Capítulo 1

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Gineth

Llegó el regreso a la oficina con la llamada nueva normalidad y la moneda estaba en el aire. Sabía que Lena en cualquier momento me iba a buscar para hablar y aclarar lo que en la mañana le escribí. Llegué a la oficina con demasiada anticipación porque la directiva nos informó que debíamos llevar a cabo ciertas acciones protocolarias y una de ellas era que antes de entrar a la farmacéutica, el guardia de seguridad nos tomaría la temperatura con un termómetro infrarrojo.

-Ginny ¿qué está pasando?- y ahí estaba ella y mucho más rápido de lo pronosticado.

Le agradecí al guardia y junto con Lena, nos alejamos un poco para tener algo de privacidad.

-Regresé con Juan Carlos, tal como lo leíste en el mensaje.

-Señorita Rodríguez- le habló el agente desde la caseta de seguridad- debo tomarle la temperatura.

-Llegué hace unos minutos y únicamente salí para recibir a mi compañera.

-De acuerdo, pero debe usar cubre boca.

-Lo dejé en la oficina.

-Es obligatorio.

Intenté aprovechar esa llamada de atención que Lena estaba recibiendo para escaparme.

-Ginny, espera- me detuvo- tenemos que hablar.

-Lo sé, pero no ahora.

-Solo dime que todo fue una broma.

-No lo es, lo siento.

-¿Por qué? ¿Por qué regresaste con él?

-Porque ahora que estamos de vuelta a la oficina no sé qué va a pasar entre mi jefa y tu.

-Nada Gineth, nada- subió un poco su tono de voz, pero de inmediato cayó en cuenta de su error y volvió a su tono normal- ya te lo he dicho infinidad de veces, entre Doris y yo no volverá a pasar algo, es por eso que no se debe revolver el pasado con el presente, porque no todas las personas tienen la suficiente madurez mental para entender que la gente es imperfecta y que comete errores.

-Perdón. Me siento muy confundida.

-Sabes que, te daré la solución, ¡quédate con él!- volvió a levantar la voz- ambos se merecen porque al final son iguales. Ni avanzan y ni dejan avanzar.

-Lenny, entiéndeme.

Dio un paso hacía delante para acercarse.

-Señorita Rodríguez- llegó una segunda llamada de atención- deben estar a un metro y medio de distancia.

Retrocedió y retomó nuestro tema.

-¿Entender qué? ¿Qué quieres estar con una persona que va de infidelidad en infidelidad?

-Solo dame un poco de tiempo.

-¿Cuánto necesitas? ¿Otros tres meses?

-Sí o no sé.

-Y al final de ese plazo, ¿volverás conmigo? Porque si es así, adelante, yo te espero, pero no ocultaremos la relación, mucho menos nuestro amor. Lo viviremos libremente porque es nuestro derecho.

Esa parte era la que más conflicto me causaba y como mis pensamientos no mejoraron mi silencio, lo conservé.

-Me ha quedado claro que solo fui tu pasatiempo para esta cuarentena. Adiós chica nueva.

Escondió las manos en los bolsillos de su chaqueta negra y se alejó de mí. No intenté detenerla, no tenía argumentos para hacerlo. Ella caminó con dirección hacía el estacionamiento e incluso observé como es que pateó un cono vial de tránsito color naranja que se encontró a su paso.

Historias del Universo LesbicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora