Jessica
Entre las clases de guitarra y bajo, Liz y yo comenzamos a pasar mucho tiempo juntas. Me dediqué a vivir todas y cada una de las emociones que me hacía experimentar y aunque la vida que le mostraba era una vil mentira, ella si abrió las puertas de su corazón. Lizeth me contó con punto y coma sobre ella, su vida y su familia. Cursaba la universidad y estudiaba comercio internacional, también de su propia boca me enteré que sus padres se habían divorciado cuando era pequeña, pero años después, su madre conoció a otro hombre y se casó, de esa nueva relación, nació su hermana Kenia, pero de un tiempo para acá, el matrimonio iba en caída libre, por lo que, las peleas eran constantes y muchas veces, Liz se veía involucrada porque terminaba defendiendo a su mamá.
Y cuando llegó la fecha de su cumpleaños, me empeñé en hacerle pasar un rato agradable. Compré comida, pasé por ella al término de sus clases y la llevé hasta mi departamento. Cerca del anochecer, le entregué un obsequio.
"Si tuviera que volver a comenzar mi vida, intentaría encontrarte mucho antes..."
—¡Es bellísimo!— expresó después de leer.
—Como una vez dijiste que te gustaba el principito, vi en internet el anuncio de estos relojes grabados y pensé en ti.
—No debiste molestarte.
—Todo lo contrario. Me siento muy afortunada de que hayas aceptado pasar este día especial conmigo. ¡Feliz cumpleaños!
—Gracias por invitarme. Las últimas semanas en casa han sido catastróficas y tu amistad es como un rayo de luz en medio de una tormenta.
—¿Continúan los problemas con tu padrastro?
—Y cada vez es peor. No entiendo porque mi mamá no lo deja y nos alejamos de él.
—Quizá porque lo ama.
—Debería estar prohibido amar a alguien que no hace otra cosa más que lastimarte.
—Aunque lo fuera, las personas solemos ser necias y nos empeñamos en buscarle lo romántico a todo.
—¿También tú?
—Todos tenemos varios gramos de terquedad.
—Gracias Jess.
Y como Liz era zurda, se colocó el reloj alrededor de su muñeca derecha.
—Me encanta— analizó su mano; quería ver como lucia con el nuevo accesorio— así como todo lo que preparaste para mí.
—Tengo una vida muy desocupada así que siempre tendré el tiempo y el ánimo para prepararte fiestas sorpresas.
—Déjame conocerte.
—Ya sabes todo sobre mí.
—¿Qué escondes?
—Absolutamente nada. Si quieres googleame.
—He llegado a la conclusión de que eres una gran celebrity, pero te fastidiaste de la fama y viniste a esconderte a esta recóndita ciudad.
—¿En serio?— reí— ¿por qué piensas eso?
—Por la ostentosa vida que llevas.
—Tengo la vida que mis padres me proporcionan.
Sus ojos claros se adueñaron de los míos y cada que eso ocurría, para mí, era como si el tiempo se detuviera, dejara de existir todo a nuestro alrededor y solo fuéramos nosotras dos.
—Me gustas demasiado— agregó— y cada segundo que compartimos juntas me haces sentir como si todo fuera posible.
Lo que yo sentía pedía a gritos ser correspondido y justo comenzó a ocurrir. Un breve instante de silencio nos envolvió y durante unos segundos fuimos su mirada, ella y yo.
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Historias del Universo Lesbico
Historia Corta×HISTORIAS CORTAS× Diferentes parejas que viven diferentes situaciones. 🏳️🌈 Algunas con contenido y lenguaje +18