Arthur fue directo hacia secretaría antes de salir de la comisaría para hablar con el muchacho que estaba tras el mostrador. Este se sobresaltó un poco al alzar la vista y ver el semblante amenazador del demonio, quien simplemente estaba intentando no derrumbarse.
- Dimito.
- ¿P-perdone?
- Que lo dejo.Sacó su arma y la puso sobre la mesa junto a la placa. El chico aún seguía algo confuso al no saber qué hacer en ese momento, pero no le dio tiempo a pensar por mucho más cuando vio que Arthur ya se estaba yendo hacia la puerta. Intentó decirle algo para detenerlo mas de su boca no salió nada. Bajó la vista a las pertenencias que había abandonado el demonio y las recogió para meterlas momentáneamente en uno de los cajones del escritorio. Mientras tanto, Alfred seguía sentado sobre su mesa con la mirada perdida en la silla vacía de su compañero. Se odiaba por lo que había hecho, por haber ofendido de aquella manera al demonio. Solo quería decirle que necesitaba más tiempo para pensar, pero los nervios y su constante insistencia le hicieron perder la cabeza. Decidió regresar al trabajo para intentar, de esa forma, no pensar en lo que acababa de pasar. Ya hablaría con Arthur más tranquilamente una vez que acabara su turno.
Sin embargo, aquello no iba a pasar. Cuando llegó la noche el demonio ignoró todas las llamadas del inglés. No tenía ganas de escuchar su voz ni de pelear más. Simplemente quería olvidar lo que había sucedido. No se movió durante todo el día de una de las calles de la zona S, donde se quedó mirando hacia el horizonte sin hacer nada más que lamentarse y ver cómo anochecía. Si no se hubiera dejado llevar por sus emociones, como pasó la última vez, ahora mismo no estaría destrozado de nuevo. Pensó que no le volvería a pasar pero era idiota y cometió el mismo error.
- ...ah, había quedado con Antonio.
Se levantó del suelo sin muchas ganas de ir pero, si se obligaba a verlo, al menos tendría algo con lo que distraerse. Quedarse allí parado sin hacer nada, dando rienda suelta a que su cabeza pensase en lo que quisiera, no le haría ningún bien. Matar a algún que otro monstruo era lo que necesitaba en aquel momento, necesitaba desahogarse. No tardó mucho en llegar a la casa de Antonio gracias a sus alas, la cual era parecida a la de Alfred, y se acercó a la puerta para llamar al timbre de una vez. El español le abrió en un par de segundos una vez que comprobó que era él mirando por la mirilla y, en un principio, lo recibió con una leve sonrisa. Cuando vio mejor el rostro de Arthur, afligido y sin vida, aquella pequeña sonrisa desapareció y lo miró con cierta preocupación.
- ¿Ha pasado algo?
- Nada que no me haya pasado ya.El demonio se autoinvitó cuando Antonio al fin le abrió la puerta y este la cerró para seguirle sin tener más remedio. Sabía que no debía indagar más en la llaga pero estaba preocupado por su estado. No se le veía nada bien.
- Arthur, hablemos un momento...
Arthur se detuvo una vez que llegó a lo que parecía ser el salón mientras reía levemente al escuchar las palabras del español. Por culpa de querer hablar las cosas había acabado así. Se giró hacia él y le dedicó una sonrisa amarga, lo cual hizo que Antonio se arrepintiera de haber preguntado desde un principio.
- ¿Hablar? ¿Crees que hablando lograré volver a 1839, cuando mi vida aún no se había vuelto un infierno? Porque yo creo que no.
El demonio se dejó caer sobre el sofá para acto seguido apoyar los brazos en sus piernas, pudiendo así dejar reposar la frente sobre sus manos. El español siguió en silencio y se sentó con cuidado a su lado, dejando cierto margen para darle su espacio. Ambos se mantuvieron así durante unos segundos hasta que Antonio decidió mover una de sus manos al hombro de Arthur. Este se tensó un poco al sentirla pero rápidamente volvió a relajarse, sabiendo que no podría sufrir más de lo que ya lo había hecho.
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Mundo en Caos
Fanfiction[UsUk / UkUs] Sin poder parar aquella masacre, la policía de Londres hacía todo lo que tenía en su mano para frenar los homicidios que llevaban sucediendo desde hace 6 años. Monstruos sacados de películas de terror iban invadiendo la ciudad y nadie...