Jimena
Tardes después, acompañé a Estefanía al hospital; ella debía trabajar y yo tenía cita médica. Habían pasado varios meses desde que consumí un cigarrillo, pero aún sufría las secuelas de ese destructivo vicio y sin imaginarlo o planearlo, en la recepción de ese lugar, me reencontré con mi pasado.
-¿Allison?- hablé y su mirada me encontró.
-Profesora Alvarado- saludó con emoción- que sorpresa volver a verla.
Todo mi cuerpo clamó por sentirla cerca, así que terminé por abrazarla con fuerza.
-¿Qué andas haciendo por estos rumbos?- pregunté.
-Me enteré que el pediatra de este hospital es bueno.
-El mejor- Estefanía comentó y aproveché para presentarlas.
-Allison, ella es la doctora Estefanía Mendiola y es mi pareja. Steff, ella es Allison y...- pensé muy bien en la parte que continuaba- y fue mi alumna hace tiempo.
Se saludaron.
-¿Y cómo está Alejandra?- interrogué. Hace mucho no sabía sobre ellas.
-Tan guapa como siempre. Por cierto, viene llegando, se quedó estacionando el coche.
Descubrimos que la chica se acercaba a nosotras y traía un bebé de pocos meses sentado entre sus brazos.
-¿Es su hijo?- cuestioné después de saludarla.
-Si.
-¡Felicidades!- sentí demasiada ternura; nunca imaginé a Allison siendo mamá.
-Como Ale fue la madre gestante, se llama Alejandro- Allison agregó.
-¿Entonces el pediatra es para él?
-Sí, es que padece asma y tenemos cita con el médico de este hospital.
-No pidieron mi opinión, pero conozco un pediatra que tiene una especialización en neumología*- habló de nueva cuenta Estefanía- si les interesa podrían visitarlo, tiene un consultorio cerca de aquí.
-Nos encantaría- respondieron.
-Les paso su contacto- y mientras Alejandra y Estefanía intercambiaban números, Allison y yo no dejamos de mirarnos; nuestro pasado seguía siendo importante.
-Otra vez, muchas gracias- agregó Alejandra.
-Una tarde deberían visitarnos, yo las acabo de conocer, pero quizá tengan mucho que platicar con Jimena.
-No cariño, no creo que sea buena idea- intervine.
-¿Por qué no?
-Si, por supuesto- sorprendentemente Alejandra opinó.
-Ya tengo tu número- le dijo Estefanía- por la noche te comparto la ubicación de nuestra casa.
-Ya nos tenemos que ir- Allison concluyó y revisó la hora en su móvil.
-Nosotras también- agregué y nos despedimos.
Dos semanas después de ese peculiar encuentro, Estefanía fue invitada a una convención médica y a su vez, ella me invitó y aunque sabía que estaría sola la mayor parte de los días, la acompañé. El simple hecho de compartir la cama y dormir entre sus brazos aminoraría su ausencia y para el sábado, la institución que organizó el evento, realizó una cena para clausurar la reunión, pero Estefanía no pretendía asistir porque ella prefería estar conmigo, yo también hubiera elegido esa opción, pero la conocía a la perfección, sabía que Steff era feliz conviviendo con sus colegas médicos y la convencí, ya después compensaríamos el tiempo.
-¡Oh Dios!- exclamé en tono de sorpresa.
-¿Qué?- se alarmó.
-Hay una hermosa mujer en el baño de mi habitación.
Sonrió y me acerqué para colocarme detrás y abrazarla por la cintura. Ella continuó maquillándose.
-Y si no fuera porque tengo pareja- continué- follaría con usted en este momento- besé su cuello.
-¿La amas?
-Con locura.
-¿Y es tan guapa como yo?
-Déjeme echarle un vistazo- la hice dar un giro completo sobre su propio eje- sí, ambas son demasiado sensuales.
-Y no tenemos que contarle lo que ocurra dentro de estas cuatro paredes.
-¿Acaso me está incitando a ser infiel?- mi boca continuó saboreando su piel.
-La estoy incitando a follarme.
Mis manos escucharon esa petición y rápidamente se fueron a hacía su espalda para deslizar la cremallera y abrir la parte trasera del vestido negro que Estefanía usaba. Mi boca se encontró tan veloz con su espalda que aproveché para morder y besar cada parte disponible. Con mis dedos llenos de deseo, continué el recorrido por su cuerpo y llegaron hasta sus piernas, las acaricié al mismo tiempo que subí su vestimenta. Adoraba cada parte de ella, vivíamos juntas cada sensación, cada palpitar, cada respiro y cuando la excitación se juntó con la calentura, algunos de mis dedos se unieron con su entrepierna y se hicieron acreedores a un paseo por el interior. Toda su piel ardía y clamaba por más, no me lo hizo saber, pero aprendí a leer los sonidos que emanaba su boca. Entré y salí de ella en repetidas ocasiones y sentir mis manos húmedas por su excitación, provocaron mayor coordinación en los movimientos.
-Date vuelta- le dije al oído y ejecutó mi orden. Estefanía intentó quitarse por completo su vestido, pero se lo impedí e incluso lo acomodé- quiero cogerte con el puesto.
Sujeté su cintura e impulsé su cuerpo hacia arriba para ayudarle a que se sentara sobre el gabinete del lavamanos. Abrí sus piernas, lo más que su ropa lo permitió y acomodé mi cuerpo. Ella sujetó mi cara e intentó besarme, pero me alejé para que su boca no me alcanzara.
-¿Qué ocurre?- le inquietó mi acción.
-Tu maquillaje está tan perfecto, que no quiero arruinarlo.
-Por ti todo vale la pena- logró su cometido y me hizo besarla mientras acomodaba su cuerpo para continuar con la siguiente escala.
Con Estefanía tenía dos teorías similares, la primera era que quizá por su edad los sabores de su cuerpo habían madurado junto con ella porque todo lo que emanaba de su piel era muy deleitable y la otra es que tal vez sus parejas anteriores nunca se habían tomado el tiempo y la dedicación de saborearla y su cuerpo se transformó en un vino que con el tiempo se añejó y simplemente fui la afortunada de encontrar la cava, destapar la botella y probar.
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*especialidad médica encargada del estudio de las enfermedades del aparato respiratorio.
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Historias del Universo Lesbico
Short Story×HISTORIAS CORTAS× Diferentes parejas que viven diferentes situaciones. 🏳️🌈 Algunas con contenido y lenguaje +18