Me tiro en la cama de espaldas sintiendo como el colchón viscoelástico se adapta a mi cuerpo. Creo que me quedaré en esta cama toda la vida.
Estoy con papá y Brenda en la costa, llegamos anoche y esta mañana hemos ido hacer una excursión por los caminos de la zona. Estoy agotada.
Tras darme una larga, refrescante y relajante ducha abro el armario de la habitación de hotel y rebusco entre la poca ropa que llevo que ponerme. Vamos a comer algo a un restaurante del paseo marítimo y luego saldremos con el velero de papá.
Me ato la parte de arriba del bikini blanco y negro de rayas con una pequeña lazada en la espalda y me coloco el vestido amarillo bien estirado encima de la cama. Es largo y fresco ideal para el plan de esta tarde.
Mi melena pelirroja ha crecido suficiente como para poder recogerse en un pequeño moño.
Necesitaba tanto un momento así. Después de esos fatídicos días en el trabajo, precisaba desconectar. Enzo me dio libre unos días. La siguiente semana ya debía volver y a pesar del miedo estaba dispuesta a demostrar mi inocencia.
- Esta lubina esta de muerte- dice papá.- Preguntaré al chef donde la compra y mandaré a comprar.
- Realmente en nuestra zona no hay pescado tan rico. ¿Quieres probar cariño?- Brenda me ofrece un poco de su lubina.
- No. Pediré otro día.
- ¿Hija estás bien?
- Si. Ya dije que estoy algo revuelta de la barriga-Miento y tomo un poco de mi ensalada.
- ¿Necesitas que llamemos a un medico?
- No papá. Creo que estoy por llegar a mis días.
- A tu edad también tenia esos malestares pocos días antes de la menstruación. Con los años van disminuyendo.- Trata de consolarme Brenda.
No quiero contarles ni a papá ni a Brenda sobre las acusaciones en el trabajo y el trato de Max. Papá odia a Max, él supo y vivió toda mi depresión y el tiempo que tardé en salir de ella. Ya me insistió en que dejará el trabajo cuando se enteró que Max era mi jefe. Además, quería olvidar todo.
Tras dar un pasea en el velero, decidimos dar un pequeño paseo por las calles pueblo de costa. Varias paraditas, nos llaman la atención.
Una pequeña paradita de juguetes artesanales capta mi atención, me fijo en una peonza de colores. De niña había jugado alguna vez y lo recuerdo muy divertido. Compraré una para Mia.
- Emma. Tu padre y yo vamos al hotel. Estamos algo cansados.
- Me quedaré un rato, quiero comprar varios recuerdos para mis hermanos y mis amigas.
- No te tardes mucho. A las ocho tenemos mesa en el restaurante del hotel. Hay una pequeña fiesta y puede estar divertido- Asiento.
Sigo mirando las diferentes paradas. A mamá le compro unos pequeños pendientes de coral, es lo más fino y elegante; a Sofía un vestido, a Lucas y León una alpargatas hechas a mano de mimbre, a Martina un bolso de rafia tejido a mano y para las chicas de trabajo unas pulseras de la suerte. Según me explicó la vieja artesana cambian de color según tu estado anímico. La verdad, no suelo creer mucho en estas cosas, eso se lo dejo a mi hermana.
Pongo camino al hotel, esta a tan solo quince minutos andando, pese a estar ya algo cansada, me parece una estupidez pedir un taxi para un recorrido tan corto. Me pongo los auriculares de mi móvil y dejó que el aleatorio suene.
La maravillosa melodía de Nothing else matters es interrumpida por un insoportable y estruendoso grito. Esa voz. Esa voz
- Emma.-alguien toca en mi hombro
Cojo aire, me quito los auriculares y apago la música. Me giro con temor y si es ella.
- Señorita Miranda. Disfrutando de unos días del mar.
- Ha sido algo de última hora. Nuestra idea era ir alguna isla griega y a último momento hemos tenido que hacer un cambio de última hora. Problemas con el mar, mala marea y no se yo lo veo divino. Bonito vestido.
- Gracias.- Finjo una sonrisa.
- Cuchi pooh. mira a quien me he encontrado.
Emma Salinas, eres jodidamente y oficialmente gafe. Te vas unos días para no pensar en el idiota de Max y te lo tienes que encontrar junto a su novia de silicona.
- Señor Ferretti. ¿Disfrutando con su novia?
- Me he tomado unos días de descanso. Me los tengo merecido y qué menos que con esta belleza.- la toma por la cintura hasta bajar la mano a sus glúteos prefabricados de grasa de resto corporal y besa la curva de su cuello.
- Ay cuchi pooh. Últimamente estás muy fogoso- soy yo o esto lo ha dicho más para que yo me entere que otra cosa?
- Me tengo que ir.
Salgo corriendo sin mirar atrás cuando una mano me toma del brazo y me para.
- ¿Gastando todo lo que te han pagado por vender los diseños de Turandot?
- Suéltame. Soy inocente.
- Quizás a mi hermano le valió ese cuento. A mi no. Eres una interesada y ambiciosa que va de mosquita muerta por la vida. Vas a devolver todo lo que has robado.
Me zafo de su agarro y lo empujo un poco.
- Te voy a demostrar que soy inocente y no vendí los diseños.
Sin dejar que responda salgo corriendo tratando de aguantar las lágrimas que ya siento que han empezado a derramarse de forma involuntaria por mis mejillas rosadas.
Dejo que el agua fría se mezcle con el agua salada del liquido que brota por mis ojos. Ya ni se que es el agua y que son lágrimas. Dejo sacar todo. Me siento estúpida. Creí que podría volver a confiar en Max y sigue siendo el mismo.
Con una buena cantidad de ojeras para disimular mis mas de dos horas llorando sin cesar, retoco el brillo de mis labios antes de bajar al restaurante. Papá y Brenda me están esperando.
Llego al jardín del hotel, la música caribeña resuena en los altavoces de se jardín. Una barra decorada al estilo isleño, varias tarimas con bailarinas y bailarines bailando con poca ropa y con músculos que ni recuerdo haber estudiado en anatomía.
Veo a Papa y a Brenda. Están pidiendo unas bebidas al barman.
- Emma, estás muy guapa.
- Vi este conjunto en una tienda y decidí comprarlo. Cuando Martina me vea con él no va a creerlo.- Digo colocando bien la manga
- ¿Cómo está?- Pregunta Papá y da un sorbo a su cerveza y paga al barman
- Haciendo las prácticas en el hospital. Dejó el trabajo en la tienda y ha vuelto a casa de sus padres. El hospital le demanda muchas horas.
- Mándale saludos de nuestra parte y fuerza. Esta niña es muy lista y será una gran doctora.
- Se lo diré Brenda. Gracias.
-¿Cual es su especialidad?
- Ginecología.
Seguimos hablando, recordando viejos tiempos, mi experiencia en el trabajo, obviando claro esta la parte oscura.
- Emma.- Me giro para ver quien es y no puedo creerlo.
- ¿Julio eres tu?
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Tú Otra Vez ( Saga Amor Destinado #1)
Romance¿Qué pasaría si años después te reencontraras con el chico del que estabas perdidamente enamorada en tu adolescencia y él jugó contigo? Pues eso me pasó a mi. Max Ferreti era el chico de mis sueños y para él solo fui una maldita apuesta junto a sus...