- Estás de broma.
La expresión que tenía Alfred en su rostro era indescriptible. No quería parecer grosero ni maleducado, pero tener a un inquilino sorpresa en lo que iba a ser su futura casa no le hacía mucha gracia, y no podía esconder del todo sus emociones. Y menos cuando tenía pensado compartirla con su novio, quien no parecía estar para nada molesto con la idea.
- No está seguro solo. Es mejor que se quede aquí un tiempo hasta que las cosas se calmen un poco.
- Pero...El inglés se quedó unos segundos con la boca medio abierta pensando en qué decir exactamente. Quería quejarse sobre muchas cosas y no sabía por dónde empezar, hasta que al final desistió y dejó salir un corto suspiro para intentar relajarse. El rostro serio del demonio no lo ayudaba, sabía que tenía razón pero Alfred quería tener algo de intimidad. Ahora todo eso se había esfumado en un segundo. Antonio decidió permanecer en silencio a un par de pasos de ellos para darles cierto espacio, esperando el momento adecuado para hablar.
- Vale, está bien, lo entiendo... Qué se le va a hacer.
Acabó desviando la mirada al sentirse demasiado inquieto por la mirada de ambos observándolo con interés al querer conocer su opinión y se cruzó de brazos para esconder su incomodidad. Fue entonces cuando el español vio su momento y avanzó hacia ellos sin apartar sus ojos de Alfred.
- Lo siento... Sé perfectamente que no me quieres aquí para tener intimidad con tu novio. A mí tampoco me gustaría estar aquí pero prefiero seguir con vida a que me separen la cabeza del cuerpo ¿sabes?
Los ojos azules del inglés lo miraban sorprendido al no esperarse tanta sinceridad por su parte, y no pudo evitar sonrojarse levemente al darse cuenta de que aquella persona conocía su relación con el demonio. O más bien porque había adivinado la principal razón por la que quería estar a solas con Arthur. Este, con una leve sonrisa en su rostro mientras le dedicaba un vistazo rápido a su amigo, se acercó a su novio y posó el brazo sobre su hombro para mostrarle ahora a él la sonrisa divertida que tenía en el rostro.
- ¿Acaso no eres policía? Es tu trabajo proteger a todos los ciudadanos de Londres, sea como sea.
- Mira, que os den a los dos. Estoy demasiado cansado aún como para aguantaros. Y eso que a ti ni te conozco.Antonio le respondió con una sonrisa algo nerviosa pero alegre al mismo tiempo, viendo que en su rostro también había otra apenas notable que mostraba su aceptación. Con Arthur a su lado era imposible que se enfadara y el español aprovechó eso para acercarse a Alfred y darle un corto abrazo en agradecimiento. En cuanto se separó de él lo miró sonriente y le guiñó un ojo.
- No te preocupes, os dejaré algunas horas a solas cada día para que hagáis vuestras cosas. No voy a estar todo el tiempo aquí encerrado.
- Vale, suficiente charla por hoy.El demonio agarró del brazo a su compañero y lo alejó del inglés, quien seguía sin acostumbrarse a que alguien le lanzara tan claras indirectas, provocando que su rostro se acalorara en segundos al pensar en lo que harían Arthur y él una vez que estuvieran a solas. Los otros dos se dirigieron hacia el sofá y, una vez allí sentados, el rubio miró con el ceño algo fruncido a su acompañante mientras le susurraba unas palabras. No quería que Alfred lo oyera, aunque este estaba demasiado ocupado pensando en bajar su pequeña erección.
- Deja de jugar con él o lo matarás de la vergüenza.
- Pero si a ti también te gusta verlo así, admítelo.
- A-ahora vengo.El de ojos azules se excusó un momento para ir al baño y, después de quedarse los otros dos inquilinos unos segundos en silencio, Arthur no pudo evitar sonreír con malicia y se echó hacia atrás en el sofá fijando sus ojos en el techo.
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Mundo en Caos
Fanfiction[UsUk / UkUs] Sin poder parar aquella masacre, la policía de Londres hacía todo lo que tenía en su mano para frenar los homicidios que llevaban sucediendo desde hace 6 años. Monstruos sacados de películas de terror iban invadiendo la ciudad y nadie...