VI. Descubrimientos.

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Lo que Halley no sabía es que por accidente un moreno había escuchado ambas conversaciones, la del pasillo y la que tuvieron las chicas en el lago.

Oliver se quedó pensativo "nunca me había parado a pensar si Halley sentía algo por mi o no...Pero lo que yo siento por Halley, es lo que siente un hermano por su hermana pequeña", él intentaba autoconvencerse de que aquel sentimiento era únicamente fraternal. Sin embargo, al ver a Halley con el golpeador de Ravenclaw había sentido algo extraño, no sabía lo que era.

Comenzó a caminar por el pasillo absorto en sus pensamientos sin saber hacia dónde le dirigían sus pies. Cuando de repente chocó contra una persona.

-Disculpa no te vi-

-No me extraña Oliver, ibas en tu mundo. Te he saludado y ni me has oído. ¿Tanto te preocupa el quidditch?- era Penélope, no podía decirse que fueran amigos íntimos pero la relación que ambos tenían con Halley les unía.

-La verdad es que no iba pensando en el quidditch.- Confesó y ante tal declaración Penélope se asustó. Lo único que hacía que Oliver anduviera como un espíritu era el quidditch.

-¿Ha pasado algo?

-¿Por qué lo preguntas?

-Vas caminando modo zombie, y eso lo haces o cuando ha pasado algo o por el quidditch. O porque pasa algo con el quidditch- añadió sonriendo para aligerar el ambiente- tengo ahora un rato libre, si te apetece hablar de lo que te preocupa.

Oliver la miró, la verdad es que no había hablado mucho con esa chica. Solía acudir a ella para que le ayudará en Historia, porque si le pedía ayuda a Percy antes tocaba un sermón de "si atendieras en clase no necesitarías pedirme ayuda Wood, menos quidditch y más atender". -Halley confía en ella y es de Ravenclaw, lógica pura- pensó Oliver- seguramente ella me confirme de que lo que siento por Halley es lo que un hermano por su hermanita.-

-De acuerdo, te lo cuento. Pero por favor que quede entre tú y yo. Y vamos a algún lado más tranquilo.

Penélope asintió y propuso ir a alguna de las aulas vacías que había cerca de la biblioteca.

Una vez dentro, se acomodaron y Penélope invitó a Oliver a que le contara aquello que le rondaba por la cabeza. Cuál fue su sorpresa cuando este le contó todo lo que había escuchado aquellos días.

Penny sabía del enamoramiento de su amiga desde que se lo confesó en quinto, pero por lo que le contaba Oliver empezaba a intuir que el sentimiento era mutuo.

-Y hace unos veinte minutos he oído como el golpeador de tu casa, el rubio, le pedía ir a Hogsmeade con ella. ¡Pero Halley no puede ir con él a Hogsmeade!- añadió casi gritando y con las manos cerradas en un puño.

-¿Por qué no puede? ¿Lo ha rechazado?- preguntó Penny. Le extrañaba que alguna chica soltera rechazara a Samuels, no por algo era de los chicos más codiciados del colegio.

-No, no lo ha rechazado. Ha aceptado. Pero es que él solo quiere salir con ella para aprovecharse de ella y robarnos las estrategias de quidditch.

-Oliver, no todos tienen esa obsesión con el quidditch como tú.

-No es solo por el quidditch Penny. Sé cómo trata ese a las tías, ellas me lo han contado más de una vez. Las usa, se acuesta con ellas y las deja. Dicen que tiene una lista con todas las chicas de la escuela y que tiene una apuesta con sus amigos. Dice que se acostará con todas antes de terminar la escuela.

-Tú haces eso con las chicas. ¿O acaso me vas a negar que vas con chicas a aulas como estas de vez en cuando? ¿Y si Halley quiere eso también?-le picó Penny, empezaba a ver lo que le ocurría al capitán, e intuía que nada tenía que ver con el quidditch.

Mi verdadera obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora