El final de curso se acercaba y eso se palpaba en el ambiente. Había tensión en todas partes, alumnos, profesores... pero sin duda lo que más tensión provocaba era la final de quidditch. La rivalidad entre las casas de Gryffindor y Slytherin estaba más presente que nunca, aunque los de Ravenclaw y Hufflepuff no se escondían al mostrar su deseo de que ganaran los leones.
Faltaban pocas semanas para el partido y el equipo de Gryffindor había comenzado a sufrir el acoso de sus compañeros serpientes.
Una noche, Halley y Penny estaban cenando, cuando Alicia apareció en el comedor hecha una furia y con la nariz sangrando a chorro.
-¡Alicia! ¿Pero qué te ha pasado?- preguntó Penny asustada.
-Ven-le dijo Halley sacando la varita- siéntate aquí, que te arreglo eso en dos segundos. ¡Episkey!
-Gracias Hal- le agradeció cuando la nariz dejo de sangrar- ¿qué me ha pasado? Salía de la biblioteca y venía a cenar cuando varias serpientes me han cortado el paso. No sé qué hechizo me han echado pero mis piernas han empezado a caminar cada vez más rápido sin yo poder pararlas. Cuando he empezado a correr, me las han petrificado y he salido disparada hacia delante estampándome contra el suelo de cara.
-¡Pero serán desgraciados!-gritó Halley poniéndose en pie- ¡se van a enterar estos de lo que vale un peine!
-No lo hagas Halley siéntate- le dijo Alicia tirándole de la túnica para que se sentara.
-Tiene razón Hal- acordó Penny- empezar una batalla campal en el comedor lo único que va a conseguir es que te castiguen. Y te necesitamos para ganar la copa.
-Pero no es justo, ellos pueden hacer lo que les dé la gana ¿y nosotros tenemos que tragar?
-Ya les daremos su merecido en el campo Hal- la intentó tranquilizar Alicia, pero sin conseguirlo.
Una vez terminaron de cenar, se despidieron de Penny y Alicia se llevó a una enfurruñada Halley a la sala común. Donde esperaba que al sentarse junto al fuego se calmara un poco.
Pero no fue así, se sentaron en el gastado sofá rojo, y la morena se puso a refunfuñar cosas sobre serpientes que nadie lograba entender.
-Hola preciosa, ¿Qué tal has pasado el día?- un Oliver con el pelo revuelto, seguramente de haber estado volando, se sentó a su lado.
-Hola- murmuró ella secamente.
-¿Qué te pasa Haly?
-Que Alicia no me deja ir a la sala común de Slytherin.-dijo mientras la rubia a su lado bufaba.
-¿Por qué ibas a querer ir ahí?-Oliver no se enteraba de nada, pero por algún motivo todo aquello le daba malas vibraciones.
-¿Por qué no se lo cuentas tú Alicia?
Con un largo suspiro Alicia le contó a Oliver y a los que estaban cerca todo lo que le había pasado aquella tarde.
-Alicia tiene razón Hal-comenzó Jake- no deberías ir tu sola a la sala común, pero esto no quedará impune. Yo me encargo de eso.
-Nadie hará nada antes del partido-ordenó Oliver serio- si toman represalias contra el equipo saldríamos perdiendo. Sabemos cómo son las serpientes y quieren provocarnos. Saben que no tienen posibilidades de ganarnos y quieren jugar sucio lesionándonos.
-Pero Oliver, la han atacado a traición y...-comenzó a protestar Halley.
-Escúchame Haly, solo quieren provocarnos. Saben cómo hacerlo y no debemos caer en la trampa. Debemos hacer oídos sordos a lo que ellos nos hagan y no rebajarnos a su nivel.
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Mi verdadera obsesión.
Romance-¡Estas obsesionado Oliver! ¡Todo en tu vida es quidditch, quidditch y más quidditch! -Eso no es verdad Halley. -¡Claro que sí! ¡Pero estoy harta! ¡DIMITO! ¡Jugaré en el proximo partido, pero ya puedes ir buscando otra cazadora!- y hecha una furia...