Maratón 2. Capitulo 37: Hogar dulce hogar

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Enjuago mis lagrimas mientras veo como Sofía se aleja de nosotros. La voy a extrañar tanto. Espero que estar fuera la ayude a superar toda la mierda por la que ha tenido que pasar. En unos meses tendrá que volver para el juicio. Espero que esté más fuerte y no se debilite. Ese idiota de Iván no se lo merece. Va a pagar ante la justicia el haber abusado física y psicológicamente de mi hermana.

Me despido de mi familia y me dirijo junto a Max al parking del aeropuerto.

- Vamos gatita. Quita esa carita. Sabes que odio verte llorar.- Me pide Max tomándome de la barbilla y mirándome con esos impactantes ojos que tan loca me vuelven.

- La voy a extrañar.

- Va a estar bien. Irme a estudiar fuera me ayudó a madurar.- ruedo los ojos.- Es verdad. Antes era un inmaduro, mujeriego que solo pensaba en si mismo. Y volví siendo más sexy y maduro. Y bueno, algo mujeriego también.

Max pone en camino a nuestra visita. Anoche me mostró un dúplex perfecto. Se adecua a nuestras necesidades, le haría falta un repaso de pintura y amueblarse. Aunque bueno, con los muebles que tengo yo y los de Max, vamos a amueblar gran parte de la casa.

Busco el móvil en mi bolso cuando escucho el pitido, bajo el volumen del estéreo, menos mal que no me gusta la canción, odio que me interrumpan cuando una canción me gusta. Miro el WhatsApp y solo quiero chillar de la emoción.

- ¿Todo bien gatita?

- Martina tiene una cita con Javi esta noche.

- ¿No estaba casado?

- Separado y se está divorciando de su mujer. Amor ya te conté. Al parecer el chico se casó por compromiso con la hija de su jefe. Espero que todo vaya bien. Este chico es el indicado para Martina. Solo falta que Alma admita sus sentimientos por Víctor.

- Y que Víctor empiece a luchar por ella. El muy estúpido, me ha venido en más de una ocasión llorando porque Alma pasa de él, mientras noche tras noche pasa una chica tras la otra.

- Y ya solo falta que tu hermano se de cuenta que esta loco por Cami.

- Estamos a nada de conseguirlo gatita. Ayer al salir del trabajo la vimos salir con Víctor, entre risas. La cara de Enzo era para ser enmarcada y su reacción para ser grabada. Lastima que no lo hice. No sabes el puñetazo que le dio.

La agente inmobiliaria nos muestra el dúplex, tiene tres habitaciones, una con baño y un pequeño vestidor, el cual la mayor parte lo ocupará Max con sus trajes y sus bomberos, un baño grande y otro de cortesía. un gran salón comedor con una gran cocina adjunta. Que feliz voy a ser teniendo espacio para cocinar. Y mi parte favorita, la gran terraza en el piso de arriba. Se puede ver todo el centro de la ciudad y gran parte de ella. Cuando nos mudemos, tengo tantas ganas de hacer cenas con las chicas, con Max, con sus amigos, sentarme a leer o pintar el paisaje.

- Les voy a dejar un rato para que tomen una decisión.- Nos ofrece la agente inmobiliaria.

Camino por el gran salón comedor y me imagino a Max sentado en la mesa de madera y yo enfrente suyo, mientras charlamos de cosas banales entre una copa de vino y risas.

- ¿Aquí podemos poner el cuadro que hay en el salón?

- Max, es una raya.

- Es arte minimalista Emma. Parece mentira que no lo comprendas. Es un Kandinski. Yo te enseñé mucho del arte que conoces.

- Tengo una carrera, te lo recuerdo.

- ¿ Y quien te introdujo en el verdadero mundo del arte, en Picasso, Monet, Velázquez? Yo, yo, gatita- se señala a si mismo.

A mi mente llegan aquellas imágenes en nuestro parque:

Corro como una loca, mientras me sujeto la falda del uniforme, espero que Max no se haya ido. Menos mal, está en nuestro rincón, fumando. No me gusta que lo haga, no me gusta el olor a tabaco. Cuando nos besamos, sabe raro.

- Por fin llegas gatita.- Dice mientras me acerca a él para fundirnos en un largo y extrañado beso.

- Lo siento. Mi madre me ha entretenido. Han venido para tomarme medidas para el vestido del baile.- Digo algo cabizbaja.

- No pareces muy contenta.

- A mi me gusta uno que he visto en un escaparate.

- Díselo.

- No conoces a mi madre. Solo le importa el que dirán. Y según ella no es adecuada que la hijastra de Enrique Castillo, dueño de una de las empresas textiles más famosas, no acuda con un diseño exclusivo.

- Piensa que ese día vamos a estar juntos.

- Nuestro primer baile juntos, la primera vez que nos vean juntos.- Digo con una sonrisa.

- Ven.- Me toma de la mano y me hace sentar junto a él.- Te he traído unos libros de historia del arte. Siempre te he visto pintando en la escuela y pensé que esto te podría gustar

- Emma.

- Ay perdón. Estaba abstraída.- Digo volviendo en si. A veces me olvido de que no debo soñar despierta cuando hay gente alrededor. Me abstraigo mucho.- ¿Qué me decías?

- Nos lo quedamos? Es una buena oportunidad.

- Si se pone el cuadro ese feo, vamos a poner el cabecero de mi cama con tu colchón y quiero la pared de nuestra habitación en amarillo.

- Amarillo. ¿En serio Emma?¿ No puede ser otro color?

- Si no hay pared amarilla, no hay cuadro Max.- Sentencio.

- Esta bien.

Me lanzo a él como un koala para besarlo. Sus labios danzan con los míos en una sincronía que aumenta cada vez más rápido. Cómo cuando el director de orquesta mueve la batuta para marcar el ritmo. Siento como mis pezones se han puesto erectos y noto como crece bajo aquel vaquero azul.

- Mi amor. La agente inmobiliaria puede aparecer en cualquier momento.

- No tienes ganas de estrenar nuestra nueva casa.

- Vamos a tener todo el tiempo del mundo. Ahora nos pueden pillar.

- No te pone más así, con el riesgo. O te debo recordar lo que hicimos en la boda.

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Morbo, morbo dice. Solo quiero morirme de la vergüenza. La agente inmobiliaria ha entrado justo cuando nos estábamos vistiendo. Su cara ha sido épica, cuando ha visto a Max subirse los pantalones y yo mientras me abrochaba el sujetador. Según Max, estábamos en nuestro derecha, ese dúplex va a ser nuestro.

Enciendo Skype y marco para llamar a Brenda, hace mucho que no hablamos y la extraño.

- Emma. ¿Cómo estás?

- Max y yo ya tenemos casa. Espera. Te mando el enlace.

- Cariño. Luís ven. Estoy hablando con Emma.- Llama a mi padre.

- Hola hija. ¿El cara verde está por aquí?

- Está haciendo la cena. Y déjalo de llamarlo así. Es mi novio.- Protesto.

- Sabes que no me gusta.

Hablo un rato con papá y Brenda, les pongo al día  con el trabajo mi convivencia con Max. Papá sigue empeñado en no querer aceptar a Max, ahora lo llama cara verde. Según él no confía en que esta vez no la cague. Yo le perdoné y se que Max ha cambiado. Espero que la próxima vez que vengan a visitarme, se de cuenta de ello. Me despido de papá cuando Max me llama a cenar.

Ah, que no os lo había contado. A Max ahora le ha dado por aprender a cocinar, se suscrito a varios canales de cocina y varías noches me ha sorprendido con sus creaciones. No se le da nada mal. Solo debe aprender a poner sal.

- Mañana voy a preparar pollo con salsa de manzana.- Me sugiere

- Acuérdate que mañana tenemos la cena aquí. No temas, iré al super a comprar el pollo que falte.



















Tú Otra Vez ( Saga Amor Destinado #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora