-Antes de que empieces, Penny- la interrumpió Matt- quiero que sepas que no te guardo rencor. Me parece normal que prefieras a Nate antes que a mí. Pero no me pidas que seamos amigos y todas esas cosas porque no voy a poder. Al menos de momento.
-¿Pero de qué estás hablando?- intervino ella-¿de dónde has sacado que prefiero estar con Nate?
- bueno pues porque os vi ayer en La Madriguera abrazados y dándoos besos...
Penny suspiró y le miró, el chico no la miraba a los ojos, tenía la mirada puesta en el plato vacío. Parecía triste por pensar que ella había escogido a otro. Sonrió.
- te he traído aquí porque quería decirte lo mucho que me gustas, Matt. Ayer le estaba diciendo a Nate que lo nuestro no podía ser. Te voy a ser sincera, me gusta y siento algo por él, pero no lo suficiente. Me estaba despidiendo y me pidió un último beso. Es lo que viste.
El médico asintió, le dolió saber que la rubia sentía algo por el jugador de quidditch. Pero agradecía que fuera sincera.
-Antes de que sigas-volvió a interrumpir Matt- quiero que sepas que me apasiona mi trabajo. Puede pasar que pierda la noción del tiempo cuando esté en el hospital o que trabaje más horas de las que me tocan. Pero eso no quiere decir que te esté engañando ni mucho menos. Yo jamás haría eso.- soltó sus miedos a que le pasara lo mismo que con su ex novia.
Penny lo entendió, no hizo falta que dijera nada más para que ella entendiera lo que le pasaba al chico. Se levantó y rodeo la mesa agachándose para que sus caras quedaran a la misma altura. Alargó su mano a la mejilla del chico y esté la miró a los ojos en cuanto sintió su contacto.
-Acuérdate de quien es mi ex novio. Un adicto al trabajo de manual. Hubiera trabajado 30 horas al día si hubiera podido, sin remordimiento alguno por no estar junto a mí- explico Penny con cariño, realmente se le veía afectado- me encanta que seas tan apasionado de tu trabajo.
Matt la miró a los ojos y vio sinceridad en ellos, no lo decía por complacerlo, sino porque realmente lo pensaba. El chico alargó la mano para llevarla a la nuca de ella y enredo sus dedos con el cabello rubio de la chica. Suavemente la atrajo hacia el dándole un suave beso.
Un beso simple, puro y lleno de sentimientos. Algo que ambos estaban deseando. Sin embargo, como era algo que realmente estaban esperando que sucediera no pudieron evitar que subiera la intensidad en poco tiempo. La mano de Matt se enrollo en la cintura de ella pegándola más a él, ella dócilmente se dejó hacer. Matt tampoco protestó cuando la lengua de ella comenzó a acariciar sus labios suavemente. El chico sonrió, le gustaba que tuviera iniciativa, abrió la boca y su lengua fue al encuentro de la de la chica. Para el deleite del chico, Penny se sentó en su regazo haciendo que se le escapara un grave y sonoro gemido. La rubia sonrió. Sólo habían compartido un beso en el pasado, que le pareció de los mejores de su vida, sin embargo este lo desbancaba con creces.
La temperatura de ambos y la necesidad de conocer el cuerpo del otro fue incrementando exponencialmente. Las manos de Matt cobraron vida propia y se apresuraron a desabrochar la túnica de su acompañante, lo hizo mirando a Penny a los ojos sin pestañear, viendo como la chica enrojecía un poco más con cada botón. Cuando consiguió abrir todas las prendas, separó su mirada de la de ella y la bajo para observar ese cuerpo con el que tanto había soñado. No dijo nada, pero se mordió el labio con deseo y subió la mirada para ver a Penny completamente roja.
-Eres una diosa- le dijo y seguidamente volvió a atacar sus labios con delicadeza.
Al momento de escuchar eso Penny se sintió como una diosa, hace unos años jamás se hubiera imaginado que a un hombre como ese le iba a parecer una diosa. Sin embargo no dudo de que así fuera, nunca le habían dicho nada parecido, y le pareció el mejor cumplido que podía escuchar en ese momento.
Sus brazos pasaron por la cintura de la muchacha sujetando bien a él y se puso de pie, sentando a Penny en la mesa de la cocina. La obligó a acostarse en ella mientras le daba besos y algún que otro mordisco en el cuello.
-¿Te gusta?- le susurró sensualmente. Penny simplemente asintió- no te oigo preciosa.
- me encanta- gimió ella.
- pues prepárate porque esto todavía no ha empezado- sin embargo en vez de seguir besándola, Matt se separó, desconcertándola.
-¿qué haces?- le pregunto.
-confía en mí, ahora vengo- y sin más se desapareció.
-¿qué?- Penny no entendía nada. Iba a levantarse cuando Matt apareció con un bote en la mano- ¿dónde has ido?
- necesitaba una cosa, vamos a la habitación- sin darle opción a responder tomo a una desconcertada Penny en brazos y la guió hasta la puerta que ella le decía.
Matt la tumbó en la cama, ella seguía desconcertada.
- Quítate los pantalones y túmbate boca abajo- ordenó Matt.
-¿Qué estás haciendo?
Masaje - dijo Matt- . No te muevas.Penny pudo ver que lo que Matt había traído era un frasco de aceite para bebés. Obedeció, Matt no había encendido ninguna luz, por lo que la habitación estaba sumida en sombras profundas, pues acababa de anochecer. El aire acondicionado estaba conectado, hacia una buena temperatura, sin embargo ahí tumbada y desnuda Tuvo un escalofrío, y deseó que Matt se diera prisa.
- Cierra los ojos y relájate - dijo él en voz queda.
Cerró los ojos y se concentró en los sonidos de lo que estaba haciendo Matt. Oyó el ruido del tapón abriéndose y suspiró con placer esperando sentir el tacto del aceite templado en la piel.
La voz de Matt sonaba grave y calmante, poco más que un murmullo.
Comenzó por los hombros hundiendo sus poderosos dedos en los músculos. Penny se puso tensa automáticamente ofreciendo resistencia, y luego se relajó al notar que la fuerza y la tensión parecían abandonar su cuerpo. El aceite caliente hacía que las manos de Matt resbalasen sobre su piel dejándola brillante y fragante. Trabajó cada brazo, incluso masajeando las manos y los espacios entre los dedos. Y allí donde tocaba iba dejando los tendones relajados, los músculos inertes. Penny ronroneó de placer cuando Matt volvió a trabajarle la espalda, comenzando por la cintura y subiendo poco a poco las manos en movimientos amplios y firmes que comprimían la caja torácica y arrancaban un gemido en voz alta a cada caricia. Fue repasando sin descanso cada músculo en tensión y lo masajeaba hasta que quedaba dúctil bajo sus manos.
A continuación les tocó el turno a las piernas. Trabajó los músculos endurecidos, las pantorrillas, los tendones de Aquiles, las plantas de los pies. Hizo girar los tobillos adelante y atrás, apretando con los pulgares en el empeine, y Penny experimentó un sorprendente deseo sexual que la hizo flexionar los dedos.
- ¡Oh! - dijo involuntariamente.
- Te gusta, ¿eh? - preguntó Matt en un tono suave y amortiguado por la creciente oscuridad de la habitación. Repitió el movimiento, y Penny reaccionó con un gemido.
Penny se giró y atrajo a Matt hacia ella para besarle con deseo. El muchacho complacido se dejó hacer. Y aquello derivó en una noche intensa de placer. Matt sabía lo que se hacía, de eso no había duda. Sabía cómo quería cada mujer que le hicieran el amor y guiar a la mujer a que le hiciera el amor como él quería que se lo hicieran.
Penny hubiera jurado que Matt era tierno y delicado en la cama. No estaba equivocada del todo pero tampoco había acertado. Era tierno y delicado sí, pero también era sensual, enérgico y poderoso.
Sus cuerpos se entrelazados e hicieron el amor con fuerza y cariño, ingredientes que nunca faltaban en el buen sexo. Él le preguntó "¿Más fuerte? " y ella le contestó agarrándose a su espalda.
Pasaron la noche entre las sábanas amandose el uno al otro.
La semana continuo en una deliciosa rutina donde desayunaba juntos antes de irse a trabajar o a casa de Halley y Oliver, para volver a la noche y disfrutarla juntos en la.misma cama.
Era bien entrada la noche cuando dormían plácidamente abrazados, lo último que deseaban escuchar les despertó.
-Matt Torres- la voz de Alicia salió de la chaqueta del doctor.
-¿Qué pasa?- el muchacho se apresuró a salir de la cama para contestar, alarmado.
-Es Halley, corre.Pues hasta aquí el capitulo de hoy, ¿que pasará con Halley? se abren apuestas.
Decidme como siempre que os ha parecido y dejadme una estrellita o algo, cualquier cosa ejejeje.
Un besito y hasta la semana que viene.
Andrea
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Mi verdadera obsesión.
Romance-¡Estas obsesionado Oliver! ¡Todo en tu vida es quidditch, quidditch y más quidditch! -Eso no es verdad Halley. -¡Claro que sí! ¡Pero estoy harta! ¡DIMITO! ¡Jugaré en el proximo partido, pero ya puedes ir buscando otra cazadora!- y hecha una furia...