Cuando el sol volvió a iluminar la ciudad, se pudo ver con mayor claridad el destrastre que se aconteció la noche anterior. Algunos bomberos y policías seguían por la zona chamuscada para terminar de controlar el fuego y cerciorándose de que no había más víctimas de las ya encontradas. Aquella tragedia hizo que la capital inglesa se sumiese en un extraño silencio a modo de luto, y nadie quería hablar de lo sucedido. Solo las noticias se aventuraron en informar sobre lo ocurrido en la zona S, aun sabiendo que nadie vería la televisión ese día. Arthur llevaba ya un buen rato despierto, observando el techo de la habitación del español pensativo y molesto. Solo sabía la ubicación de algunos de esos monstruos y con eso no bastaba si ninguno de ellos pensaba hablar con él. Eran demasiado fieles a su jefe.
- No me gustaría ser tu enemigo ahora mismo... Esa mirada da yuyu.
La voz somnolienta de Antonio lo sacó de sus pensamientos y ladeó la cabeza hacia él, obligándose a sonreírle levemente a modo de disculpa. Por un momento se le había olvidado que no estaba solo en aquella cama.
- ¿Lo siento? Estaba inmerso en mis cosas...
- No te disculpes hombre, que era broma.El de cabellos oscuros se giró un poco más hacia él, sonriéndole ampliamente para terminar de tranquilizarlo si sus palabras no habían tenido efecto, y decidió acercarse un poco más para sentir su calor corporal. Era invierno y las mañanas en Londres eran muy frías. El demonio no podía notar nada pero sí recordar, y nunca se le olvidaría las heladas mañanas en las que tenía que trabajar en el campo o cuidando de los caballos con escasas capas de ropa encima. Observó por unos segundos en silencio a su compañero, quien había vuelto a cerrar los ojos en cuanto se acomodó a su lado, y acabó por dejarlo estar sin comentar nada. Sin embargo, el silencio no duró mucho más cuando Antonio volvió a abrir la boca.
- Hacía tiempo que no dormía con nadie... Tiene sus ventajas y desventajas.
- ¿Hm? ¿Cómo cuáles?El español volvió a abrir sus ojos y se encontró con los verdes de Arthur mirándolo con cierta curiosidad. No pudo evitar sonreír de nuevo levemente y alzó una mano hasta su cabello sin pensárselo mucho. Respondió a su pregunta mientras lo acariciaba con parsimonia, ignorando la mirada ahora confusa de su acompañante.
- Pues... Duermes más calentito pero tienes menos espacio en la cama para estirarte todo lo que quieras. Aunque en verano creo que son todo desventajas. Con el calor que hace ni loco dormiría con alguien a mi lado.
La mano de Antonio seguía recorriendo la cabeza del demonio sin prisas, centrado en el color tan brillante que tenía su cabellera y recordando el rojo intenso que podía adoptar en un segundo. Arthur, mientras tanto, seguía mirándolo sin entender del todo su repentino comportamiento pero no le dio mucha importancia. Sabía que su amigo podía ser así a veces y continuó con la conversación dejándole hacer lo que quería.
- Vaya, perdona por haberte robado tu espacio. Pero te recuerdo que fue tu idea.
- No me estaba quejando. Eso sí, estás más frío que el hielo. No sirves de estufa.El español le mostró algunos pucheros y el rubio no pudo resistirse más. Contuvo una de sus pequeñas risas en una sonrisa traviesa y cogió a Antonio de la muñeca que tenía más próxima a él para pegarlo a su cuerpo. En cuanto sintió el cuerpo del demonio junto a él se estremeció por completo e intentó apartarse, mas el otro lo impidió mientras dejaba escapar al fin la risa que había estado conteniendo, ignorando las quejas de su amigo.
- ¡Cabrón! ¡Con lo que me había costado coger algo de calor! ¡Suéltame de una vez!
- ¿Tú puedes sobarme el pelo y yo no puedo abrazarte? Reclamo justicia.
- ¡Grr!Antonio seguía pataleando en un intento en vano de zafarse de sus brazos cuando sabía perfectamente que no tenía nada que hacer contra la fuerza de Arthur. Este decidió soltarle segundos después pero no sin antes cambiar su aspecto. Cuando el español pudo apartarse de él y mirarle directamente, todo lo que iba a decirle se esfumó de inmediato al observar el cabello rojizo del demonio junto a esos dos grandes y afilados cuernos. El ahora pelirrojo le mostró una suave sonrisa al español cuando vio que este no dejaba de mirarlo ensimismado, o más bien a sus cuernos.
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Mundo en Caos
Fanfiction[UsUk / UkUs] Sin poder parar aquella masacre, la policía de Londres hacía todo lo que tenía en su mano para frenar los homicidios que llevaban sucediendo desde hace 6 años. Monstruos sacados de películas de terror iban invadiendo la ciudad y nadie...