[Capítulo 12]

102 16 12
                                    

Arthur se quedó un par de segundos en silencio mientras ambos se miraban. No sabía por dónde empezar.

- Pues... Como ya supondrás soy inmortal. O más bien no puedo morir porque ya estoy muerto.
- Entiendo... ¿Ni cortándote la cabeza?

El demonio fue a responderle, pero cerró la boca antes de que el camarero que se había acercado pudiera oírles.

- ¿Qué van a tomar?
- Una cerveza.
- Muy bien... ¿Y usted?

El camarero desvió su atención al demonio, quien estaba algo indeciso al no saber qué otras opciones había. Al final se decantó por otra cerveza, de todos modos no le iba a saber a nada.

- Pues... Otra cerveza.
- Enseguida se las traigo.

El camarero se fue después de que ambos dijesen sus pedidos y Arthur volvió a mirar a su compañero con cierto estrés. Seguía sin convencerle el hablar de él mismo en un simple bar.

- Oye, ¿y si esperamos a estar en otro lugar un poco más tranquilo? No-
- Que no se va a enterar nadie hombre~ Habla con naturalidad y no pasará nada.

Jake le sonrió levemente mientras no dejaba de mirarle, esperando a que siguiera hablando. Cualquiera diría que hace unos minutos estaba muerto de miedo por estar junto a un demonio. Y Arthur, sin poder rechistar más, dejó salir un pequeño suspiro y bajó un poco la mirada.

- De acuerdo... Me habías preguntado por la cabeza ¿no? Si me la cortasen, mi cuerpo podría seguir moviéndose independientemente.

Alzó la cabeza para mirarlo de nuevo e hizo que Jake se estremeciera ante su mirada. De repente se había puesto demasiado serio, como si detrás de esos ojos se escondiese algo muy peligroso.

- En el infierno más de una vez me ha pasado, no es nada raro. Simplemente cojo la cabeza y la vuelvo a poner en su sitio. Me curo rápidamente, por lo que puedo volver a unir mi cabeza al cuerpo.
- Y-ya veo...

El inglés fue el que desvió la mirada esta vez, sintiéndose algo incómodo por la mirada del demonio. Sus ojos, de un verde tan intenso, le hacían sentir todo el dolor que llevaba en su espalda. Se aclaró un poco la garganta para centrarse en la conversación pero no volvió a mirarle. Prefirió dejar la mirada clavada en el menú que aún no había tocado Arthur.

- Y-y... Ya sé que íbamos a hablar de tus poderes pero... Ahora tengo curiosidad...

El inglés se obligó a levantar la cabeza y lo miró lo más serio que pudo mientras mantenía la compostura. Solo de imaginarse al demonio enfadado le daban ganas de salir de allí ahora mismo. Se repetía una y otra vez en la cabeza que no tenía que preocuparse de él, pero sus ojos no dejaban de intimidarlo. Era como si Arthur, al recordar todo por lo que pasó, mostrase su verdadero ser sin saberlo a través de sus dos esmeraldas.

- ¿C-cómo es el infierno? ¿Cómo es vivir allí?

El demonio permaneció unos segundos en silencio pensando en la respuesta adecuada mientras bajaba su vista al menú.

- Hm... Supongo que frío y oscuro es una buena definición, a diferencia de lo que se piensa. Al principio te cuesta adaptarte, es... Complicado. Sobre todo cuando eres un recién llegado y todos los demás quieren comerte.

Cogió finalmente el menú para pedir algo al azar, a pesar de que no necesitaba comer, y siguió hablando antes de que Jake pudiera decir algo más.

- Cuando vas al infierno, o sufres por toda la eternidad o te conviertes en un demonio para atormentar a los demás. Y la verdad, no sé qué es peor...

Hizo un breve descanso de un par de segundos al quedarse pensando en todos los años que tuvo que estar allí, intentando sobrevivir al ataque de los demás demonios ansiosos por tomar su corazón. Jake no quiso interrumpirle aún, le parecía demasiado interesante lo que le estaba diciendo y, a la vez, le daba miedo saber lo que ocurría allí.

Mundo en CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora