Capítulo 39: Felicidad ajena

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Ya es la ultima caja. Estoy agotada. Ahora hay que organizarlo todo. Los muebles ya están colocados. Hemos pensado en comprar alguno nuevo.

Max sale de la habitación vestido con un pantalón vaquero, una camiseta de Nirvana y una cazadora de cuero. Su pelo se ve algo alborotado, sus pequeñas hondas castaño oscuro se marcan algo más.

- ¿Te vas?

- Si voy al hospital a ver a mi hermano y a mi sobrina. Suena tan raro. Esa niña es mi sobrina. No se como no me pude dar cuenta antes. Hay fotos de mi madre y de Valentina clavada a ella.

- Sabes que yo creí que Mia era tu hija. Tenéis las misma peca en el cuello. Luego me di cuenta que todos tenéis esas pecas.

- Herencia de la abuela.- Se guarda las llaves en el bolsillo del pantalón.- Me voy. Te amo.

- Y yo a ti. Salúdame a Cami y Enzo, y dile a Mia que la quiero mucho- Me acerco para darnos un breve beso en los labios.

Tomo aire por la nariz y memorizo el que será el aroma de mi nuevo hogar, el ambientador de coco se siente por todas partes.

Abro las cajas y empiezo a organizar dónde irá cada cosa, ya antes de la mudanza habíamos hecho una gran limpieza y creo que voy a tirar alguna cosa más, menos si son de Max, son sus cosas y no tengo derecho sobre ellas, son sus recuerdos, sus objetos y pese a que compartimos una vida juntos cada uno tiene derecho a tener su espacio. Además confió ciegamente en él.

Pongo el manos libres para hablar con papá mientras sigo poniendo los libros en los estantes.

- Hija. ¿Cómo estás?

- Bien. Algo cansada por la mudanza. Hemos estado toda la mañana subiendo cajas. ¿Cómo estáis tú y Brenda?

- Acabamos de volver de las islas griegas, hemos hecho un pequeño crucero por las islas. Te llamaba para decirte que Brenda y yo estaremos en la ciudad unos días la próxima semana.

- ¡Ah que bien! Podéis venir a conocer el piso nuevo. Papá, tiene una terraza con magníficas vistas a la ciudad.

- ¿Estará el energúmeno ese?

- ¡Papá! Cuantas veces te tendré que decir que Max es mi novio y he decidido compartir mi vida junto a él.

- Emma no me fío de él.

- Yo si confío en Max. Ya te dije que ha cambiado. Vas a venir- suena el timbre- y vas a ver mi nueva casa y comerás con mi novio. Y no hay discusión.

- Cuando te pones así me recuerdas a tu madre.

- En algo me debo parecer. Ahora tengo que colgar papa. Están llamando a la puerta. Te quiero. Dale un beso a Brenda de mi parte.

Deslizo el dedo para colgar la llamada y dejo el teléfono encima de la mesa, limpio un poco mis manos en el vaquero y voy abrir. Es Celia.

- Hola hermosa. ¿Cómo está el pequeñín?-Acaricio su prominente vientre y nos abrazamos

- Hola. Esta noche me ha dado mucha guerra con sus pataditas. Es hermoso sentir como crece vida en tu interior, que joda tu sueño no tanto. Jorge dice que eso es una señal para llamarlo Leo, ya está mirando si algún club acepta bebés.

Estos dos tienen tal guerra por el nombre de su futuro hijo.

Junto a Celia bajamos a un supermercado cercano a comprar un poco de comida y juntas cocinamos un poco de ensalada y una hamburguesa. Celia le ha puesto el mismo grosor de queso que de hamburguesa y encima miel, ver sus antojos es un tanto divertido y extraño. Juntas nos sentamos a comer en el sofá degustar nuestra sencilla comida.

- ¿Cómo estáis Max y tú?

- De maravilla. Super felices. La convivencia en ocasiones no es nada fácil, en ocasiones aún dejo su ropa hecha una pelota en el cesto y yo siempre me dejo la pasta de dientes abierta o apago la luz cuando él está en el baño. Pero eso son pequeños detalles, amo estar con él las cosas más cotidianas de la casa, despertarnos y acostarnos juntos, besarnos donde nos de la gana, estar cada uno a la suya y no sea incomodo.

- Emma. Estas muy enamorada.

- No lo niego.

Celia y yo pasamos buena parte de la tarde hablando y organizando algunas cajas de la mudanza mientras hablamos de nuestras cosas y me cuenta las actualizaciones de la habitación de su bebé.

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Esto no acaba, no acaba. Ayer me pasé todo el día sacando cosas de cajas y cajas. Parece el nunca acabar. Nada más terminar de desayunar nos hemos puesto a abrir cajas y a organizar nuestras pertenencias en el vestidor.

- Emma. Esta camiseta no es mía.- Me muestra una camiseta negra con un logo de un grupo de música.

- Es de mi ex. Siempre me ha parecido una monada y es comodísima. La uso mucho para estar en casa. Dentro de poco ya empezará hacer calor. Me la vas a ver mucho.

El semblante de mi novio en estos momentos da mucho miedo, sus ojos verde azulados están oscuros, su mandíbula se dibuja tensa y sus labios están tensos.

- ¿Por qué tienes algo de tu ex? Te piensas que yo tengo cosas de mis ex novias.

- Max, soy la única novia de verdad que has tenido. Esta camiseta no significa nada. Julio y yo acabamos bien nuestra relación, le guardo un gran cariño y me quedé un par de cosas suyas. No significan más que el recuerdo de una época bonita y del pasada.

- ¿De verdad?

Cuelgo el vestido que tengo en mis manos y me acerco hacia Max para rodear con mis brazos su cuello y míralo a mis ojos. Él coloca mi ya algo larga cabellera pelirroja detrás de mi oreja. Aún no me acostumbro a que una simple caricia siga creando este cosquilleo en todo mi cuerpo. Beso su nariz.

- Debes confiar en mi. Yo solo te quiero y te amo a ti. Fuiste mi primer amor, mi primer, mi primer beso, mi primera vez, la primera persona que me rompió el corazón. Fuiste el primero, pero no fuiste el único. Eso si, tienes el gran privilegio de ser el verdadero dueño de esto.- Coloco su mano en mi corazón.- Entraste a mi vida hace ya casi diez años y nunca pudiste salir, solo tu pudiste sanar la cicatriz que tenía.

- Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.- Acerca sus labios para besarnos. Aún sabe a la mermelada de moras del desayuno.

- Ven. Te voy a mostrar algo. Te acuerdas la caja que me diste- asiente.

Abro uno de los cajones de la cómoda de la habitación y de allí saco un pequeño cofre y le muestro una nota.

- ¿Recuerdas esto?-Asiente

- Así empezó nuestra historia. Fue la primera nota que dejé en tu taquilla.

- Es lo único que guardo de nuestro pasado. Estaba tan dolida contigo que era incapaz de tener algo tuyo. Rompí todos nuestros recuerdos menos este. Fue el inicio de tu juego y el inicio de conocer al verdadero Max. Sabes que siempre me gustaste. Eras el chico mas guapo del colegio, las chicas de mi curso estaban locas por ti, yo incluida. Habías salido con un montón de chicas, eras popular, sacabas buenas notas y eras bueno en deporte. Para la gente eras un adolescente triunfador. Yo en cambio veía un chico que se controlaba su sensibilidad, oprimía sus sentimientos y se mostraba con una coraza.

- Y lograste destruirla dos veces. Solo tú haces que quiera ser yo, me inspiras a que quiera ser mejor persona. - Se sienta en la cama y me invita a sentarme en sus rodillas.- Yo solo quiero que recuerdes lo mucho que te amo y que solo quiero que seas feliz. En mi adolescencia solo me importaba satisfacer físicamente a una chica. Tú me enseñaste a dar amor sin esperar nada a cambio. Solo desear que la otra persona sea feliz como quiera.

- Pues lo soy y mucho y parte es por ti.

















Tú Otra Vez ( Saga Amor Destinado #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora