Capítulo 3

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Allison

No sé en qué momento Jimena se cansó de besarme, pero yo me dormí cerca del amanecer y desperté hasta pasado de mediodía.

-Jimena ¿por qué no me despertaste?- salí de su habitación. Ella estaba en la sala.

-Perdón Al, no sabía que debía hacerlo. ¿Quieres comer algo?

-No, me tengo que ir. ¿Has visto mi bolsa?

-¿No la dejaste en el auto?

-Anoche la bajé porque saqué mi celular para llamarle a Alejandra, que por cierto ¿lo has visto?

-Tampoco.

-¿Me prestas el tuyo para llamarme?

-Sí, tómalo.

Llamé a mi propio número pero me mandó a buzón, lo que significaba que estaba apagado.

-¡Mierda! Creo que se descargó.

Continué buscando mis cosas por todo su departamento mientras los minutos siguieron su paso.

-Es súper tarde y Alejandra me está esperando. Jimena ¿me prestas dinero?

-Aunque quisiera, no tengo. Ayer cancelé mis tarjetas porque me llamaron del banco para notificarme que intentaron clonarlas y hasta el lunes me entregarán los plásticos nuevos.

-¿Y efectivo?

-Anoche gasté todo lo que tenía pero busca en mi bolsa, igual y encuentras algo.

-No voy a revisar tus cosas. Entonces ¿me puedes llevar?

-No puedo, tengo mucho trabajo. Si no lo notaste, ayer falté a la oficina y la bandeja de correo está repleta de mensajes.

-Jimena, estás jugando videojuegos.

-Solo termino esta partida y me pondré a trabajar.

Comencé a dar vueltas por todo el inmueble e intentaba recordar donde había dejado mi bolsa y el celular. También intenté planear como hacerle para llegar con Alejandra porque ese día era su cumpleaños, ese día cumplía dieciocho años. Sus padres junto con mi familia acordamos llevarla a comer a su lugar favorito, pero lamentablemente yo seguía atorada en el departamento de Jimena.

-¿Al menos tienes unas monedas para comprar un ticket del metro?

-No sé, busca en la habitación.

Ni una sola moneda había en todo el lugar.

-Me puedes llevar a donde vivo. Le pediré un préstamo a la amiga de mi mamá.

-Me encantaría, pero el coche no tiene gasolina y mis tarjetas...

-¡Tus estúpidas tarjetas están canceladas!- reclamé furiosa- ya lo dijiste.

-Al ¿qué tienes?- por fin dejó su juego y me prestó algo de atención.

-Me tengo que ir y misteriosamente mis cosas desaparecieron.

-No estas insinuando que yo tuve algo que ver ¿o sí?

-Tú dímelo.

-Allison no eres una niña, bien puedes cuidar de tus pertenencias.

-Pero desaparecieron dentro de tu departamento.

-¿Ya las buscaste en el auto?

-Jimena, yo bajé mi bolsa. Yo le llamé a Alejandra desde aquí, sentada en ese sofá- lo señalé- y no creo que por la madrugada se hayan tele transportado hasta tu coche.

Historias del Universo LesbicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora