[Capítulo 49]

42 9 10
                                    

Hizo el amago de dar otro paso hacia ellos, de abalanzarse de una vez para atacar, pero algo sucedió antes de que pudiera hacerlo. Kiku rechazó un par de balas con su espada con maestría y sin dificultad, y todos los presentes desviaron su mirada hacia su alrededor intentando comprender qué estaba pasando. Solo Arthur sabía quién era el que disparaba.

- Hay un francotirador...
- Ya me di cuenta, gracias por la observación. Allen.
- Enseguida~

El demonio no entendió del todo qué orden le había dado Luciano a su compañero, pero no pudo pensarlo por mucho tiempo cuando aquel hombre se giró hacia los edificios que tenía detrás para bañarlos en llamas. Todo estaba ocurriendo tal y como había predicho el español. Iba a pasar de verdad.

- Eso mantendrá entretenido a tu amigo. Seguramente sea Gilbert ¿verdad? Esto no estaba en los planes pero habrá que adaptarse.

El italiano suspiró pesado como si aquello no fuera nada importante y se dirigió hacia el asiático con total serenidad. Arthur estaba a punto de perder los papeles, y ya lo habría hecho si Geremy no siguiera allí prisionero.

- Voy a ir a buscarlo, encárgate de él.
- De acuerdo.
- Y tú también. Deja eso ya.

Allen maldijo al italiano algo que solo él pudo entender, porque lo dijo en un murmullo para que nadie más se enterara. Parecía más un crío a quien acababan de obligarle a hacer sus tareas que un adulto. Aunque bueno, viéndolo así, ninguno de ellos lo era. Ni siquiera eran humanos. Aquel hombre había dejado prácticamente casi toda la zona S en llamas en unos segundos, mientras que el japonés había esquivado aquellas balas como si pudiera relantizar el tiempo. Eran poderosos, pero no tanto como el demonio, quien centró su atención en los dos hombres que tenía frente a él. Luciano se había marchado como si nada, sabiendo que Arthur no podría hacerle nada teniendo de rehén aún a su querido Geremy. Lo que no sabía el italiano era que eso formaba parte de su plan.

- Terminaré rápido contigo para seguir divirtiéndome mientras reduzco toda esta ciudad a cenizas~
- No puedes hacer eso, o el jefe no tendrá nada que gobernar.
- Tú también eres un aguafiestas Kuro.

Frunció el ceño al ver que no se estaban tomando nada en serio y, fingiendo rendirse, alzó ambos brazos para que no atacaran al chico. Ahora mismo su prioridad era salvarlo. La tranquilidad de Geremy era asombrosa a pesar del miedo que sentía en cada parte de su cuerpo.

- Dejad que se vaya y haré lo que queráis.

Ambos secuestradores se miraron unos segundos para después estallar en una risa histérica, claramente forzada. El demonio apretó los dientes reprimiendo sus ganas de asestarle a cada uno tal puñetazo que los haría volar hasta Francia.

- Ay Arthur, ¿tan idiotas te crees que somos?
- Su muerte no os va a servir para nada...
- Yo no estoy de acuerdo.

Esas últimas palabras de boca de Kuro, tanto Geremy como Arthur supieron que no presagiaban nada bueno. El de ojos verdes no esperó más y corrió hacia ellos, aunque no se esperaba que Allen pudiera frenarlo. Todo su cuerpo estaba ahora ardiendo, candente y flamante. Sujetó de los hombros al demonio quien intentó safarse de su agarre de igual manera pero con su atención puesta en el japonés. No quería perder de vista al chico, aunque al ver que había subestimado la fuerza del de cabellos rojizos, tuvo que centrar su atención de nuevo en su rostro y pudo ver su sonrisa divertida. Aquello le hizo ponerse de peor humor.

- Vas a ver cómo tu querido niñito muere sin que nadie pueda ayudarlo. Ni siquiera tú.

Sus palabras hicieron que los ojos de Arthur se abrieran debido al shock, quería creer que se trataba de un farol, mas pudo comprobar que no lo era. A pesar de la mordaza que callaba sus palabras, el demonio pudo escuchar perfectamente su agónico grito silencioso cuando aquella espada lo atravesó por la espalda. Cada parte de su cuerpo lo escuchó y, a pesar de ello, no pudo moverse ni un milímetro para ir hacia él. Le prometió que cuidaría de él, y de nuevo volvió a romper una promesa. Era incapaz de proteger a nadie ni siendo un demonio.

Mundo en CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora