Mi verdadera obsesión.

XVI. Ideando un plan.

El día después de año nuevo Halley se levantó decidida a hablar de una vez por todas con su padrino. En Navidad había habido luna llena, y supuso que para aquel día el profesor ya estaría repuesto.

Llegó a la puerta del despacho y vaciló unos segundos antes de llamar.

-¡Halley! Adelante, ¿a qué debo tu visita?- dijo un sonriente profesor.

-Bueno yo quería hablar con usted de algo profesor-

-¿Y de qué quieres hablar?

-Se quién eres- soltó sin más.

-¿A qué te refieres?-Lupin sabía perfectamente de qué hablaba la chica, pero quería estar seguro de que era lo que esta sabia.

-Lo sé todo, sé que eres mi padrino. La señorita McKenzie me lo contó hace años. Y también que no podías hacer tu labor de padrino.

-Halley yo... no es que no quisiera... es que no podía hacerme cargo de una niña... estoy enfermo y...

-Ser licántropo no es estar enfermo- soltó de repente. Al profesor se le ensombreció la mirada y la miró muy seriamente.

-¿Desde cuándo lo sabes? ¿Quién te lo ha dicho?

-No me lo ha dicho nadie, lo he deducido este año.

-¿Me tienes miedo?

-Porque debería de tenerlo. Hay gente que durante todo el año son animales. Violan, roban, torturan y matan a otras personas y a ellos no se les dice nada. Tú sin embargo solo lo eres una vez al mes y además no eres consciente de tus actos. ¿Por qué debería tenerte miedo? Además con la poción matalobos ese problema está solucionado.

-Vaya, realmente eres igual a tu madre. Ella también lo averiguó y me dijo casi las mismas palabras.

-Pero eso solo te excusa de no poder llevarme a vivir contigo. Pero ni una sola visita en 12 años. ¿Por qué?

-No era tu culpa, pero el verte me hacía recordar todo lo que perdí. Pensaba en ti y tu padre se me venía a la mente. No es excusa pero no me sentía capaz. Luego me ofrecieron un empleo en Estados Unidos y he estado por allí de un sitio a otro desde entonces. Espero que puedas perdonarme algún día.

-Comprendo...-

Se quedaron pensativos durante un buen rato, ambos sabían que no le iba perdonar de inmediato pero que lo haría pronto. No podían perderse el uno al otro ahora que se habían encontrado.

-El otro día escuche la conversación que tuviste con Harry, no era mi intención pero no pude evitarlo.

-Bueno Harry lo está pasando mal este curso entre los dementores y lo de mi padre... supuse que le vendría bien hablarlo con alguien que sabe por lo que está pasando.

-Escuche lo que dijiste sobre Sirius. ¿Realmente crees que es inocente?

Halley le miró a los ojos, no podía decirle nada y más sabiendo que su padrino no le había dado el beneficio de la duda y siempre le había considerado culpable. Pero vio una sombra de duda en sus ojos.

- No sé lo que pasó, no estaba ahí por lo que no puedo juzgar sin saber. Siempre hay que oír todas las versiones de una historia. Tú mismo deberías saber lo que es ser juzgado demasiado rápido. Me gustaría pensar que él no era así y además todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Y por lo que se no se le hizo ni un mísero juicio.

- Las pruebas hablaban por sí mismas y había testigos que vieron lo que pasó.-

- ¿Muggles que vieron lo que pasó o que creyeron ver? Si me disculpa profesor, todavía me queda alguna redacción pendiente de acabar. Se levantó y salió del despacho dejando a Lupin con muchas cosas en las que pensar.