Lauren
Test vocacional. ¿Qué quieres para tu futuro? Eso fue lo que la profesora Ramos escribió sobre la pizarra del aula escolar.
Buena pregunta, pensé.
Recién había cumplido diecisiete años, aun no tenía claro que quería para mi vida profesional y estaba meses de graduarme. Por un lado, casi toda la familia de mi padre se dedicaba al ámbito político, desde funcionarios, elementos policiacos, fiscales y jueces. En el bando opuesto, estaba la familia de mi mamá, que eran personas más discretas y se desempeñaban en el sector privado. Por lo que tenía a mi alcance un extenso abanico de profesiones coqueteándome día a día, así que hacer un test no me vendría nada mal y al finalizarlo, el apartado con mejor puntaje fue el creativo/artístico con un 44%. Rei. Nunca había considerado una vida profesional en ese medio y en el segundo lugar quedó el liderazgo con un 27%, eso debió ser herencia de mi papá; él era un líder nato. La clase terminó y solo tomé captura de pantalla antes de apagar el computador; quería analizar con calma y detenimiento el resultado, también debía averiguar sobre los empleos que el mismo test sugería. El timbre resonó fuerte y me puse de pie. Salí del aula para buscar a Cecilia; mi mejor amiga.
—Hola Ce— la encontré sentada sobre el fresco césped y con la espalda recargada en un árbol tan majestuoso que su sombra alcanzaba varios metros cuadrados.
—Hola Lauren, ¿cómo te fue en la prueba?
—Terrible, dice que seré una artista.
Soltó la carcajada.
—Lo sé, también pienso que es absurdo.
—Perdón amiga, no quise hacerlo.
—¿Y cómo le hiciste para terminar tan rápido la prueba?
—Solo respondí lo que encajaba conmigo y mi personalidad.
—Al principio también hice eso, pero terminé analizando meticulosamente todas las preguntas y cada respuesta.
—Además, tengo bien clarito lo que quiero ser.
—¿Y qué quieres ser?
—Química farmacéutica, como mi mamá.
—Oye, ¿la profesora de literatura dejó tarea?
—No que yo recuerde. ¿Por qué lo preguntas?
—Porque estas leyendo un libro y solo lo haces cuando es necesario.
—Este fue un regalo mi abuela y me está gustando, por cierto, también deberías de leerlo.
—¿Por qué?
—Porque lleva tu nombre— lo cerró para mostrarme la portada.
—Buenas noches, Lauren— leí— ¡qué genial!— me emocioné y lo sujeté para hojearlo— ¿y de que trata?
—Cuentos infantiles y poesía bonita.
—¡Vaya manera de arruinar mi nombre!— me decepcionó saber el género al que pertenecía el ejemplar.
—Pero esta cero aburrido.
—Para que tu opines eso sobre un libro, sí que debe estar interesante.
—¿Y adivina?
—¿Qué?
—La escritora— retiró su libro de mis manos— es la guionista de las películas de Make a Wish.
—¿La de las películas psicópatas?— pregunté con asombro.
—Si.
—Por culpa de esas movies ahora no puedo dormir con la puerta de mi habitación cerrada.
—Ni me digas, que yo es estoy igual y sigo teniendo pesadillas.
Volví a sujetar el libro y en la contraportada contemplé una mini biografía de la escritora mientras Cecilia comenzó a manipular su teléfono móvil.
—Lorena Torres Hernández, escritora y conferencista...— leí cada línea y en ninguna se mencionaba nada sobre su carrera como guionista de películas aterradoras, quizá fue para no espantar al público que pretendía llegar con esa obra literaria. Luego mi amiga me mostró la pantalla de su celular, en la cual estaba la fotografía de una fémina que vestía con un traje elegante y con su dedo índice, deslizó otras más.
—Si, es la misma. Ya habíamos visto fotos de ella— expresé.
—Esta guapa la señora. ¿Qué edad tendrá?
—Como cuarenta, supongo.
En ese momento la intriga comenzó a devorarme. Ahora anhelaba conocer la ambigüedad que se alojaba en la mente de esa persona. ¿Por qué cómo era posible lograr esa dualidad? Por un lado, tener la sensibilidad para escribir contenido infantil y al mismo tiempo tener las agallas para redactar las más crudas líneas que podrían traumar a cualquier ser humano. Al parecer el resultado de mi test no fue tan errado como lo llegué a pensar porque en ese momento quería ser como esa fabulosa escritora.
—Ya que lo termines, me lo prestas para darle una leída— salí de mi trancé mental y devolví el ejemplar.
—Por supuesto.
Revisé la hora.
—Ce, la clase de ciencias sociales está por iniciar.
—Ojalá que el profesor no haya venido y nos dejen salir temprano— guardó sus pertenencias dentro de su mochila.
—No lo creo, hace un rato lo vi por el pasillo— nos pusimos de pie.
—Seamos optimista y pensemos que iba para la salida.
Al termino de las clases regresé a casa. Todo el camino pensé únicamente en la prueba y en el resultado, ya que no coincidía con la personalidad de mi familia. Nadie era o había sido artista. Me agradaba la música, pero no como para dedicarme a ella. Me gustaba dibujar, pero mis dibujos no eran nada extraordinarios. ¿Escribir? Ni hablar sobre eso, ya que solo lo hacía cuando era época de presentar ensayos escolares, pero también había algo más que de momento hacía ruido en mi cabeza y era aquella escritora de nombre Lorena.
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Historias del Universo Lesbico
Short Story×HISTORIAS CORTAS× Diferentes parejas que viven diferentes situaciones. 🏳️🌈 Algunas con contenido y lenguaje +18