Capítulo 1

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Maritza

Habían pasado seis meses desde que el mundial femenil de fútbol concluyó. Yo firmé un contrato para jugar durante dos años en la liga japonesa y después de pasar unos días inolvidables en Argentina, Karen viajó conmigo a Japón y se quedó en ese país oriental. Nos iba tan maravillosamente bien que todas las mañanas que me veía a su lado me sentía parte de un sueño y temía algún día despertar por completo y perderla para siempre. 

Todas las mañanas, salía muy temprano de casa para dirigirme a entrenar con mi equipo y regresaba hasta por la tarde, pero cierto día Karen me recibió con una rara pregunta y una rara actitud.

-Cariño ¿tú crees en la vidas pasadas?

-No bebé, solo creo en lo que puedo ver, tocar y sentir.

-Yo pensaba lo mismo hasta que recibí este mensaje- me mostró la pantalla de su celular.

Intenté leer.

-Princesa, el texto está en ruso y yo apenas empiezo a entender el francés.

-En una traducción sencilla- ahora ella miró su móvil- dice que mi vida pasada ha regresado porque tengo un favor que pagar.

-Déjame decirte que tu traducción no fue nada simple porque no entendí. ¿Y a qué favor te refieres?

-¿Alguna vez te has preguntado cómo me inicié en el mundo del espionaje?

-Si, pero no soy de meterme en pasados que no me corresponden.

-Todo inició con mi abuelo, el padre de mi mamá, él fue espía. Trabajó para la URSS o mejor conocida como la unión soviética y cuando esta se disolvió, él desapareció borrando por completo todo su rastro y fue tan bueno que si tú colocas su nombre en algún navegador web, no encuentras ni una palabra que hable de sus hazañas, porque fue realmente bueno o al menos eso me contaba todas las noches antes de ir a dormir.

-¿Y tú podrías hacer algo así? ¿Podrías borrar toda la información que haya sobre ti para que no te encuentren?

-Cariño, estamos hablando que cuando mi abuelo lo hizo, fue en los años noventas cuando no había ni puta tecnología. Ahora todo está controlado y para que yo pueda desaparecer, necesito estar tres metros bajo tierra o quizá más abajo.

-Y ya que tocaste el tema ¿cómo te iniciaste en ese mundo?- siempre había querido saber más sobre su vida, pero nunca me atreví a preguntar.

-Por un error de mi abuelo.

-¿Cuál?

-Cuando mis padres se separaron, él fue por mi madre y por mí a España. Durante el trayecto perdió parte del dinero en efectivo que llevaba y tuvo que comprar nuestros boletos de avión con su tarjeta de crédito. En esa época la falsificación de datos o de documentos no era tan sofisticada como lo es ahora.

-¿Y luego?

Se tomó unos segundos para respirar a profundidad antes de continuar con su relato.

-Meses más tarde lo encontraron y en una helada mañana de Enero, se presentaron en nuestra casa muchos soldados ucranianos. Ellos entraron destruyendo todo, sacaron a mi abuelo de su habitación, lo pusieron de rodillas en nuestro jardín y lo acribillaron frente a nosotras- sujeté sus manos- mi abuela, mi madre y yo nos quedamos sin él.

-Lo siento tanto- la abracé.

-Yo era una niña cuando eso ocurrió y con el pasar de los años fui omitiendo ese evento, pero jamás olvidé el apellido del hombre que dio la orden para que esos soldados ucranianos le dispararan a mi abuelo; el general Kozlow. Y un día, decidí empezar a buscarlo, decidí buscar a ese hijo de puta y cuando lo encontré, él ya estaba retirado y vivía en Estonia, un país cerca de San Petersburgo.

Historias del Universo LesbicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora