XXXI

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-Ginny- llamó Halley con urgencia- toma esas gasas y presiona aquí con fuerza- indicó Halley mientras la pelirroja se apresuraba a hacer lo que le pedía.

Matt daba instrucciones a Penny para que le ayudara a entablillarle el brazo lo más rápido posible. Observaba a Halley con nerviosismo, la morena se había tapado la cara con las manos e intentaba tranquilizarse para poder salvar a Oliver. El joven médico observó a su alrededor, Penny y Ginny estaban pálidas y nerviosas a mas no poder, el chico sabía que a ellas les gustaba tener el control de las situaciones y en esa en concreto no podían controlar absolutamente nada. El resto de la sala observaba la escena sin poder moverse, sin saber cómo actuar. El muchacho respiró hondo y haciendo caso omiso al intenso dolor que sentía intentó aparentar tener una calma que no sentía en absoluto.

-Halley- llamó Matt

-No puedo hacerlo Matt- contestó ella olvidándose de que tres cuartas partes de la Orden los estaban observando.

-Sí que puedes Halley, debes hacerlo. Tienes que operar a Oliver.

-¡No puedo! ¡Yo no opero adultos Matt, soy pediatra!, yo curo a humanos en miniatura, ¡son niños! No adultos ¡Niños! ¿Entiendes? ¡Niños! Todo es más pequeño, está más junto, los tejidos son distintos, todo es distinto. ¡No estamos en San Mungo, esto es una cocina, no un quirófano! pueden pasar tantas cosas... puede salir todo mal.

Nadie sabía cómo actuar, los presentes en la sala se miraban unos a otros, nadie sabía cómo sacar a Halley en ese estado de nervios. Matt tenía el brazo roto por varias partes y no podía ayudar. Molly estaba curando la herida que tenía Nate en la frente y se quedó paralizada como el resto en la sala. Y Sirius estaba tan fuera de juego como Halley.

-Escúchame Halley- se acercó hacia ella con el brazo a medio entablillar, la joven médico había entrado en pánico y tenía que sacarla de ese bucle- puedes y debes hacerlo. Voy a guiarte en todos los pasos, saldrá bien. Cierra los ojos y respira hondo, piensa que el que esta en la mesa no es Oliver, imagina que estamos en San Mungo, en el quirófano, tenemos a las mejores enfermeras del hospital a nuestra disposición, el mejor instrumental. Todo saldrá bien.

La morena hizo lo que Matt le pedía y poco a poco con cada inspiración su estado de nervios se fue calmando.

-Penny- llamo Halley más serena- ayuda a Matt con el brazo, por favor.

Dicho eso, la morena tomo una gran bocanada de aire y se inclinó hacia donde Ginny presionaba las gasas para evitar que Oliver se desangrara.

Penny se apresuró a arreglar lo mejor que pudo el brazo de Matt siguiendo las instrucciones que este le daba. Tenía que darse prisa, ya que quería que el chico ayudara a su amiga lo antes posible, las manos le temblaban.

-Tranquila Pen-susurró en voz baja de manera que solo ella lo escuchara- haz las cosas despacio, sin prisa y todo saldrá mejor. Lo haces muy bien.

La rubia no dijo nada, pero la calmada voz de Matt susurrándole palabras de aliento hizo que una clama se apoderara de ella haciendo que pudiera acabar la tarea rápido y sin temblores.

Poco a poco Halley se fue centrando en la herida y con ayuda de Matt fue cerrando la herida de Oliver, iba indicándole instrucciones a Ginny quien en silencio se sentía inútil por no poder usar la magia.
Todos se sentían impotentes porque sentían que querían hacer más de lo que podían. Fueron momentos muy tensos en los que toda la sala observaba silenciosamente con miedo a moverse por no distraer a los que trabajaban contrarreloj. Todos observaban, nadie quería mirar pero la situación les obligaba a hacerlo como el canto de una sirena llamaba a los marineros perdidos en medio del mar. Todos lo hacían menos Sirius que seguía sentado en el suelo con la cabeza entre los brazos, no quería mirar, no quería ver lo que ocurría y tampoco quería escuchar lo que ocurría, quería salir corriendo de la sala al jardín y que se le avisara cuando todo acabara, pero no creyó prudente abstraerse tanto de la situación.
Sintió que alguien se sentaba a su lado, no le hacía falta levantar la cabeza para saber quién era, sin embargo lo hizo. La mirada preocupada de Remus le observaba desde su izquierda. Ninguno de los dos dijo nada, no hacía falta, se conocían de sobra para saber lo que el otro pensaba. Sirius le miro dándole las gracias de manera silenciosa, solo con una mirada. Su amigo le puso la mano en el hombro dándole todo su silencioso apoyo. A su otro lado se sentó Harry, con cara de culpable, como no. Sin embargo Sirius no vio a su ahijado, sino a su mejor amigo, James. Sintió como si el moreno hubiera vuelto desde la tierra de los muertos para apoyarle en ese duro momento que estaban viviendo.

-Muy bien Halley ya casi esta, ahora con cuidado tienes que...-la ayudaba Matt hasta que de repente el pitido que marcaba los latidos del corazón de Oliver comenzaron a ser cada vez más lentos hasta que el corazón dejó de latir. Escuchándose un pitido continuo retumbando por toda la habitación.

-¡NI SE TE OCURRA!-gritó Halley tan fuerte sobresaltándolos a todos, mientras dejaba todo lo que estaba haciendo y comenzaba a realizar la maniobra de reanimación cardiaca.- ¡NO TE ME VAS A MORIR AHORA WOOD!

La cabeza de Matt iba a mil por hora mientras Halley intentaba reanimar a Oliver, estaba planeando como proseguir y a la vez como afrontar la perdida de Oliver si esta llegaba a ocurrir, sabía que eso destruiría a Halley y no lo podía permitir.

Buscaba todas las alternativas posibles mientras oía de fondo a Halley gritándole a Oliver que por favor no se muriera. Estaba a punto de indicar a Jake que ayudara a Halley a realizar las compresiones cuando la muchacha al tiempo que le gritaba a Oliver que no se muriera le pego el puñetazo más fuerte que había visto en su vida, justo en medio del pecho, haciendo que el corazón de Oliver, obedientemente, volviera a latir. El muchacho tomo una gran bocanada de aire y sus ojos se abrieron perezosamente.

Se oyó un suspiro general en la sala, todo el mundo había estado conteniendo la respiración, fue una situación muy dura de vivir.

-Matt- dijo la chica jadeando por el esfuerzo cuando comprobó que el corazón de Oliver se mantenía latiendo y vio que el joven guardián la miraba con preocupación sin saber lo que ocurría. No podía hablar porque tenía una máscara de oxígeno cubriéndole la boca, su cuerpo tampoco le respondía por efecto de la anestesia- ¿crees que podrías acabar tú?

El muchacho se acercó y observo el estado de la herida que tenía Oliver en el cuello, estaba prácticamente curada, Halley y Ginny habían hecho un trabajo excelente

-Es posible que pueda hacerlo con la mano izquierda, solo necesito mi varita ahora mismo.- murmuraba-Si me ayudan Penny y Ginny creo que sí, lo más difícil ya está hecho- afirmó el chico observando el cuello de Oliver.

-Bien- dijo ella separándose- porque creo que necesito que llaméis a Alicia.

Al separarse de la mesa todos pudieron observar como los pantalones azules de Halley eran en ese momento rojos por la cantidad de sangre que estaba saliendo de entre las piernas de la chica. Todos habían estado tan pendientes de lo que ocurría con Oliver que nadie se había dado cuenta de que Halley llevaba cerca de media hora sangrando sin parar.

Bill, quien había llegado en medio de la operación sin que nadie se diera cuenta, se apresuró a agarrar a Halley mientras esta se desmayaba. El pelirrojo observó a la sala sin saber qué hacer con la chica inconsciente en sus brazos.

-Llévala a la antigua habitación de Percy, Bill- instruyó Molly saliendo del trance con rapidez.

-Sam- llamó Sirius levantándose del suelo por fin- llama a Alicia.

-Ya lo he hecho, está de camino.

-Gracias, Jake espérala fuera y asegúrate de que no vea nada de lo que ocurre aquí. Halley y Oliver dijeron que no querían que Alicia supiera nada de lo que aquí ocurría, es la única manera de que diga la verdad si la llegaran a capturar.

Bueno Oliver está a salvo, o al menos eso parece. Pero el estrés le ha pasado factura a Halley. ¿tendremos niños o no? hagan sus apuestas señorxs.

Como siempre dejadme vuestro comentario y vuestra estrellita.

Un abrazo gigante.

Andrea

Mi verdadera obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora