II. ¡Bienvenidos!

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En el banquete de bienvenida el ambiente era raro, la visita del dementor les había dejado a todos tocados. En especial a Harry, que al parecer hasta se había desmayado y todo. Después de la selección Dumbledore se levantó de su silla y comenzó con su típico discurso:

-¡Bienvenidos! -dijo Dumbledore, con la luz de la vela reflejándose en su barba-. ¡Bienvenidos a un nuevo curso en Hogwarts! Tengo algunas cosas que deciros a todos, y como una de ellas es muy seria os ruego que me prestéis toda vuestra atención-Dumbledore se aclaró la garganta y continuó-: Como todos sabéis después del registro que ha tenido lugar en el expreso de Hogwarts, tenemos actualmente en nuestro colegio a algunos dementores de Azkaban, que están aquí por asuntos relacionados con el Ministerio de Magia. -Se hizo una pausa al profesor no parecía hacerle nada de gracia tener a dementores tan cerca de la escuela.

-Están apostados en las entradas a los terrenos del colegio —continuó Dumbledore—, y tengo que dejar muy claro que mientras estén aquí nadie saldrá del colegio sin permiso. A los dementores no se les puede engañar con trucos o disfraces- como quien no quiere la cosa, su mirada se posó sobre Halley, Jake y los gemelos.- No está en la naturaleza de un dementor comprender ruegos o excusas. Por lo tanto, os advierto a todos y cada uno de vosotros que no debéis darles ningún motivo para que os hagan daño. Confío en los prefectos y en los últimos ganadores de los Premios Anuales para que se aseguren de que ningún alumno intenta burlarse de los dementores.

-Vamos a tener a Percy pegados al culo día y noche- comentó Jake entre susurros.

-Por hablar de algo más alegre –continuó-, este año estoy encantado de dar la bienvenida a nuestro colegio a dos nuevos profesores. En primer lugar, el profesor Lupin, que amablemente ha accedido a enseñar Defensa Contra las Artes Oscuras.

Hubo algún aplauso aislado y carente de entusiasmo. "¿Lupin? ¿Vaya, vaya, tan enfermo que decían que estaba para visitarme pero para venir a dar clase no lo está? Pensó Halley con amargura"

-En cuanto al otro último nombramiento-prosiguió Dumbledore cuando se apagó el tibio aplauso para el profesor Lupin-, estoy encantado de anunciar que la vacante de Cuidado de Criaturas Mágicas será ocupada por nada menos que Rubeus Hagrid, que ha accedido a compaginar estas clases con sus obligaciones de guardabosques. Hubo un caluroso aplauso, especialmente en la mesa de Gryffindor.

-Madre mía qué peligro- cometo Halley

-Bien, creo que ya he dicho todo lo importante —dijo Dumbledore—. ¡Que comience el banquete

Y nada más decir eso, las fuentes vacías que tenían delante de ellos se llenaron hasta arriba de comida de todo tipo. Pasaron todo el banquete entre animadas conversaciones y risas, y por más que Halley intentaba aparentar que no había pasado nada había una persona a la que no podía engañar. Oliver, se pasó toda la comida observándola sin decir ni una palabra.

-¿Oliver, pasa algo?-le pregunto Halley ya molesta de ser observada.

-No, ¿por qué?

-Pues porque no paras de mirarme y empiezas a dar miedo.

-Si Olie, si le sacas una foto te durará más- dijo George riéndose.

-No me llames Olie George.

-Pero que dices Olie, si yo soy Fred. ¿Nos conoces desde hace cinco años y todavía no sabes diferenciarnos?

-Claro que os distingo, por eso sé que tú eres George- en realidad no los distinguía pero Halley le hacía señas detrás de los gemelos y por eso supo quién era quién. ¿Cómo era posible que ella sí que los diferenciara y él no?

Después del banquete se levantaron dispuestos a irse a la torre, todos menos Percy que sacando pecho recalcó en voz muy alta que tenía que hacer sus obligaciones como Premio Anual.

-Sí y luego irá a mancillar a mi prima un rato a algún aula vacía- murmuró Jake- todavía no me creo que empezaran a salir y no se lo dijeran a nadie.

En realidad Penny, a espaldas de Percy, sí que se lo había dicho a Halley, pero le había hecho jurar por la escoba de Oliver que no se lo diría a nadie. Y Halley nunca rompía su palabra, y no era por el hecho de que Penny podía tener ideas muy perversas, no se atrevería a ser la causante de que algo malo le pudiera pasar a la escoba de Oliver.

Habían empezado su relación secreta el año pasado, pero Percy quería que se mantuviera en secreto porque no quería recibir burlas de sus hermanos y más bromas de parte de Jake. Así que lo habían mantenido en secreto hasta que la hermanita de Percy les pilló y se lo dijo a sus hermanos. Desde entonces, no se había librado de las burlas de sus hermanos pequeños. Que obviamente desde que se enteraron de que no se lo decía para evitar eso, las bromas fueron aún más y más numerosas.

De camino a la sala común, Oliver le cogió de un brazo a Halley e hizo que se quedaran algo rezagados.

-¿Se puede saber qué te pasa?- preguntó Oliver.

-Estas muy pesado eh, casi prefiero que te obsesiones con el quidditch...

-Hally te conozco y sé que hay algo a lo que le estás dando vueltas en tu cabeza- la miró con esos ojos marrones penetrantes y Halley no pudo resistirlo.

-Está bien, te lo cuento luego, cuando la sala común esté vacía- dijo con la esperanza de que así la dejaría en paz. Aunque sabía que Oliver no la dejaría en paz hasta que obtuviera lo que quería.

Pasó un buen rato hasta que todo el mundo se marchó a la cama, los últimos que quedaron eran los gemelos y Lee que estaban planeando algo entre susurros, Halley que estaba leyendo una novela muggle y Oliver que repasaba tácticas de quidditch.

Cuando por fin los gemelos y Lee se fueron a la cama, Oliver guardó los pergaminos y se acercó a Halley.

-Te escucho. Le dijo mirándola seriamente.

Halley suspiró y cerró la novela, era consciente de que no le iba a poder dar esquinazo, y sabía que no le podía engañar. Se conocían demasiado bien.

Mi verdadera obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora