Capítulo 33: El ramo de novia

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Entro a la iglesia tomada de la mano de mi novio. Han pasado varios meses y aún se me hace extraña esa palabra. Nos sentamos en uno de los bancos de la iglesia junto a Erik, Victor, Alma, Camila, la pequeña Mia y Enzo. Es extraño que Cristal, la novia de Enzo no esté pegada a él como una lapa. 

Antes hablo, antes aparece. Enfundada en un diminuto vestido rojo palabra de honor y una pamela que podría dar sombra a todos los invitados. ¿A esta chica le han dicho que estamos en una iglesia? Chica tápate. Si mi abuela la viera, pondría el grito en el cielo.

- ¿Has visto como va? Creo que con ese sombrero puedo pillar el Wifi.- Trato de controlar mi risa ante el comentario de Alma.

- ¿Todo bien gatita?- Me susurra Max

- Alma, que solo sabe decir estupideces. 

- Alma. Luego nos acercamos a la arpía con nuestros móviles. Hay que probar la señal que emite ese platillo volante.- Ambas miramos a mi novio sorprendidas por su comentario.

- Amor, es la prometida de tu hermano.

- Lo sé. Y no la soporto. Además hay que estar ciego para no darse cuenta que mi hermano esta enamorado de otra persona.

 Él debe ser el más ciego. Desde que vi por primera  a vez a Camila y a Enzo en  Turandot me percate de la química, admiración, respeto que hay entre ambos. Sus ojos brillen. Lastima que Enzo sea tan ciego de no verlo.

La música nupcial empieza  a sonar y las puertas de la iglesia se abren. La sobrina de Celia y Mia visten unos preciosos vestidos azules con flores al tono decorado su cabello. Con una pequeñas cestas de mimbre color blanco roto, tiran pétalos de rosas por la alfombra central de la iglesia. Observo a Jorge, se le ve nervioso y ansioso por ver a la novia, cuando la vea tendrá que contenerse para no desmayar en el suelo.

Y allí entra, tomada del brazo de su padre. Enfundada en un hermoso vestido corte sirena de manga larga y gran escote en la espalda por donde cae una larga gargantilla de lagrima. Un regalo especial mío y de Max.

La ceremonia transcurre con normalidad. Los votos que ambos intercambian están cargados de amor y respeto y algo de humor por parte de Jorge.

Tras una rica cena y cortar la tarta, bailamos al ritmo de la música que el DJ pincha en la velada. Que decir de la hermosa canción que ha cantado Alma para los novios, tiene una voz espectacular y aterciopelada al entonar las notas. 

Mientras bailamos, aprovechamos cualquier ocasión para besarnos, tanto que en un momento perdemos el control y nuestro beso se convierte en una lucha den nuestros lenguas y nuestros labios.

- Gatita. Acompáñame un momento. 

Sin tener tiempo a responder, me toma de la mano y me lleva al interior del restaurante donde se esta celebrando el banquete. Mira a lado y lado y entramos en un pequeño cuarto, parece un cuarto de toallas y manteles.

Me acorrala contra una de las estanterías, se clavan algo en mi pero mi excitación es tal que me da absolutamente igual. Ataco sus labios y el aprovecha para subir  la falda de mi vestido. Doy las gracias por no elegir ese vestido entallado en el que Martina tanto había insistido, habría sido imposible subirme la falda. Por muy buen culo que me hiciera. De una estocada entra en mi y nos dejamos llevar hasta que primero yo y poco después él llegamos al clímax.

- El sexo furtivo a escondidas, es el mejor de todos.- Se enciende un cigarrillo.

- Dame uno.- Le pido.

- Emma. Odias el tabaco.

- Lo sé. Pero no se supone que después del mejor sexo, lo mejor es un pitillo.

Tú Otra Vez ( Saga Amor Destinado #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora