[Capítulo 44]

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Alfred se apresuró en seguir a su compañero, quien ya estaba a punto de salir por la puerta de la habitación. Esperaron a que el ascensor regresara a la quinta planta y, una vez dentro y protegidos por aquellas 4 paredes, el demonio volvió a abrazar a su compañero con fuerzas. No tuvo suficiente con el anterior y necesitaba sentirlo junto a él. El inglés no tardó en corresponderle el abrazo y, sin decir nada, acarició suavemente su espalda.

- Ojalá poder quedarme así para siempre... A tu lado...

El de ojos azules sonrió levemente e hizo que se apartara un poco para poder mirarle a los ojos mientras lo sostenía suavemente de sus mejillas. Se mantuvo así unos segundos aún sin abrir la boca hasta que al fin decidió lo que iba a decirle.

- ¿Es esa una propuesta para que me vaya a vivir contigo? Porque es algo repentino y precipitado, pero en dos días puedo tener todo listo~

Arthur no pudo retener una pequeña risa y terminó por juntar sus labios con los del inglés, dándose un beso tierno y torpe debido a las risas de ambos. Pocos segundos después el demonio se separó de él y, con una sonrisa de lado, rodeó su cuello con los brazos sin dejar de mirar a esos ojos azules que tanto le gustaban.

- Pues no me parece mala idea~ Ya viste que en mi casa hay sitio de sobra para ti.
- No me lo digas dos veces...

No pudo resistir mucho más la tentación a la que estaba siendo sometido, por lo que volvió a juntar sus labios con los del demonio y le dio un delicado beso, aún presente en su memoria la trágica historia de su compañero. Arthur se lo correspondió por unos segundos hasta que decidió separarse para decirle algo más aún con una leve sonrisa en su rostro.

- Deberíamos ir dándole ya al botón si no queremos que nos pille alguien aquí dentro.
- A-ah sí, cierto~

Alfred sonrió con nerviosismo y se giró hacia el panel de control para darle al número 0, poniendo al fin en marcha aquel aparato. El de ojos verdes, mientas tanto, no pudo dejar de pensar en la convivencia con el inglés. Aún no sabía si su propuesta había ido en serio pero, desde luego que no le parecía una mala idea. En cuanto salieron del ascensor volvieron a adentrarse en el despacho del menor y, después de mirar en el ordenador los casos pendientes, salieron de nuevo para ir esta vez hacia el coche. No tenían gran cosa que hacer, solo ir a vigilar la zona S. Ninguno de los dos quería ir y se les notaba en sus rostros tensos y serios. Fueron hasta allí dejando que la radio llenara el silencio y, una vez que aparcaron en la gran llanura que había frente a lo que antes era un pequeño barrio, se bajaron del vehículo y las palabras volvieron a salir de sus bocas.

- Dividámonos y así cubriremos más terreno en menos tiempo.
- No creo que sea buena idea...

Los ojos azules del inglés miraron de soslayo a su compañero por unos segundos antes de decidarle una leve sonrisa.

- ¿Preocupado por mí~? Tranquilo, sé cuidarme solo.
- Y no lo pongo en duda pero... No sabemos qué tipos de monstruos podemos encontrarnos ahí.

Arthur no dejaba de mirarle asustado. Temía que, en su ausencia, alguno de esos tipos pudiesen secuestrarlo o hacerle algo peor. La amenaza de Roderich aún retumbaba por su cabeza, así que debía andarse con cuidado y proteger a todo aquel que le rodeaba. En especial a Alfred. No cometería el mismo error dos veces. Pero, sin embargo, el inglés podía llegar a ser muy testarudo a veces, y con un suspiro pesado apartó su vista del demonio y comenzó a andar hacia los edificios derruidos.

- Estaré bien, así que como vea que me sigues me enfadaré y no me mudaré a tu piso.

El de ojos verdes quiso rechistar, quejarse, pero no quería frenar la iniciativa de su compañero. Deseaba verlo a su lado cada mañana, al despertar, cosa que nunca pudo hacer en su otra vida con la única persona que pudo amar. Dejó salir otro suspiro y decidió dejarlo estar, yéndose hacia otro sector de la zona S. Su paseo empezó sin ninguna complicación, cosa que esperaba que le estuviera pasando también al inglés, hasta que una cara conocida se plantó delante suya al cruzar una esquina.

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