Pasaron las horas que tanto deseaba el demonio y dieron las 12 de la noche. Decidido emprendió el vuelo hacia el Big Ben y, en cuestión de segundos, ya se encontraba a unos metros del monumento inglés. Guardó sus alas en cuanto pisó el suelo en uno de los callejones cercanos y se dirigió hacia el punto de encuentro. No dejaba de mirar a su alrededor, queriendo ver ya a aquel muchacho misterioso. La espera lo estaba matando.
- Por aquí.
Una voz detrás suya lo sobresaltó un poco y se giró de inmediato, encontrándose al fin con el chico de cabellos oscuros. Ahora que tenía algo más de tiempo y libertad, pudo analizarlo como es debido y se percató de que sus rasgos faciales no eran precisamente de ser inglés. Esa tez morena, junto a los ojos verdosos y pelo castaño lo delataban, pero tampoco se iba a poner a hablar de ello ahora.
- Ya pensaba que no ibas a aparecer.
- Suelo llegar tarde pero siempre cumplo mis promesas.Le dedicó una leve sonrisa para acto seguido ponerse a andar. Arthur no tuvo de otra que seguirlo impaciente, queriendo saber de una vez quién era. El susodicho no tardó en responder a sus dudas.
- Puedo ver todos los futuros inmediatos existentes pero solo en el margen de un día, y también puedo volverme invisible.
Antonio lo miró de nuevo y le sonrió un poco más ampliamente, como si no supiera en qué problema se había metido. El demonio, en cambio, frunció un poco el ceño al no comprender su actitud tan tranquila.
- Mola ¿eh~? Aunque no más que ser un demonio.
- ¿Cómo has conseguido ir por libre? Ese tipo debe tenerte en su punto de mira.El muchacho de cabellos oscuros borró la sonrisa de su rostro y desvió la mirada al paisaje nocturno que los rodeaba, suspirando levemente. Se metió las manos en los bolsillos del abrigo que llevaba puesto mientras Arthur esperaba a su respuesta sin dejar de mirarle, ignorando a un grupo de muchachos que pasaron por su lado, seguramente yendo a alguna clase de fiesta. Eran de las pocas personas que se atrevían a salir a la calle por la noche, siendo vigilados solo por la luz de la luna y las estrellas. Debido a la aparición constante de aquellos monstruos ya nadie salía de sus casas después de las once de la noche. Solo abrían algunos locales y, casi siempre, estaban vacíos.
- Trabajaba en una empresa de seguridad como ingeniero, nada del otro mundo. Hacía prototipos de cámaras de seguridad, alarmas... Mejoras para la empresa básicamente. Supongo que se fijaría en mis habilidades, no sé cómo, y un día un tipo extraño me secuestró y me llevó a su base.
- ¿Un tipo extraño?El demonio, de las pocas personas que había conocido que trabajasen para el "jefe", solo una de ellas sería capaz de secuestrar a alguien tan fácilmente. Antonio volvió su vista a él al escuchar su pregunta y prosiguió con su anécdota algo curioso por su reacción.
- Sí, no tenía pinta de estar muy bien de la cabeza...
Sus ojos se fueron al suelo al recordar el día en el que cambió su vida, dejando ver una expresión de cierta molestia en su rostro, y Arthur decidió seguir en silencio.
- El día que me secuestraron estaba tan tranquilo trabajando en mi taller y, de repente, apareció delante de mí un tío con cara de loco. ¡Me pegó tal susto que tiré la cámara en la que estaba trabajando al suelo! Estaba más enfadado por ello que asustado, la verdad.
Conforme iba contando la historia, su rostro ponía toda clase de expresiones, como si aquella anécdota fuera lo más normal del mundo. Se lo tomaba con tanta calma que le sorprendía al demonio su actitud, y no pudo evitar mostrar una leve sonrisa. Era un poco divertido ver cómo gesticulaba cada cosa que decía con sus manos. Antonio no se dio cuenta de ello ya que estaba demasiado ocupado contándole lo que pasó.

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Mundo en Caos
Fanfiction[UsUk / UkUs] Sin poder parar aquella masacre, la policía de Londres hacía todo lo que tenía en su mano para frenar los homicidios que llevaban sucediendo desde hace 6 años. Monstruos sacados de películas de terror iban invadiendo la ciudad y nadie...