XXXIV

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Jake metió a Halley en el coche y mientras ella se abrochaba el cinturón la cabeza de Sirius se asomó por la ventana.
-No voy a ir con vosotros, Halley. Creo que esta vez debería quedarme con Harry-explicó.
-No te preocupes, papá. Aquí estoy bien cuidada.
-Eso espero-gruñó el-quiero que estés tranquila y no te alteres. ¿De acuerdo?
Halley observó a su padre que mientras decía aquello le acariciaba suavemente la tripa, unos suaves golpes respondieron a aquella caricia.
Sirius salió del coche y se giró para encarar a los tres chicos que esperaban a que padre e hija terminaran de hablar.
-Vosotros cuatro, aquí, ahora-ordenó a Oliver, Jake, Nate y Matt- dejo a mi hija y a mis nietos a vuestro cargo. No quiero oír que ha habido ningún problema o que les ha pasado algo. Como me entere de que ha pasado cualquier mínima cosa y es porque habéis sido unos inútiles me volverán a meter en Azkaban y esta vez con motivos. Pero antes os dejaré sin pelotas ¿Queda claro?

Aquella mirada y la amenaza que la acompañada hizo que los chicos realmente temieran por su vida, asintieron sin decir nada y Sirius satisfecho se giró rumbo de vuelta a la Madriguera.

El viaje en el coche sucedió en completo silencio. No era un silencio incomodo en el que cualquiera se ve obligado a decir cualquier tontería con tal de romperlo.
Cada uno iba sumido en sus propios pensamientos, casi sin notar la presencia del resto.

Sam se estaba esforzando por encontrar una tarea en la que pudiera ser de utilidad. Sentía que les debía su vida y la de todos sus seres queridos a esa gente que estaba sacrificando su vida por ellos. Si aquel al que llamaban Voldemort ganaba ella y el resto de los suyos acabaría muerta... o algo peor.

Matt, estaba triste. La noche anterior había visto como Penny y Nate intercambiaban caricias antes de desaparecerse. No hacía falta ser muy inteligente para saber dónde se habían aparecido... Él iba a ser un caballero y se iba a retirar y dejar tranquilos a Nate y Penny. Iba a ser un caballero, pero no iba a ser tonto, no iba a quedarse a ver como Nate vivía la vida que él quería con la chica que le gustaba.

A Oliver le carcomía la culpa. Sentía que por él, Halley y sus hijos estaban en la situación en la que estaban. Aquella noche casi les había perdido a los tres. Si tan solo hubiera virado a la izquierda cuando Bellatrix le mandó la maldición Pero si hubiera hecho aquello el hechizo probablemente le hubiera dado de lleno a Jake y seguramente ahora estarían llorando su muerte.

Halley se acariciaba la tripa, estaba tranquila porque la medicación que Matt le daba así la mantenían pero no se sentía tranquila en absoluto. No notaba a sus hijos moverse tanto como se movían el día anterior. Se sentía una madre pésima por no poder proteger a sus hijos, ¿si no lo hacía cuando estaban en su útero como lo iba a hacer cuando nacieran? Estaban en medio de una guerra y su familia estaba en el punto de mira de una asesina loca sin escrúpulos.

Y así, cada uno con sus pensamientos llegaron seguidos de cerca desde el cielo por Nate y Jake, llegaron al pequeño pueblo donde vivían Halley y Oliver. Al pasar cerca del único lugar del pueblo que habían dejado sin el hechizo de anti-aparición, vieron a dos figuras que hicieron que Oliver pidiera a Sam que le dejara bajarse del coche.

-Id yendo a casa, ahora voy yo- Le dijo a Sam mientras cerraba la puerta del coche.

Oliver, siendo consciente de que Nate le seguía volando a varios metros sobre él se aproximó a su hermana y a la familia de ella que le esperaban con aspecto cansado.
-¿Qué os ha pasado?- preguntaron ambos hermanos Wood a la vez.
Oliver seguía con el brazo en cabestrillo y la herida en el cuello tapada con un apósito, estaba ojeroso y palido. Nicky y Eric estaban ilesos pero su aspecto demostraba que habían pasado una noche movida. Y el hecho de que estuvieran ahí era indicio de que algo no iba bien.
-Bellatrix.
-Greyback.
Contestaron a la vez.
-hijos de p...-cortó el insulto a la mitad al ver que su sobrina Marie alargaba sus bracitos para que su tío la tomara en brazos.
-¿Qué os ha pasado? ¿Porque veníais en coche?-Preguntó Eric.
-Halley esta... mal- contestó Oliver con voz ahogada y lágrimas en los ojos. Abrió la boca para intentar contar lo que había pasado pero al ver la mirada preocupada de su hermana no pudo aguantar más la presión y rompió a llorar. Nicky, asustada, lo único que se le ocurrió hacer fue abrazar a su hermano pequeño e intentar tranquilizarlo. Poco a poco Oliver se tranquilizó y les contó a grandes rasgos lo ocurrido la pasada noche.
-Creo que deberías ir con ella entonces-propuso Nicky- nosotros nos iremos a casa de papá y mamá.
-¿Qué? ¿Por qué? No os he preguntado qué os había pasado. Perdonadme.
-No te preocupes, Oliver. Bastante tenéis vosotros con lo ocurrido- dijo Eric- Ese Greyback apareció anoche en nuestra casa. No sé por qué pero Nicky se puso histérica y en vez de pelear con él nos tomó a Marie y a mí y nos aparecimos aquí directamente. Era solo uno, Nicky, seguro que tú sola puedes con cuatro como ese.
-No es eso Erik. No es que fuera uno solo. Es por quien era. Greyback es un hombre lobo y disfruta atacando a niños...
-Hicisteis bien en no enfrentaros a el- intervino Oliver- pero os quedaréis en casa con nosotros.
-no queremos molestar, Oliver.
-No molestáis, Eric. Sirius vive con nosotros y también Jake y Sam. Cuantos más estemos en casa más seguros estaremos.
Justo cuando iban a poner rumbo a la casa Alicia se apareció en ese mismo lugar.
-¿Qué haces aquí Alicia? ¿Qué ha pasado?-se alarmó Oliver.
-No te preocupes. Le pedí a Matt que me avisara cuando llegarais a casa. Quiero ver cómo evolucionan.
-Pues entonces creo que deberíamos entrar todos en casa.
Y sin decir nada más Oliver paso rumbo a su casa con el resto siguiéndole de cerca.
Una vez dentro, les pidió que se acomodaran en la sala de estar mientras él iba a hablar con Halley. Subió rápidamente las escaleras y al entrar en su habitación no pudo evitar que una sonrisa se escapara de sus labios. Halley estaba sentada en la cama haciendo malabarismos para poder quitarse las zapatillas, puesto que su gran barriga no le permitía llegar. El muchacho decidió compadecerse de ella e ir a ayudarla.
-¿Qué ha pasado, Oliver? ¿Están bien Nicky y Eric?- Preguntó Halley cuando vio que el chico se agachaba a su lado para ayudarla.
-Están bien pero Greyback fue anoche a su casa para atacarlos.
-¿QUE?
-Tranquila, no les hizo nada. Les he dicho que se podían quedar aquí.
-Por supuesto-concedió Halley sin dudar un segundo- menos mal que la casa es grande, sino tendríamos que preguntar a los Weasley a ver como hicieron para que la Madriguera fuera así.

-Todavía no lo descarto- rió Oliver.

-Lo siento mucho Oliver.

-¿Qué sientes, Haly?

-He puesto en peligro a nuestros hijos, no he sido capaz de cuidarlos. Pero tú...moriste Oliver. Te morías en mi mesa y no sabía qué hacer para salvarte. Se te paró el corazón. Tuve que reanimarte.
-Osea que tú eres la responsable del moratón que tengo en el pecho- afirmó Oliver intentando quitarle hierro al asunto, pero enseñando un gran morado en el pecho en el lugar donde Halley le había pegado para reanimarle.

-Puede que te pegara demasiado fuerte, pero no podía permitir que nos dejaras solos- murmuró la chica con lágrimas cayendo por sus mejillas refiriéndose a ella y a los niños.

-No pienso irme a ningún lado sin vosotros-prometió Oliver mirándola a los ojos.

En ese momento la cabeza rubia de Alicia se asomó tímidamente por la puerta.

-Lo siento chicos pero tengo que irme enseguida, necesito examinarte ya, Hal.

Entre Alicia y Oliver ayudaron a colocarse a Halley en la posición correcta que la médico necesitaba para poderla examinar correctamente.

-La placenta todavía no ha cicatrizado del todo, aun puedes sangrar algo pero no es nada alarmante si es en poca cantidad- contó la chica mientras pasaba la varita por la tripa de Halley

-¿Puedes ver el sexo de los bebes?- quiso saber Halley, ya que nunca habían logrado verlo.

- Uno de los pequeños parece que tiene ganas de salir porque ya se ha colocado, nos está dando la espalda, parece que es un poco tímido no me deja ver si es niño o niña- murmuraba la médico más para ella que para los padres que la observaban- vamos a ver si el otro no tiene tanta vergüenza...¡Vaya!

-¿Qué?

-Parece que vais a tener a un pequeño exhibicionista,uno de vuestros hijos es un niño. Ya podéis ir pensando un nombre, y no creo que quaffle sea un nombre adecuado para un varón.

Aquí esta el siguiente capitulo, ¿Quién dijo que iban a tener un niño? ¿será el otro bebe también niño o será niña? Pronto lo sabremos, quiero saber que opináis. ¿Cederá Halley y le llamara quaffle?

Como siempre dejadme un comentario y una estrellita si os ha gustado y si no también. Nos leemos la semana que viene.

Un abrazo

Andrea

Mi verdadera obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora