Cuidadosamente limpio la comisura manchada de helado de chocolate de los labios de Max. Una sonrisa se esboza en sus labios, esta tan guapo cuando sonríe.
- Estás tan mono con tus dos manchitas. Pareces un niño pequeño.
- Muy graciosa. ¿Estás segura que no quieres que haga nada con Miranda? Tengo mis contactos.
- No. Ya te he dicho que no pienso ponerme a su nivel. Solo te pido que tengas cuidado?
- ¿Quien? ¿Yo?- Asiento.- Amor mío, puedes confiar en mi.
- No confió en ella. Es capaz de lo que sea. Te recuerdo que ella vendió mis diseños. A saber que más es capaz de hacer. No confío nada en ella.
Como si hubiera estado en mi propio sueño a mi mente llega una gran sospecha. ¿Será que la cerebro de botox fue quien publicó el video? Ella y Max han sido pareja, quizás le contará lo nuestro. Seguro que lo sabe, si se han acostado. Ay no, ay no, me he acostado con el mismo hombre que esa arpía. En cuanto lleguemos a su loft, nos vamos a dar una ducha.
- Emma. ¿Estas aquí?- Me interrumpe de mi ensoñación.
- Tienes que ducharte.
- Cielo, ¿estás bien?
- Si. Todo bien.
Terminamos nuestro beso por falta de aire y tomados de la mano paseamos por el parque. Varias tarde nos escapábamos a un parque cerca de nuestra escuela. Ambos amábamos pasar nuestras tardes hablando, dibujando, basándonos o simplemente hablando de cosas sin sentido.
Una joven pareja llama mi atención. Me recuerdan a Max y a mi cuando éramos unos adolescentes. Aunque bueno la chics dista mucho de ser lo que yo era. Ella es rubia de pelo largo, con ondas que caen hasta casi a la mitad baja de su espalda. Viste un uniforme escolar de pantalón y falda a cuadros verdes y azules. El chico viste también uniforme. Ambos se besan.
Siento como Max aprieta mi mano hasta casi dejarla sin circular la sangre por ella. Miro su rostro, su mandíbula esta tensionada y sus ojos entre cerrados viendo aquella escena.
- ¿Qué hace ella con ese chico?- Aprieta sus puños hasta tener sus nudillos blancos.
- ¿La conoces?
- Es Valentina.
- Tu hermana? Si que ha crecido. La última vez que la vi iba con esas dos colitas y su inseparable osito de peluche.
- Tengo que avisar a Alex y Enzo. Hay que actuar ya. Es nuestro deber como hermanos mayores.- Saca del bolsillo de su pantalón su IPhone.
- Tu no harás nada.- Le advierto. La chica es una mujer libre y nadie le va a impedir vivir su vida.
- ¿Qué? Es mi hermana pequeña. Es una cría aún! Mi deber y el de mis hermanos es protegerla.
- No es una cría. Sabe muy bien lo que se hace.
- ¿Y si ese tipo le hace daño? No podría soportar verla sufrir. Es un poco caprichosa y tiquismiquis- Vaya eso me suena- pero es mi hermana y no quiero que sufra.
- Te entiendo. Pero tu hermana debe equivocarse y experimentar. Es joven y debe vivir.
- Lo sé. Pero yo puedo ayudarla.
- Y lo harás. Vamos a marcharnos de aquí.
- No. Tengo que ir allí.
- Llevo un conjunto de ropa interior nuevo. Y sabes, el sujetador es algo incómodo. Estoy desando llegar a casa y quitármelo. Podrías ayudarme- Le sugiero de forma provocativa.
- El deber es el deber. Ese sujetador es primordial ahora.- Río. Siempre igual.
Dejo el libro que he tomado prestado de la biblioteca del loft en cuanto Max entra de nuevo a la habitación. El olor a tabaco entra de lleno y no puedo evitar hacer una mueca de asco. De una cajita puesta encima de su cómoda, saca un caramelo y lo mete en su boca. Ese fué nuestro acuerdo. Nada de besos con sabor a nicotina. En toda la cena no he dejado de darle vueltas a mis sospechas.
- Amor. ¿Miranda sabía de nosotros?
- No. Nunca le hablé de ti. Me dolía demasiado hablar de lo que te hice.
- ¿Crees que ella puede ser quien publicó ese video?
- Podría ser. Me espero lo que sea de ella.
- ¿Lo tienes? ¿Lo guardaste?
- No. Cuando te fuiste me alejé de todas aquellas personas que solía llamar amigos. Me dejé manipular por ellos y mi inmadurez por creerme más que el resto. Y cometí el peor error de mi vida.
- ¿Sabes de alguien que pueda tenerlo?
- Voy a mandar a investigar. Ahora ven. Quiero ver ese conjunto de ropa interior.
- No llevo.- Digo de forma picara para provocarle.
Poco a poco se acerca y se incorpora encima encima de mi estomago, casi rozando mi zona intima. Acorrala con sus manos mis muñecas, impidiendo mi movimiento. Dejo que bese mi el lóbulo de mi oreja, mientras susurra en mi oído. Su voz es tan sexy. Muerdo mi labio y acerco mi mano a su intimidad.
- Gatita. Esta noche vamos a dormir poco.
- Va a ser que no. Mañana es la boda de Celia y Jorge. A las nueve tengo que estar en casa de Cami. Me ayudará con el maquillaje y el peinado. Tengo que llevar unos detalles para la boda. Una sorpresa. Ya verás. Y por último ayudar a la novia.
- Puedo llamar al maquillador de mi madre. Tengo entendido que es toda una eminencia.
- Tengo mi vestido en casa.- Antes que diga algo le interrumpo. Se que no va a dejar de insistir hasta conseguir que caiga en sus redes. - Y no digas que me vas a conseguir uno más bonito. Voy a llevar mi vestido. Por algo he estado ahorrando. Así que ahora. Se un buen novio y abrázame, dime cosas bonitas hasta que me duerma.
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Camila me acerca un espejo para que pueda ver el resultado final de su trabajo. Si algún día quiere dejar de ser secretaria podría abrir su salón de belleza. Yo por mucho que me empeñe con el pincel de maquillaje son nefasta. Mis ojos están algo ahumados en ros, a juego con el vestido rosado. Mi cabello esta recogido en un alto moño estilo bailarina, para dejar a la vista la espalda del vestido.
- Eres toda una artista Cami. De verdad. Te has lucido. No sería capaz de hacer esto en años.
- Gracias. Puedes quedarte con Mia mientras me arreglo.
- Claro.
- Si te pide la tableta o el móvil no se lo des. Esta castigada.- Asiento.
Juego con Mia a las cocinas, esta tan tierna con el vestido azul cielo y la diadema de flores a juegos. Ella será una de las niñas de las flores. Está tan emocionada por ello.
Al sonar el timbre, la pequeña rubia se levanta corriendo del suelo para ir a abrir la puerta. Antes de que me de tiempo a llegar a la puerta de entrada, Mía está colgada al cuello de Enzo. Este hombre se ha encariñado tanto de esta niña, y de ella ni que decir. No entiendo porque Camila se niega a revelar que es su padre.
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Tú Otra Vez ( Saga Amor Destinado #1)
Romance¿Qué pasaría si años después te reencontraras con el chico del que estabas perdidamente enamorada en tu adolescencia y él jugó contigo? Pues eso me pasó a mi. Max Ferreti era el chico de mis sueños y para él solo fui una maldita apuesta junto a sus...