Sobre mediodía, decidieron salir a dar un paseo por la calle. En vez de dirigirse hacia el pueblo, Oliver la guió hacia el final de este y la metió por un sendero que iba serpenteante entre árboles, arbustos y grandes rocas.
-¿Dónde me llevas?
-Es una sorpresa-
-¿Me vas a decir que llevas en esa mochila?- preguntó Halley.
-Mmm, no. Es una sorpresa, falta poco- le tendió la mano a Halley para que pudiera cruzar el rio sin meter un pie en el agua.
Estuvieron caminando por el bosque durante unos veinte minutos hasta que llegaron a un claro donde pasaba un rio. Estaban justo al borde de un desfiladero donde el rio hacia una caída libre hasta llegar a un pequeño lago unos metros más abajo. A lo lejos se podía ver un despliegue de montañas inmensas y a sus pies veía el nevado pueblo. La naturaleza dominaba en ese lugar, había un silencio sepulcral roto únicamente por el rumor del agua y el canto de los pájaros.
-Vaya- Halley se asomó al borde del desfiladero y observó todo el paisaje que tenía a sus pies.
-¿Te gusta?- Oliver se acercó a ella por detrás y le abrazo por la cintura.
-Me encanta- Halley se giró y le dio un abrazo.
-¿Tienes hambre?- le preguntó Oliver al cabo de un rato. Al ver que su acompañante asentía fue al centro del claro y de la mochila sacó una manta.- Ven siéntate.- dijo haciendo él lo mismo.
-¿Has traído comida?- preguntó asombrada mientras se sentaba.
-He ido a visitar a tus amigos los elfos, hoy no pienso compartirte con nadie Haly-
-Oh... Vaya, ¿y qué has traído?- es lo único que pudo decirle la muchacha. No estaba acostumbrada a que Oliver fuera así con ella.
-Pues cuando les he mencionado que iba contigo me han querido preparar toda la comida del mundo- dijo el moreno con una sonrisa- pero al final hemos llegado a un acuerdo y he traído un termo con sopa caliente, ensalada y filetes de pollo empanados.
-Sí que es mucha comida- observó la chica mientras le ayudaba a sacar todo.
Estuvieron un rato comiendo en silencio mientras observaban el paisaje en silencio.
-¿Sabes? Me gustaría vivir en un sitio como este algún día- comentó Halley.
- ¿Te gustaría vivir en el monte?
-Bueno, no en el monte obligatoriamente. Pero no he conocido nada más que Londres. Allí hay mucho ruido siempre. Pero aquí se respira paz y tranquilidad. Una casa en la naturaleza, me da igual monte o playa, pero sí que quiero vivir algún día en un sitio como este.
Oliver no decía nada, solo observaba a la chica hablar de sus sueños con los ojos brillantes. Cuando se hartaron de comer, guardaron las sobras en la mochila y se tumbaron en la manta, Halley miraba las nubes mientras Oliver le observaba a ella.
-¿Qué vas a hacer cuando salgamos de aquí?- el muchacho estaba tan atontado observándola que casi no oyó la pregunta de la chica.
- No creo que te sorprenda- comenzó Oliver- quiero entrar a trabajar en el ministerio de magia.
-¡¿QUE?!
-Era broma- comenzó a reírse Oliver- ¿Te imaginas yo en el ministerio como Percy? – Ambos empezaron a reírse ante tal imagen- quiero hacer pruebas en equipos de quidditch.
-Esa respuesta ya me cuadra más, te cogerán en todos a los que te presentes- el muchacho sonrió y lentamente se acercó a Halley le acarició la nariz con la suya antes de comenzar a besarla suavemente.
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Mi verdadera obsesión.
Romansa-¡Estas obsesionado Oliver! ¡Todo en tu vida es quidditch, quidditch y más quidditch! -Eso no es verdad Halley. -¡Claro que sí! ¡Pero estoy harta! ¡DIMITO! ¡Jugaré en el proximo partido, pero ya puedes ir buscando otra cazadora!- y hecha una furia...