Cuando Arthur se apartó de la oreja del inglés, este había enrojecido por completo. Sentía que todo su rostro ardía pero no le importó, cogió al demonio de las mejillas y al fin lo besó como quería hacer desde que pasó el umbral de la puerta. El de ojos verdes le siguió el beso por unos segundos y decidió entonces seguir con la diversión en el dormitorio. Se separó levemente de él, aún rozando los labios e intercambiando sus respiraciones agitadas, y lo agarró bien de la cintura para alzarlo. Alfred, como si hubiera comprendido sus intenciones con solo mirarle a los ojos, se aferró a su cuello y cintura y prosiguieron con los besos de camino a la habitación. Arthur dejó que el inglés se encargara del beso para poder centrarse en el camino que llevaba a su habitación, intentando no chocarse con nada. Cuando al fin llegó hasta la cama, soltó el agarre que tenía sobre el de ojos azules y dejó que sus pies volvieran a tocar el suelo. Acto seguido, Alfred empezó a desvestirse desabrochando apurado los botones de su camisa, pero su compañero no se lo permitió. Lo cogió de ambas muñecas y sus ojos volvieron a conectarse, pudiendo ver la confusión en el rostro del inglés además de, obviamente, las ansias de proseguir.
- ¿Ahora qué?
- No te desvistas aún. Me gusta que vayas en traje.La sonrisa picarona de Arthur hizo que las mejillas de Alfred volvieran a tornarse rojas, y decidió dejarse hacer por su compañero quien lo había vuelto a dejar libre. Sus manos, decididas y firmes, fueron hacia el pecho del inglés y lo empujó suavemente hacia atrás para que se sentara sobre la cama, cosa que hizo de inmediato. Sus ojos azules no dejaban de observarlo con detalle, incapaz de hacer nada simplemente por tenerlo frente a él, por su presencia. El demonio comenzó a desabrocharse lentamente la camisa para provocarlo más, dejándole ver poco a poco su torso desnudo y cubierto por algunas cicatrices. Una vez que terminó de quitársela la dejó caer al suelo y mantuvo la mirada con Alfred por unos segundos. Este prefirió seguir en silencio, no quería destruir el ambiente tan perfecto que habían creado, y permitió que Arthur continuara con lo que tenía en mente. Se subió en su regazo, sentándose de tal manera que los miembros de ambos rozaban por encima de sus pantalones ya algo apretados, y rodeó el cuello del inglés para acercarse peligrosamente a sus labios. Sus ojos verdes seguían mirándolo desafiante, como si quisiera saber lo que estaba pensando el otro, y Alfred podía notarlo.
- ¿Te gusta lo que ves?
El inglés siguió en silencio unos segundos más mientras llevaba las manos a su espalda, pasando los dedos delicadamente por esta para comprobar que las cicatrices también cubrían aquella parte de su piel. El demonio no apartó la mirada de él en ningún momento, esperando paciente a su respuesta que fue acompañada por una leve sonrisa y un abrazo.
- No me gusta, me encanta...
Arthur no pudo evitar sonreír también y sus labios volvieron a unirse en un beso más profundo y acompasado. Las manos de Alfred no dejaron de moverse por su espalda como si quisiera descifrar el significado de sus marcas, como si hubiera en ella un mensaje oculto que debía comprender. Sus lenguas no tardaron en unirse también y, llevado por el placer, el demonio comenzó a mover su cadera para hacerse notar. Pocos segundos después cortó el beso para admirar a la persona que tenía delante, jadeante y aún completamente vestido, cosa que no le quitaba nada de erotismo o sensualidad. Esta vez sonrió divertido al pensar en todo lo que le haría a Alfred y comenzó a acariciar su nuca.
- Voy a torturarte un poco... Pero en el buen sentido, claro.
- No sé cómo tomarme eso.El inglés correspondió a su osadía con una sonrisa similar, algo más tímida pero que transmitía la misma idea. Arthur le dio un corto beso aún con esa sonrisa en su rostro y se levantó para buscar algo en su cinturón. En cuanto lo sacó, la sonrisa de Alfred desapareció y la confusión regresó a su rostro.

ESTÁS LEYENDO
Mundo en Caos
Fanfiction[UsUk / UkUs] Sin poder parar aquella masacre, la policía de Londres hacía todo lo que tenía en su mano para frenar los homicidios que llevaban sucediendo desde hace 6 años. Monstruos sacados de películas de terror iban invadiendo la ciudad y nadie...