Fabiola
Las reglas de la relación se habían establecido y lo nuestro sería temporal hasta que una de las dos así lo decidiera, por lo que mi objetivo principal fue cuidar su corazón junto con el mío porque Kelly emocionalmente no estaba disponible, así que no me aprovecharía de eso y tampoco haría mas grande su herida, pero si le mostraría lo bonito que puede llegar a ser una relación de chicas y por fortuna desde nuestra primera salida como pareja, ella me permitió mostrarle mi cariño por lo que aquello avanzó muy bien.
—¡Que bien se sintió!— dijo después de nuestro primer beso y saboreó mi saliva sobre sus labios.
—Te quiero para llevarte a la cama y desnudarte a versos, a palabras, a risas, a historias y conocerte así, sin zafar ni un solo botón.
Y para celebrar nuestro primer mes de amantes, la invité a bailar. En la ciudad había un lugar muy conocido por el gran ambiente que se generaba al bailar y esa noche, Kelly se veía más que espectacular con el vestido azul que decidió usar; su silueta, su porte y la forma tan segura de caminar fascinaba a cualquiera. Las horas pasaron y nuestra cita hubiera sido perfecta a no ser porque entre las parejas que bailan distinguimos a Aldo en compañía de una joven mujer, y así como nosotras lo vimos, él también lo hizo y la sonrisa de sus labios se esfumó.
—¿Quieres irte?— cuestioné.
—No, ¿Por qué? ¿Quieres irte tú?
—Lo pregunto por si te sientes incomoda.
—¿Por Aldo?
—Ajá.
—Cuando estoy contigo no me importa nada más— me besó— mejor hay que seguir bailando.
Y como el plan original era hacerle saber a Aldo, que con él o sin él, la vida y el corazón de Kelly continuarían, a partir de ese momento, ella no hizo otra cosa mas que bailar y besarme.
Un rato mas tarde, ella y yo nos tomamos unos minutos para sentarnos, descansar y beber algo, cuando notamos que Aldo y su acompañante caminaban hacia la salida, pero de repente, él decidió cambiar de rumbo y llegó hasta la mesa donde nosotras estábamos.
—Kelly, ¿podemos hablar?— expresó.
—¿Qué?— no se si lo fingió o verdaderamente no lo escucho.
Aldo se acercó aun más y su rostro llegó hasta la oreja de ella y por las respuestas de Kelly, entendí que ahora y en ese momento él tenía mucho que decirle, cuando semanas atrás le había aplicado el contacto cero.
—Ahora vuelvo— ella me dijo y se marchó con él.
—Okey— alcancé a decirle.
La joven mujer que lo acompañaba, se quedó de pie por un lado y la invité a tomar asiento.
—Mi nombre es Fabiola— me presenté.
—Joana— respondió.
—¿Quieres tomar algo?— ofrecí.
—Si, un whisky.
De inmediato levanté mi mano y el mesero que nos atendía, se acercó. Pedí la bebida de ella y otro para mí. En seguida el encargo llegó; brindamos.
—¿Tu y la ex de Aldo son pareja?— cuestionó.
—Kelly aun es su esposa, ellos siguen casados.
—Pero llevan rato separados, ¿no?
—Como dos meses.
—¿Estás segura? Porque él me dijo que llevaban casi un año e incluso que ya habían empezado el trámite de divorcio.
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Historias del Universo Lesbico
Krótkie Opowiadania×HISTORIAS CORTAS× Diferentes parejas que viven diferentes situaciones. 🏳️🌈 Algunas con contenido y lenguaje +18