Poco a poco la emoción se fue calmando y la gente que llenaba el estadio se fue marchando al castillo, algunos a seguir festejando y otros a llorar la derrota. Pero Oliver y Halley se quedaron en el campo observando lo que fue su lugar favorito en el colegio, recordando todos los entrenamientos y partidos. Recuerdos que ya no volverían, aquel había sido el último partido como estudiantes.
-Señor Wood, señorita Black-la profesora McGonnagal se había acercado a ellos con dos magos desconocidos- Les presento a Henry Brown y a Amanda Tanner, son reclutadores de equipos de quidditch del Reino Unido, han venido a todos los partidos de este año.
Halley observaba la escena con una sonrisa, Oliver estaba haciendo un esfuerzo titánico para que no se le notara ninguna emoción en la cara. Pero tanto ella como la profesora sabían que de haber podido el muchacho se habría puesto a gritar como loco.
-Un placer señor Wood- dijo Henry Brown dándole la mano- primero quiero darle la enhorabuena por la excelente temporada que ha hecho con su equipo. Sinceramente después del primer partido donde su buscador sufrió aquel accidente, no pensábamos que iban a remontar así en el marcador.
-Gracias señor.
-La profesora McGonnagal ya le habrá dicho que nosotros vamos a los partidos de los colegios a ver a los posibles candidatos y si vemos que tienen talento nos encargamos de comunicárselo a los equipos del país- comenzó Amanda Tanner, mientras los demás la escuchaban sin decir una palabra- creemos que tiene mucho talento señor Wood, le hemos traído una lista con los equipos interesados en verle jugar. Échele un ojo y escribanos una carta con los equipos con los que le gustaría hacer una prueba. Puede descartar alguno si lo desea o hacer la prueba con todos. Usted decide.
-Gracias señora Tanner- Oliver estaba mudo del asombro, no sabía que decir.
-Señor Brown, señora Tanner- intervino la profesora sonriente, le hacía gracia ver al obseso del quidditch tan callado- si me acompañan podemos tomar una taza de té en mi despacho.
Halley y Oliver les observaron marcharse del campo charlando tranquilamente, en cuanto se perdieron de vista Oliver se giró y encaró a Halley.
-¿Has oído?-le dijo emocionado- creen que tengo mucho talento. ¡Los equipos profesionales quieren verme volar!
-Claro que lo tienes Oliver, siempre te lo he dicho- Halley no podía alegrarse más por él, era lo que siempre había querido.-Todos los equipos se pegarán por tenerte en su plantilla.
Y dando rienda suelta a todas las emociones que habían sentido aquel día Oliver se lanzó hacia los labios de Halley dándole el beso más sensual y pasional de su vida. No le dio tiempo casi ni a reaccionar, la tomó por las nalgas haciendo que ella enrollara las piernas alrededor de su tronco y rápidamente la llevo al vestuario. Ese día se había cumplido su sueño de ganar la copa, le habían dicho que los equipos profesionales querían verle volar. Cumpliría también su fantasía de hacer el amor en el vestuario de Gryffindor.
Entraron al vestuario entre besos y caricias
-Oliver, espera-dijo Halley
-¿Qué pasa?- el muchacho a penas le prestaba atención, estaba demasiado ocupado quitándole el uniforme.
-¿Por qué no hacemos esto con calma?- aunque los besos que el chico le daba en el cuello hacía difícil que se concentrara- es nuestra última vez aquí y quiero disfrutarlo con calma.
-Tienes razón Haly- dijo el haciendo un gran esfuerzo por separarse de ella- vayamos a la ducha.
En la ducha, se dedicaron a mimarse y limpiarse mutuamente. Entre besos y risitas estuvieron a remojo durante un rato largo hasta que limpiaron hasta el último centímetro de piel del otro.
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Mi verdadera obsesión.
Romance-¡Estas obsesionado Oliver! ¡Todo en tu vida es quidditch, quidditch y más quidditch! -Eso no es verdad Halley. -¡Claro que sí! ¡Pero estoy harta! ¡DIMITO! ¡Jugaré en el proximo partido, pero ya puedes ir buscando otra cazadora!- y hecha una furia...