Capítulo 22: La caja

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¿Pueden dejar de llamar a la puerta ya? Ya han venido a traer tres paquetes que pedí por internet a recordarme que estoy sin trabajo y el próximo más mis targeta estará en números rojos por no ser previsora. Muy lista Emma, muy lista. Sigo mirando la película frente al televisor tapada con una manta. Ya se cansarán de llamar.

La odiosa melodia de mi teléfono suena, una video llamada de mi hermano León. Me acomodo un poco mejor y deslizo mi dedo hacia arriba para responder a la llamada

- Hermanita. ¿Todo bien?- Me saludan mis dos hermanos.

- Mejor hasta vuestra llamada.- Finjo una sonrisa. Sabía lo que se venía. Era extraño que llamasen a su hermana mayor si no era por que tenía segundas intenciones.

- Si quereis dinero os recuerdo que soy la pobre de la familia.

- Dudo que puedas con nuestros gastos Emma.- Responde Lucas recordandome mi situación económica y su modo de vida a todo tren.

- Aunque si puedes convencer a mi padre que nos suba el límite de nuestra tarjeta.- Niego incrédula.

- Se que quereis algo de mi.

- Tu video en bragas es un fenómeno en internet hermanita. Tienes followers y haters casi a partes iguales.

- Nuestros amigos no se creen que seas nuestra hermana- interrumpe León. Miedo me dan estos dos.- Y nos preguntamos si puedes hacer un directo con nosotros.

- Iros a tomar viento.- Cuelgo y tiro el teléfono contra el sofá haciendo que este revote contra el suelo. 

Me cago en todo lo que se menea, aun me quedaban 4 meses para pagar el mobil y esta hecho un desastre. si es que cuando tengo una mala época me vienen todas unas detrás de otra.  Anoche me levanté en la madrugada a tomar un vaso de agua y aquí lista como ninguna fuí sin abrir una mínima luz. Tres vasos de cristal en el suelo. Hasta hoy he estado recogiendo cristales del suelo.  Por no hablar del tropezón que me dí al salir del bus hace unos días mientras andaba en búsqueda de empleo.

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Enciendo el fuego y pongo la olla con agua hervir. Corto un poco de panceta de cerdo en pequeños trozos y la frío a fuego lento en una sartén. Cuando el agua ya hierbe meto la pasta con una hoja de laurel para dar gusto.

El timbre suena de nuevo por enésima vez en el día.

- Buenas tardes.

- ¿Eres Emma Salinas?

- Si. ¿Quién manda esto?- Digo señalando el ramo de rosas que sostiene en sus manos y una caja

- Vengo de repartos Buena suerte. Y le traigo esto para usted. 

- Gracias.

- Si me hecha una firmita.- Firmo y despido al repartidor.

Dejo la caja en la mesa del salón y pongo las flores en un jarro con agua fresca,  intuyo de quien serán y las pobres flores no tienen culpa alguna.

Me siento en la mesa con mis espaguetis a la carbonara ya listos. Espolvoreo un poco de mozzarella en polvo por encima y degusto ese increíble manjar recién cocinado. 

Aún con el plato a medio terminar soy interrumpida de nuevo por el timbre. Creo que voy a cambiar la melodía y poner algo así como "No molestar o Vete de aquí"

Resignada abro al puerta y me sorprendo al ver a Claudia Ferretti en frente de mi.

- Señora Ferretti.

- Llámame Claudia. 

- Pase pase.- le hago una seña para que entre en el interior.

- ¿Estabas comiendo?

Tú Otra Vez ( Saga Amor Destinado #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora