muy pequeño. Tú ya eres una niña mayor o no?

- Zi. So mayor.- Espeta con total seguridad, sin dudar se quita su chupete para dármelo. Mi Luna, se está haciendo tan mayor. 

Aprovecho este ratito para jugar con Luna, desde que hace cuatro meses nació Bruno es muy difícil encontrar tiempo para dedicarle a solas a Luna, este pequeño es muy demandante. Aunque debo reconocer que Luna está loca con su hermano.

Escucho el llanto desesperado de Bruno, acaba de despertar y como siempre el pequeño glotón se despierta con mucha hambre. 

- Luna, vamos a ver a Bruno que acaba de despertar.

- ziiii. ¡¡¡Beeen!!!- Empieza a saltar sobre la cama. Justo hoy que había cambiado las sabanas.

- Luna deja de saltar.- Le advierte Max.

Mi sexy, guapo y amado prometido entra a la habitación con el pequeño de la casa. Sin dudarlo tomo a mi bebé para alimentarlo. Desabrocho la camisa y descubro el sujetador de lactancia para colocar a Bruno en el pezón.  

Ay, ay, ay que dolor, tengo una pequeña herida en el pezón y este pequeño pelirrojo succiona muy fuerte. Sabéis esa fotos de mamás sonriendo cuando dan el pecho? quiero deciros ¡Que mienten! Es cierto que es un momento muy bonito entre madre e hija, el vinculo es increíble , pero lo que no te enseñan es la dependencia que conlleva, el bebé no siempre se agarra al pecho a la primera, puedes sentir algo de dolor, causar heridas y cuando les empiezan a salir los dientes, ¡te muerden! Aún recuerdo el mordisco que me dio Luna. Aunque no cambiaría esta experiencia por nada del mundo, ser madre, haber creado mi propia familia, seguir al pie del cañón de La Boheme, me hace tremendamente feliz y realizada. 

Aplico un poco de rímel a las pestañas para terminar el poco maquillaje que me da tiempo de hacer. Desde que soy madre eso de tener tiempo para arreglarte, lo debes sacar de debajo de las piedras, pero esta vez también se debe a que Max y yo llevamos toda la tarde cuidando de los peques y cocinando. Nuestra familia viene a casa a cenar, les vamos a comunicar que al fin nos casamos. Cuando Claudia y Valentina se enteren se van a volver locas y bueno mis amigos ni lo explico. Alma me sigue reclamando que haya dicho que no tantas veces.

 Pensar lo que ha cambiado nuestra estos años, con nuestras familias, progresando en nuestra profesión, aprendiendo cada día de la vida, de lo bueno y malo, nuestra evolución y lo mejor de todo, estar cada día más unidas. Mi vida no sería la misma sin mi familia, sin Max, sin Luna y Bruno y esa familia que no se elige, mis amigas. Tener a Celia, a la loca de Martina, a Alma y sus ocurrencias y a Camila, la sensata del grupo. Las quiero tanto. 

Ah, es verdad! No os he contado como me pidió matrimonio Max. ¿Os acordáis como me pidió nuestra primera cita? En la sala de arte los hilos colgando y las tarjetitas con frases? Bien, pues hace un par de días, dejé a los peques con mamá y Enrique, quedamos que ellos nos llevarían a los niños antes de cenar. Fui al gym con las chicas, nos hemos apuntado a yoga y una vez a la semana vamos todas juntas. Es nuestro momento de paz y tranquilidad de nuestras familias, bueno de todas menos de Alma, aunque según ella aguantar a Víctor es como estar con un niño de 3 años. En el fondo esos dos están locos el uno por el otro. Bueno que me voy por las ramas, salí de clase de yoga, conduje los 10 minutos que hay hasta casa, bajo del coche, sacó la bolsa de deporte del maletero, busco las llaves y al abrir la puerta os juro que casi me desmayo. El recibidor tenía un pasillo hecho de velitas, sonaba Perfect de Eh Sheeran, nuestra canción, y del techo como aquella vez en el aula de arte colgaban hilos; esta vez eran fotos nuestras. Leí uno por uno el reverso de la foto  y en cada una se contaba nuestra historia, a cada mensaje que leía era un mar de lagrimas. Recordar toda nuestra historia, lo que vivimos, los años separados, reencontrarnos, esos sentimientos que volvieron a  florecer, como nos hemos hecho fuertes como personas y pareja, nuestra manera de admirarnos, amarnos y respetarnos. Cuando di los últimos pasos, al final había un ultimo hilo, esta vez de color rojo con un anillo al final. En ese momento lo supe, esta vez no podía rechazarlo. Max es el otro extremo del hilo rojo.











Tú Otra Vez ( Saga Amor Destinado #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora